OBUS
Sala Tribeca, Oviedo.
Viernes 10 de Junio de 2011.
Entrada: 12/15.-€
Hacía un mes, desde lo de Angelus Apatrida en Bermeo, que no se nos ponía delante ningún concierto lo suficientemente atractivo como para levantar el culo del sofá. Así que en cuanto me enteré de lo de Obús en León, no tardé un instante en decírselo a mi chica. Vamos a ir a León a ver a los de Fortu. Ya “Siento Ganas” de concierto.
Como los “Cautivos” de su canción, en cuanto terminamos con nuestras ataduras laborales partimos rumbo a mi amada ciudad de León, donde siempre me he encontrado tan bien y de la que tan gratos recuerdos guardo por haber pasado allí nueve meses de “Esta Vida”.
Tras una dura semana, a pesar de la fiesta intermedia, necesitábamos “Evasión”. Así que “Deprisa, Deprisa” salimos de Turón y enseguida estábamos en la “Autopista”. El Eddie, que así llamamos a nuestro negro coche, iba como una bala. Nadie iba a tener que decirme “Corre Mamón”.
En menos de una hora, estábamos en León, pero nada de ir “Sin Dirección”. Enseguida aparcamos cerca de la Studio54 donde tenía lugar el concierto. “Ya le estás dando” al bocata. Rápido que a las once la comienza la movida.
En cuanto repusimos fuerzas ya estábamos preparados para nuestra “Dosis de Heavy Metal”. A la hora en punto estábamos en la Sala, pero aquello no comenzó hasta cincuenta minutos más tarde. El promotor fue un poco “Mentiroso”, pero en ningún caso lo consideramos un “Juego Sucio”. Ni mucho menos.
“Da igual”, la música que sonó hasta entonces nos lo hizo pasar tan bien como “El que más”: Blue Oyster Cult, Accept, Dio, Poison, Aerosmith, Guns N’ Roses... no hay cosa más inteligente que tirar de clásicos en estos casos. Parecía que era yo el que estaba pinchando. Fue como si el DJ me hubiese dicho “Préstame Amigo Tu Cabeza”.
Una lona con el logo de la banda tapaba el frontal del escenario, lo que nos impedía ver lo que allí se estaba cociendo. Pero por fin llegó el momento. El telón se fue al suelo y allí aparecieron: Paco Laguna a la guitarra, Fernando Montesinos al bajo, Carlos Mirat a la batería y “El Crack” Fructuoso Sánchez, A.K.A. “Fortu”. Al fondo el logo sobre fondo rojo y a los lados un par de lonas dando colorido a la puesta en escena. Sencillo pero muy efectivo.
El concierto comenzó de la misma forma que en Oviedo, con “Corre Mamón”, “Mas que un Dios”, “La Raya” y “Autopista”. Bien pensamos que sería todo un calco a lo visto en Junio pasado en la capital asturiana. Pero no fue así. A partir del quinto tema la cosa cambió. Cuando ya esperábamos por “Pesadilla Nuclear” tocaron “Necesito mas” y a partir de ahí ya rompieron el esquema totalmente.
La siguiente fue “El que más” y luego si que llegó “Pesadilla Nuclear”. Se iban colando canciones distintas y otras cambiándose de orden, lo que es de agradecer por parte de gente como nosotros que acudimos a ambas citas. Así lo vimos cuando atacaron con “Juego Sucio” dedicada al desaparecido Ronnie James Dio y donde Fortu instigó a toda la audiencia al alzado de cuernos en honor del pequeño vocalista al que tanto amábamos. Entre medias nos colaron “Cállate”.
“Dame amor” sirvió de continuación al show. El público a esas alturas ya estaba entregado y la banda sudando y dándolo todo. En ese momento vino a la mente del Fortu el tema futbolero y a pesar de encontrarse en la ciudad rival, no dudó en dar la enhorabuena a la Ponferradina por su emparejamiento copero con su Real Madrid.
“Te visitará la muerte” hizo agitar las cabezas y con “Que te Jodan” todos cantamos a pleno pulmón mientras levantábamos nuestro dedo corazón. La sala era un hervidero. Hacía mucho calor y es que la afluencia de público fue considerable. Calculo que habría el doble de gente que la última vez que acudí a dicho recinto con motivo del concierto de Avalanch.
Con “Dinero Dinero” se subió a una de las barras. Pero al ser los techos de la Sala muy bajos, no pudo lucirse como hiciera su día en la Tribeca ovetense. Se quedó de rodillas y ante la falta de espacio enseguida retornó al escenario a hombros de un ayudante.
“Solo lo hago en mi moto” y “Vamos muy bien” fueron las últimas antes de la despedida. Hora y cuarto de show. Pero enseguida regresaron.
“Sin dirección” sirvió de punto de partida para la segunda parte del recital, seguida de ¡sorpresa! “Viviré”, de la que ya casi nadie se acordaba de la letra y dudo que ni siquiera lo hiciera el Fortu. Mayor fue aún la sorpresa cuando comenzaron con los acordes de “Otra vez en la Ruta”. Fue magnífico escuchar esa canción. Creo que nunca antes la había oído tocar en uno de sus conciertos y fue emocionante sentirla.
Preguntó entonces el líder por nuestro estado físico. La respuesta fue contundente por parte del respetable. Así que llegó entonces ese cuarto de hora mágico en el que se presenta la banda y cada instrumentista tiene su momento de protagonismo al frente del escenario en el que brilla por encima de todos con luz propia el excelente batería Carlos Mirat. Una vez más nos dio una exhibición de percusión que adquiere aún más brillantez con el papel que desempeñan como ayudantes en la misma tanto Paco como Fortu, que arrodillados en el suelo sujetan un enorme palo del que Carlos extrae todo tipo sonidos con sus baquetas. Espectaculares.
Ya con cada uno de nuevo en su posición, Fortu comenzó a llenar el escenario de gente. Empezó subiendo solo a mujeres y acabo llamando también a los chavales de las primeras filas. Una vez más, con el escenario abarrotado de gente, todos cantamos “Esta Ronda la paga Obús” que sirvió de excelente colofón a una noche genial.
Ya han pasado treinta años y el Fortu sigue haciendo el pino. A mi me siguen encantando como el primer día. Como cuando era un crío. Sigo comprando sus discos y acudiendo siempre que es posible a sus conciertos. Treinta años y yo “Necesito Más”. “Es lo que hay”.
* Un apunte para los más despistados o para los que no sean seguidores de la banda: las palabras entre comillas y en color amarillo son títulos de canciones de Obús
Texto: Larry Runner.
Todas las fotos, excepto la de la barra, son de Sergio Blanco y tomadas en el concierto de Oviedo. Se me olvidó cargar la batería de la cámara. Lo siento.
© Larry Runner 2011
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