Los madrileños Sounds of Broken Souls parecen haber nacido treinta años más tarde de lo que correspondía. Su música bebe de los que fueron las nuevas tendencias allá por los años 90, con una clara predominancia grunge.
Sí, el grunge inunda el sonido de este trío, con una clara predominancia nirvanera sobre el resto de influencias que parecen querer aflorar cuando les escuchas.
Tras abrir con "Bowels" y "Hole" puedes apreciar que tienen el tono tristón de Soundgarden y la contundencia de Pearl Jam, aunque luego esas sensaciones se van diluyendo en favor de un sonido muy nirvanero, como si quisieran parecer unos claros discípulos del desaparecido Cobain.
Por el camino te vas encontrando vestigios de sonidos de aquella década tan innovadora. A tu mente vendrán imágenes de System of a Down e incluso de Rage Against the Machine si escuchas "Alm", uno de los mejores cortes del álbum. Algo de stoner también parece querer aflorar.
El tono tristón inunda el disco, algo en lo que influye la desaparición por momentos de la guitarra para dejar todo el sonido en manos de bajo y batería acompañando a la voz solista. No hay demostraciones virtuosas guitarreras, nada de solos, quizás porque los temas no los pidan, no sean para nada necesarios. Eso hace que los temas sean más directos, más cortos y sin duda, mejores.
Sobre las letras nos cuentan que "cada tema está basado en una serie de ideas conceptuales trabajadas en un supuesto (o no tan supuesto) mundo que estalla tras sufrir la mano del desorden bélico, la sumisión y el desgarro del raciocinio social." De ahí que todo el álbum tenga un tono tan triste.
Si te gusta el estilo te encantará, con esa voz desgarrada transmisora de dolor. De haber nacido en los 90 quizás ahora fueran millonarios, aunque para eso necesitarían un auténtico hit que llamara la atención de Subpop, algo que creo que el disco no tiene. Ojalá con el tiempo sean capaces de componer su propio "Smells like teen spirit" que les ponga en la cima y como referencia de un público amplio. Mimbres tienen.
El disco se grabó en el estudio de Mikel Barodjia “A Hole in this Shit”.
José Fernando Tercero de “JFT Producciones”, se encargó de mezcla y máster.
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A la venta aquí.
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