By Larry Runner.
Recuperemos la Ilusión. Así leído me da hasta miedo. ¿Es que SALVADOR DOMÍNGUEZ la había perdido? Espero que no, aunque con los tiempos que corren, no sería de extrañar. Él sabe lo que es sentirse muy grande y ver que la escena española de la música para gente con cerebro se ha convertido casi, o sin casi, en underground tiene que ser muy duro. Si eres músico y has comenzado ahora en esto del heavy metal, quizás pienses que es normal lo que se vive cada fin de semana en las salas del país. Pero si has vivido los años dorados del rollo como él, la cosa tiene que ser jodida.
Como fan suyo desde que empecé a escuchar heavy metal y disfruté por vez primera de BANZAI en casa de mi amigo Fueyo, me duele horrores ver que músicos como él, que llevan toda la vida en la carretera, se estén batiendo el cobre como cuando empezaron. Son tantos los buenos momentos vividos con canciones suyas como banda sonora que es de esos músicos que sientes como cercanos a pesar de que sólo una vez en la vida te pudiste arrimar a él y darle las gracias por todo lo que su música te ha dado. Fue en el 99 en Leganés y aún me acuerdo de aquel mágico y corto momento.
Ahora regresa con nuevas canciones vertidas en forma de EP. Un disco fantástico, estupendo, cargado de ese feeling que sólo poseen los grandes. Sin estridencias, con un hard rock metalizado y elegante grabado en Madrid y producido por él mismo. Eran ya nueve años sin nada nuevo y ya tocaba.
Para Recuperemos la Ilusión se ha rodeado de cuatro músicos de larga trayectoria y experiencia. Citaremos sus nombres y probablemente más de uno alucine. Al bajo está Jesús Arispont. Aquí el nota que escribe, inútil para el rollo de la asociación de nombres y caras desde siempre, cuando oyó ese nombre enseguida lo situó. Y como digo, lo asocié inmediatamente, sorprendiéndome a mí mismo de tamaña “azaña”. Siempre me acordaré del Alzheimer de DEF CON DOS, pues fue un disco que en su momento (han pasado 19 años, éste dato sí lo tuve que mirar) escuché hasta la saciedad. Arispont era entre otras muchas historias el productor de aquella magnífica obra. Para mí la mejor que sacase nunca la banda.
Un disco fantástico cargado de ese feeling
que sólo parecen poseer
los que llevan toda la vida en esto
A la batería está otro nombre conocido: Kiki Tornado (Def Con Dos, Sex Museum, Strawberry HxC, Los Coronas). En las teclas una chica, me encanta su papel en el álbum, Lucía del Campo (Vargas, Joe Gilmore, Demian Band) y en la voz, Jorge Fontecha, que en su día fuese frontman de aquellos Marshall Monroe que tanto nos gustaban y tan poco duraron y de donde salió otro histórico llamado Juanjo Melero del que otro día tendré que hablar porque también está de vuelta.
Abre el disco Recuperemos la Ilusión, un medio tiempo de sencillos riffs y estribillo pegadizo que te hará cantar sin duda alguna y que si tienes la suerte de verles en la gira que van a llevar a cabo te hará alzar el puño. Le encuentro un deje SCORPIONS que me encanta y es sin duda mi favorita del disco. En el momento de escribir estas líneas apenas lleva conmigo el disco unos días y probablemente haya escuchado el corte más de 40 veces sin exagerar. Cuatro maravillosos minutos pegadizos con un solo efectivo que dura lo que tiene que durar. Perfecta y con los teclados donde tienen que estar.
Rebeldes sobre ruedas es directa y más rápida pero con velocidad de Harley, no de moto japonesa. Me trae a la mente la carretera y una vez más me muero de envidia por no poseer una "burra" de esas y echarme al asfalto con chaleco y parches. “El oh oh oh oh tú y yo por la carretera” se te meterá en la cabeza. El solo es impresionante.
El Dorado es una instrumental cortita rápida y como todas cargada de melodía. Me encanta la batería en este tema. No me canso de escucharla. En el coche he llegado a ponerla hasta siete veces seguidas. Probablemente me apropie de ella para pincharla de fondo todos los jueves cuando leo la agenda de conciertos del programa de radio.
Primera Línea de Fuego es potente pero con control. El solo es una burrada y la letra es una pequeña llamada a al revolución Featuring Papa Francisco I. Tras ella viene una preciosa y corta instrumental Vivaldi in Cokham, un pequeño homenaje al genio con guitarra sobre sonido de clavicordio que me encanta. Cierra el disco el tema más rápido Cara a Cara (Entre la Espada y la Cruz), tema con doble título de estribillo cantable y fácil.
En definitiva un buen álbum que te deja con ganas de más, que es lo mejor que te puede pasar cuando escuchas un disco. Ahora a esperar que no pasen otros nueve años sin temas nuevos y que lleguen otros al menos tan buenos como estos. Y por supuesto, que los podamos disfrutar en vivo con la banda de Salvador Domínguez. Con discos así, recuperar la ilusión es fácil. Además, suena de puta madre. Supongo que la masterización de Stuart Epps (Led Zeppelin, Bad Company, Twisted Sister, Vandenberg... ) habrá costado lo suyo, pero es muy de agradecer.
© Diario de un Metalhead 2014.