Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco & Larry Runner.
Ya sabíamos que no se iba a llenar. Era miércoles y montarse un evento sólo con bandas de algo tan minoritario como el thrash sin meter a ningún nombre nacional de moda en el cartel era una auténtica temeridad. Pero el paquete era el que era, con HIRAX como estrellas de cartel. Los de siempre acudieron y a los que no vimos fue a los más jóvenes, quizás por el día que era, quizás porque son los que menos dinero pueden mover, quizás porque piensen que el thrash lo inventaron las bandas de hoy en día. El caso es que aún así, la historia salió bien y al menos no se palmó dinero y a cambio disfrutamos de cuatro bandas a las difícilmente podamos volver a echar el guante más adelante.
La noche romántica del thrash en Oviedo comenzó con el trío británico PAST THE FALL sobre las tablas de una renovada Sala Whippoorwill en la que encontramos amplitud de espacios al haber desaparecido los butacones y que presentaba un escenario algo mejorado con respecto a tiempo atrás.
PAST THE FALL venían presentando Beggars at the Liars Banquet, un título que bien recuerda al mítico de The Rolling Stones. Lo tuvieron complicado, pues al comienzo de su actuación mucha gente aún estaba fumando en la calle y no todos se sintieron predispuestos para verles. Su thrash es oscuro, primitivo, muy crudo y bastante lineal. se mueven continuamente en tonos graves y no conectaron en ningún momento con la audiencia. Demasiados fríos, a pesar de que Beggars at the Liars Banquet contiene algún tema resultón como Playdirt o Injustice, que sonaron bien.
Past The Fall
Turno para los mexicanos PIRAÑA. Casi los notábamos como de casa, y es que eran los únicos que hablaban castellano, evidentemente, y eso era un plus que iba a conseguir que la audiencia empatizara enseguida con ellos. Como bien expuso César Tarello, guitarra y voz, hay importantes lazos que unen a México con Oviedo. De siempre la bandera mexicana luce en las calles de la ciudad durante la semana de San Mateo como la del resto de países americanos en el día de la Fiesta de América en Asturias, una de las celebraciones más grandes de la capital. Pero en los últimos tiempos a México se la tiene bien presente en el Estadio Carlos Tartiere, ya que un mexicano ilustre, Carlos Slim, del que dicen es el hombre más rico del mundo, es ahora el máximo accionista del Real Oviedo a través de la figura de su yerno Arturo Elías. Con estos precedentes, algunos sentíamos a PIRAÑA como la banda de casa, y quizás estuvimos un poco más predispuestos a recibir su música. Eso y que poco a poco las cervezas iban circulando, claro, porque si algo bueno tenemos los metalheads, es que si hay concierto, las birras caen, ya sea sábado noche o miércoles por la tarde. La pista se iba llenando y el cuarteto era capaz de que al menos la gente se acercara un poco más al escenario.
Piraña
La discografía de PIRAÑA es extensa y yo apenas conocía algunos temas que había escuchado a través de youtube. A Oviedo llegaron presentando un EP Raw de edición limitada a 200 copias del cual tengo el nº150 que ellos mismos me regalaron. 1812, que abre su última obra sonó a cañonazo y Metálica, cover de sus compatriotas SIX BEER, me encantó, como parecía gustar también a los DESECRATOR, que para la ocasión saltaron al escenario a cantar unos improvisados coros. Entre canción y canción César nos hablaba de lo podrido que está el mundo y lo mal que van algunas cosas en su país por temas como el de la droga, que engendra mucha violencia y que tantas vidas cuesta. Esa mala uva ellos la proyectan en su música y a fe que es mucho más satisfactorio para todos. Dejaron buen sabor de boca y probablemente algunos ejemplares de Raw se quedaron en Oviedo. Sabremos más de ellos a buen seguro.
Los australianos, sí, australianos DESECRATOR eran los terceros en discordia. Cuatro chiflados llegados de las antípodas con la única idea de pasarlo bien arriba y abajo del escenario. Sus pintas con la cabeza rapada y melena sólo por detrás ya te daban buena idea de lo que les gusta el cachondeo. Andan por el mundo presentando su último trabajo, Down to Hell, aunque ya es de 2013. Lo vendían en vinilo naranja en el kiosko de merchan, al igual que su anterior Live Till Death, grabado en Melbourne y editado en 2011 en el que se recogen los temas de su ep Desecrator y tres temas nuevos. Álbum en vivo que por cierto también vendían y que si bien en un principio era limitado a 666 copias, al final este humilde servidor posee la 739/666. Vamos, que son unos cachondos.
No estuvieron mal y comandados por Riley Strong a la guitarra y voz, fueron caldeando el ambiente un poco más, aunque la gente ya estaba impaciente por la salida inminente de HIRAX. PIRAÑA se apuntaron a devolver los coros en una de sus canciones y los temas fueron cayendo, aunque se me hizo demasiado corto. Tocaron algunos temas nuevos que irán en un próximo trabajo y cerraron con Destroying God's Work con pinceladas del Am I Evil de Diamond Head. Dejaron buen sabor de boca.
HIRAX fueron la razón para montar el show y sin duda alguna para que la gente acudiese a la Whippoorwill un día de semana. 100,000 Strong fue el pistoletazo de salida antes de que Katon W. de Pena pisase el escenario y tomase el micro para Hellion Rising. Por fin despertábamos todos. Algunos presentes ya habían visto a HIRAX alguna vez, pero otros, como era mi caso, llevábamos 30 años esperando poder disfrutar de la sensación de ver a a los californianos. El pequeñísimo Steve Harrison a la guitarra dio mucho juego a los fotógrafos, sobre todo cuando Katon se acercaba a él. Al bajo el brutal Lance Harrison y en la batería Mike Vega, todo un trotamundos que ha significado el último fichaje para una banda por la que han pasado una interminable lista de músicos, quedando de la formación original únicamente el carismático vocalista.
Los años no parecen haber castigado para nada a Katon W. de Pena, ni físicamente ni en el aspecto de la voz, brillante a lo largo de toda la noche. Nunca fue un gran vocalista, siempre fue de la escuela del Bobby de Overkill, gente gritona, que no canta, y que por tanto es difícil de entender como tras tantos años de carretera pueden mantenerse a ese nivel y soltar esos agudos chillidos en temas como Baptized by Fire o Black Smoke.
El concierto fue siguiendo una línea marcada de emociones, aunque el punto álgido llegó con La Boca de la Bestia y posteriormente con El Diablo Negro. La gente se calentó y Broken Neck fue puro headbanging. Se despidieron con Bombs of Death y volvieron para un bis con Assassins of War para dar un broche final a una buena noche de thrash metal. Era lo que esperábamos y para nada nos decepcionó. Una pena no haber contado con un viernes o un sábado, viendo la respuesta de la gente asturiana un miércoles, habría sido la leche. Estuvo muy bien, y además de pasarlo estupendamente Diario de un Metalhead engordó un poco su curriculum. Como para no dar las gracias.
Set-list HIRAX:
100,000 Strong
Hellion Rising
Baptized by Fire
Lucifer's Infierno
Blind Faith
Black Smoke
Earthshaker
Hate, Fear and Power
Hostile Territory
La Boca de la Bestia (The Mouth of the Beast)
Destroy
El Diablo Negro
Broken Neck
Bombs of Death
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Assassins of War
© Diario de un Metalhead 2015.