lunes, 17 de marzo de 2014

CRISIX + SOUND OF SILENCE + HYDE ABBEY + TEKSÚO: Gijón 08.03.2014. Crónica y fotos



Texto: Larry Runner.
Fotos: Juán Tomé Nestal.

SOUND OF SILENCE querían hacer una presentación seria, o al menos que lo pareciera, de su nuevo álbum, El Anochecer. Un disco que habíamos tenido el honor de presentar en nuestro programa de radio hace ya meses.

La fecha elegida era muy buena. Un sábado, sin fútbol local y sin clásicos en la tele. Una sala profesional, grande, amplia y en el centro de Gijón: La Acapulco. Y unos compañeros de cartel importantes: TEKSÚO, HYDE ABBEY y CRISIX. Además, días antes, SOUND OF SILENCE anunciaban que su guitarrista Rubo no iba a poder estar y que en su lugar estaría a la guitarra Pablo García de WARCRY. Un aliciente más para ver un show que dificilmente se pueda volver a repetir dada la apretada agenda del guitar-hero asturiano.

Sound of Silence con Pablo García en sus filas

Puestos a buscar excusas para no acudir, la verdad es que había pocas. TEKSÚO presentaban disco: Diamonds, su nuevo EP, que desgranaremos el próximo jueves en Diario de un Metalhead. HYDE ABBEY visitaban Asturias por primera vez. Y CRISIX regresaban a su segunda casa - porque Asturias lo es - tras un largo periodo sin visitarnos, presentando por fin Rise The Rest ante un público asturiano que les idolatra. El Tour Then Rest llegaba a Asturias.


Abrieron la noche TEKSÚO. Como apunté antes, presentaban Diamonds, un nuevo EP de cuatro cortes al que da título el cover que se han preparado ni más ni menos que de Rihanna. Vi a la banda compacta, muy centrada, y si no estaban a gusto por alguna circunstancia al menos no se notó. Bueno, en realidad sí. Se le notó a Diego, que se desgañitó durante toda la actuación pidiendo al gélido público un poco de movimiento sin llegar a conseguirlo del todo. Eso a pesar de soltar cañonazos como la también nueva The Swarm, que probablemente sea de lo mejor que hayan compuesto hasta ahora.

Esa frialdad del público, y no sabemos porqué razón, es algo habitual de la Sala Acapulco. He perdido la cuenta de las veces que he pisado esa sala y no encuentro una razón a ese apalanque general que se produce con todos los artistas. Da igual que sean Evile, Avulsed, Quireboys o Saratoga. La inmensa mayoría de la gente se queda con los brazos cruzados o con las manos en los bolsos, cosa que no pasa nunca en otras salas.


Así que TEKSÚO fue sólo una víctima más de ese escenario que congela a la audiencia. Ellos estuvieron bien. Nunca será mi rollo, pero siempre tendrán mi respeto, y mi cariño, sobre todo ahora que van por libre y se pasan por el forro lo que pueda la gente pensar sobre sus movimientos. Hacen lo que les gusta, lo que dicta el corazón y eso es digno de aplauso. Me quedo con el buen gusto de Christian a la guitarra. Quizás un pelín estático, pero musicalmente me gustó mucho.


HYDE ABBEY tenía el camino un poco más despejado de enemigos. TEKSÚO acabó animando un poco el patio a base de insistir y los barceloneses iban a recoger fruto de ello. La audiencia les esperaba ya desperezada, con alguna cerveza encima, y eso siempre anima el cotarro un poco.

Tengo que reconocer que en disco no me dicen nada, pero que en directo impactan. Ver a dos fulanos berreando subidos a las plataformas que se colocaron para la ocasión en el frontal del escenario, tiene que llamar la atención por cojones. Y más cuando detrás hay otros cuatro tíos que además de hacerlo bien con su instrumento, no paran de moverse. Al menos el ritmo te lo inyectan.

Su música forma un inquebrantable muro de sonido, sin huecos, sin espacios para nada, con los dos singers, Rober y Presta, desprendiendo una energía constante que creo que jamás había visto a una banda nacional. La intensidad de su show no bajó en ningún momento. Fueron casi cuarenta minutos de cera sin piedad, en los que Saqqara Bird, el tema que había elegido para pincharles en la radio el día antes, casi sonó a balada.

Muy buenos, aunque yo les recomendaría hacer un show un poco más variado. Si ellos no quieren respirar en más de media hora vale, pero los de abajo lo necesitamos. ¡Nos querían matar! Estupendos, me harán volver a intentarlo con Ooparts. ¡Ah! Edgar de THE EYES vino con ellos. Ojalá volvieran a la actividad.


