By Larry Runner.
SOLDIER están de vuelta. La banda asturiana regresa a la actualidad discográfica con su segundo disco, totalmente autoproducido una vez más y que responde al título de The Great Western Oligarchy.
Tras una portada digna de Ed Repka (la contraportada también mola) o de alguno de los habituales ilustradores del género, aunque made in Asturias by Breogán Álvarez, los carbayones perpetran diez cortes infinitamente más variados que los de su debut Gas Powered Jesus. A nivel compositivo el salto es enorme y los textos son de lo más inteligente que te vas a encontrar en la escena española (ojito con la letra de Genital Wert, por ejemplo).
Y es que decir a día de hoy y tras la edición de este disco que SOLDIER son una banda de thrash metal es simplificar demasiado, muestra de vagancia pura, dejadez, de cumplir el expediente y de hacer las cosas rápidas sin escuchar el álbum con detalle.
Sí, es cierto que el disco comienza siendo más o menos una continuidad de Gas Powered Jesus, y si uno escucha los cuatro primeros cortes y ya piensa que es más de lo mismo, meterá la pata, como diría el muñequito verde, "hasta el infinito y más allá". Y es que sí, los cuatro primeros temas podrían quizás haber ido en su primera obra sin deslucir lo más mínimo. Christoholic, el adelanto que presentaron en las redes sociales así daría a entender y los tres cortes siguientes también, con esa influencia Megadeth no sé si consciente o inconsciente fruto de escuchar thrash metal en casa a saco.
a nivel compositivo el salto es enorme
Entonces llega Pilgrims, con ese comienzo en acústico y rompe el molde. ¡Menos mal! Pensé que iba a ser un "Gas Powered Jesus II" y ya estaba a punto de crucificarlos. Pero mira por donde Pilgrims cambia de registro. Y es que este quinto corte no es más que una power ballad de impresión, con la esencia Pantera impregnando el ambiente de la canción. Temazo.
Corrupted vuelve a la tónica del comienzo del disco, no se aguantaban, pero no es así en todo el tema. Me llama mucho la atención el solo, que bien podría ir firmado por Alberto Cereijo, uno de los grandes del país y que en los últimos años ha estado más infravalorado que nunca a pesar de ser un artista top. Theory of Nothing tiene un comienzo que hará que pienses que en cualquier momento va a saltar la voz de Mustaine, aunque con el paso de los minutos, el medio tiempo cambia de registro y no suena tan a pelirroja chillona, gracias por supuesto a que la voz de Phil Gonzalez nada tiene que ver con la del expulsado de Metallica. Mención aparte merece Black nº1, el cover de Type O' Negative al que le han dado su toque y que es una auténtica maravilla. Phil es el que realmente se luce, cantando en unos registros inéditos hasta ahora en la música de SOLDIER. Estupendo el trabajo a la voz.
Los citados se han convertido en mis favoritos, aunque todo el disco me gusta. El único pero quizás llegue en la producción. Creo que The Great Western Oligarchy suena, en mi opinión, peor que el debut Gas Powered Jesus. A la batería le falta punch, y todo el disco en general suena flojillo, como con falta de fuerza, como edulcorado, cuando los temas en directo suenan con mucha más tralla. No me convence del todo. Pero ... los temas son los temas, de ahí la puntuación.
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