miércoles, 13 de noviembre de 2013

WARBRINGER: IV: Empires Collapse (2013 - Century Media)



By Larry Runner.

En los últimos diez años el thrash metal ha vivido un repunte importante tras años de abatimiento. Junto al resurgir de las bandas históricas como Testament, Exodus, Anthrax, Kreator, Annihilator, etc, ha aparecido una nueva generación muy a la altura. Algunos muy brillantes se han quedado en el camino como los británicos Warpath o los americanos Mantic Ritual, pero otros llegaron para quedarse como Evile, Bonded By Blood, Havok o la banda que nos ocupa, los angelinos Warbringer.


Nacidos en 2004, y con numerosos cambios a sus espaldas, pues a estas alturas sólo quedan dos de sus miembros originales, con "IV: Empires Collapse" llegan a su cuarto disco, como bien indica el título del álbum. Un disco superior, de esos que si amas el estilo te tiene que llegar, te tiene que gustar y que, en mi opinión, les pone un escalón por encima del resto de bandas de su generación, y que no se me enfade nadie. Intentaré explicar el porqué de tal afirmación.

 "IV: Empires Collapse" es sin duda alguna un disco de Thrash Metal de lo más completo, comenzando por el lujazo de productor al mando: Steve Evetts. Un "manco" que cuenta en su curriculum con trabajos al lado de Sepultura, The Dillinger Escape Plan o Suicide Silence por citar a algunos. La mezcla es fruto del trabajo de Brett Eliason (Pearl Jam, Heart ...) y la masterización corrió a cargo de Alan Douches (Cannibal Corpse, Hatebreed...).


Con un plantel así detrás, la banda ha logrado sonar como nunca antes. Fíjate en el bombo, una auténtica maravilla. A este lado del Atlántico no siempre suenan así las baterías. Las guitarras son realmente asesinas y están en su punto, lo mismo que la desgarrada voz del majete John Kevill. El bajo ... suena. ¡Vaya que si suena! Ni que Harris estuviese detrás.

Si "IV: Empires Collapse" es puro thrash, tiene esa actitud, pero ojo, en esta ocasión Warbringer no se limitan a copiar de otros del estilo, y en su música encontramos más elementos ajenos que nunca. 

Los solos están más trabajados que en los discos anteriores y suenan limpios. Los riffs son endiablados y en ocasiones manipulan el thrash incluyendo elementos externos como en la inicial "Horizón", con ese maravilloso final en acústico, o en “Hunter-Seeker”, ambas con partes muy black.

Los dos nuevos fichajes, ambos procedentes de aquellos fantásticos Mantic Ritual del "Executioner" (tengo un poster firmado por ellos) son Jeff Potts (guitarra) y Ben Mottsman (bajo). Ya decía yo que me sonaban sus caras al ver las fotos promocionales. ¡La de vueltas que dio "Executioner" en mi lector de cd allá por 2009! Eran tiempos de myspace y me comunicaba con ellos a menudo. Lloré su desparición. Su incorporación parece haber dado un empujón a la evolución del grupo.

El incontestable bajo de Ben Mottsman suena mucho más de lo que sonaba con Andy Laux. Sin duda alguna la guitarra de Jeff Potts tendrá mucho que ver en el nuevo sonido del grupo. Canciones como "One Dimension" no eran hasta ahora lo normal en Warbringer. Caña pero cargada de melodía, como sucedía en Mantic Ritual. Temas más pegadizos y tarareables de lo que nunca te hubieses imaginado de la banda. Las rítmicas y las espectaculares líneas de bajo le aportan una musicalidad de la que la banda carecía, aunque sin perder para nada fuerza.

"Scars Remain" lleva un endiablado ritmo en algunas de las partes más propio de estilos como el grind, para evolucionar a medida que pasan los minutos por un rollo Motorhead. Termina siendo un gran tema thrash a pesar de ese rollo progresivo del final.


Pero a mi el tema que me ha encandilado es "Iron City". Puede convertirse en un himno de la banda. La canción cuenta con dos partes bien diferenciadas, una rápida, eminentemente thrash, a lo Flotsam And Jetsam de los comienzos, como mandan los cánones y con un estupendo estribillo coreable a base de "Iron, Iron City". La segunda parte viene de las destilerías Maiden. No se molestan ni en disimularlo. Parece creada por el dúo Murray/Smith. Me encanta.

El thrash y el hardcore siempre, o casi siempre han compartido mesa y mantel. De ahí un tema como "Off with their heads!”. Con más en común con las bandas del género de Brooklyn que con la Bay Area. Aunque el largo solo de guitarra hace que uno no se relaje y se de cuenta de que ésto es thrash y no hardcore. Por último, atención a la final "Towers of the serpent", de clara influencia Death. Rápida a morir. Un azote.

Sin duda alguna el mejor trabajo de la banda. Superior a todos los anteriores juntos. Warbringer van por delante de los de sus generación, sobre todo tras las pequeñas decepciones que supusieron los últimos trabajos de Havok y Evile, inferiores a sus anteriores obras.

Quiero volver a verlos en vivo. Ojalá se pasen por aquí.









© Larry Runner 2013

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