Llegaba la hora de los organizadores de la velada, SOUND OF SILENCE. Más luces que nunca. Humo. Las citadas plataformas en el frontal. El escenario presentaba un aspecto nunca antes visto en la sala y el sonido iba a ser también el mejor. En esta ocasión había hasta una mesa en la parte trasera que no era la de la sala. Cuando uno se deja el pellejo en intentar hacer las cosas bien, en la mayoría de los casos, salen bien. Hay sorpresas, pero desde luego, si no lo intentas, no lo consigues.

SOUND OF SILENCE fueron los que mejor sonaron a lo largo de la noche. Desde la intro y la inicial Un Nuevo Anochecer hasta el final. Fueron una apisonadora que nos dio poco margen de respiro también y se trabajaron una presentación de álbum a la altura de lo que se esperaba.


Siempre han sufrido contratiempos y siempre han sabido esquivarlos con elegancia. Desde el día de la semifinal de la W:O:A Metal Battle de Turón que no tocan juntos los cinco, pero saben bien a quién fichar cuando sufren alguna baja por razones laborables o de algún otro tipo.

Sí, suenan cada día mejor sin importar que falte éste o aquel. Cuando Michel abandonó la batería, quedaba un hueco muy difícil de cubrir. Entonces ficharon al mejor, a Javi de LEGACY OF BRUTALITY (hoy en día también en Cathexia), y a correr. Digo el mejor porque tan sólo un día antes el delgado batería recogió el galardón al mejor batería de los premios AMAS (Anuario de la Música Asturiana). No hace nunca falta un trofeo para justificar que eres el mejor, pero está bien tenerlo por si alguien lo duda o no está al corriente de tu trabajo.


Cuando les falta un guitarrista, normalmente tiran de otro Javier, de Cosmea, el alma de CATHEXIA. Pero estaba en Madrid y en esta ocasión no podía echarles un cable. Le tiraron la caña a Pablo García y mira, acabó subiéndose al escenario con ellos. ¡Y de qué manera! La verdad que así no tiene mucho mérito sonar bien. Cuando alguien les falta fichan a un crack para la ocasión. ¿Te imaginas que un equipo de fútbol pudiera hacer eso? Hoy me falta un delantero pero viene Cristiano o Messi. Mañana un portero y me traigo al Casillas. Pues eso es lo que hace SOUND OF SILENCE. Y lo hacen porque pueden. Son tan buena gente que debe ser difícil decirles no.

Así que con un quinteto de lujo salieron a las tablas y nos hicieron sudar de lo lindo tocando el disco casi entero - se quedó fuera Altares de Destrucción - en una actuación de casi tres cuartos de hora con poco margen para el respiro. Creo que sólo Tronos Sobre Cráneos bajó un poco la intensidad, sobre una audiencia que pareció entrar en calor, aunque tampoco como para tirar cohetes. Estoy seguro que el mismo público en otra sala como el Whipoorwill de Oviedo o la Albéniz gijonesa la habría liado mucho más. Pero las circunstancias mandan, y sobre todo en el caso de la Albéniz, me temo que tardaremos mucho en volver. Lo que piden por alquilar la sala para un concierto se escapa a todo razonamiento.


7 Veces sonó espectacular. En Nombre del Honor nos hizo agitar las cabeza y Déjate Guiar fue orgásmica. Sólo se coló de las antiguas La Resurrección de las diez Almas, que la introdujeron antes de la final Una Lápida sin Cementerio. Bien hecho, porque El Anochecer está funcionando, les está metiendo en las casas de algunos que hasta ahora les ignoraban y les ha hecho crecer mucho musicalmente. Las canciones de los dos discos anteriores se encogen ante los nuevos temas.

En definitiva una muy elegante presentación, en la que no faltó un espeluznante Wall of Death que el mismo Nefta generó bajando a la pista y con un Pablo García que con tan sólo un par de ensayos supo salir con nota del trance clavando los solos y haciendo crecer a la banda aún más. Muy grandes, de lo mejor de éste país sin duda alguna. A este nivel pocos les van a querer de teloneros. Nos encantaron como nunca. Y sí, Sete tenía razón, El Anochecer es Heavy Metal. Rápido, pero Heavy Metal.


Llegaba la hora de tener, por fin a CRISIX sobre un escenario asturiano presentando Rise The Rest. La espera se ha hecho eterna. Y es que nos va a costar cada día más tenerles entre nosotros. La banda lógicamente va subiendo de caché y es cada vez más difícil que alguien se arriesgue a traerlos cuando el público asturiano no responde como debiera.

Una formación con dos discos que han obtenido la máxima puntuación en la casi totalidad de las publicaciones en las que se les ha reseñado, tiene que desde luego hacerse respetar, aunque algunos aún no lo hayan entendido. Siempre ha habido gente muy cortita. Su grandeza viene demostrada en todos los sentidos. Por una parte en las caras de la gente que acude a sus conciertos y que arrasa con el merchan - en la Sala había al menos 30 personas con una camiseta suya antes de empezar - y por otra en las envidias que comienzan a observarse por parte de algunos personajes indeseables a través de las llamadas redes sociales. En la mayoría de los casos comentarios mierdosos de palurdos inútiles y de estrellas metaleras de segunda regional cuya justificación para meterse con los de Igualada o con sus amigos Angelus Apatrida es decir que “no son old school”. Pero dejemos al lado el tema de los majaderos y centrémonos en lo que realmente importa, la actuación de los de “La Conca”, que se salieron y que casi consiguen descabezarnos porque no tienen tema malo.


Abrieron el show como lo hacen en el álbum, que para eso lo vienen presentando en este tour de incontables fechas, con I.Y.F.F. seguida de Rise Then Rest. Problemas con el sonido en el comienzo, cables que se mueven y la guitarra de Requena que no suena y luego el bajo de Ramis. Para Dead by The Fistful of Violence, una de las sólo tres de The Menace que sonaron en toda la noche, el barco ya había zarpado con viento de popa. Scars of the Wolf nos permite tomar aire para el huracán One By One que viene seguida de Brutal Gadget que terminó con Juli tirando de maracas. ¿De dónde las sacó?

Year Zero, la versión del tema de GHOST grabada para Rockzone nos deja respirar. Es momento de ir analizando a la banda en el momento actual. Todos han crecido en escena, sobre todo Requena, al que se le observa con una confianza que antes parecía no tener. Ha madurado un montón. El desparpajo de Busi, Javi Carry y Juli Baz ya era como innato, Requena ahora está a su altura, ya no parece el hermano pequeño y visualmente es sin duda el que más aporta al show.


A Dani Ramis de momento yo creo que no debería exigírsele más. Relevar a Mark no ha debido de ser nada fácil. El bajista original era un puñetero torbellino sobre las tablas. Ramis es más joven aún, apenas roza la mayoría de edad y de momento cubre la parte musical sin problemas y lo otro ya vendrá. Le falta un punto de atrevimiento para que en los momentos tipo Brutal Gadget, cuando se acerca al frontal del escenario, se lo crea y nos perdone la vida como lo hacía su predecesor. Crecerá seguro, musicalmente digo, que de estatura va sobrado. De momento bastante hace con no ir flotando por la calle al lado de los cuatro monstruos que tiene como compañeros. Tiene que ser la bomba ser fan de un grupo y que te llamen para tocar.


Tras el cover de Ghost llegó el medley habitual con intercambio de instrumentos para el que hace unos meses recuperaron el célebre Nos Vimos en Berlín de S.A. que funciona mejor que bien. Desde sus comienzos que no la tocaban en vivo.

Frieza The Tyrant, que cierra la Cara A en la versión vinilo del Rise Then Rest nos devolvió a la normalidad. Brutal. Por medio quedó su wall of death bautizado como football of death. Dos enormes globos son colocados en el centro de la sala y a la orden todo Dios a romperse el alma contra el de enfrente a pegarle patadas a los globos como si en ello se nos fuera la vida. Los globos fueron colocados por un King Diamond presente en la sala cuando el carnaval era en Oviedo. Ambientazo.



Como ya hubiesen hecho la noche anterior en Valladolid, dedicaron Waldi Gang a Diario de un Metalhead. Lo de Valladolid lo retransmitimos en vivo a través del programa de radio. Ésto lo pudimos ver y disfrutar, con un Juli Baz que se ha convertido en un frontman estupendo y que además tuvo el detalle de salir luciendo la camiseta de nuestro programa una vez más. En ese mismo momento vía wasap me avisaban de que David de Dredd estaba haciendo exactamente lo mismo en Irún.

En definitiva, una velada enorme, con cuatro jóvenes bandas que lo dieron todo sobre el escenario y con un público que al menos por una vez sí respondió acudiendo en número suficiente. Al término de la velada y en la intimidad les entregamos en mano el Premio al Mejor Disco de 2013 según la redacción de Diario de un Metalhead.



Gracias a Ian Álvarez, Crisix y Sound of Silence por las enormes muestras de cariño mostradas durante toda la noche. Impagable.

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