martes, 12 de marzo de 2019

Crowdfunding nunca más.


Por Larry Runner.

En su día me pareció algo sensacional, una iniciativa extraordinaria para apoyar a las bandas que intenta abrirse camino. Así lo hice muchas veces, aunque luego las ilusiones tornaron en decepción. No sé de donde viene mi vena altruista, pero a veces pienso que mejor no la tuviera. Tal y como funciona el mundo hoy en día y sobre todo las nuevas generaciones, ser una persona así da más sinsabores que alegrías. El crowdfunding, ejemplo de altruismo público y regulado, a día de hoy se ha convertido en basura. Al menos para mí.

Se ha prostituido como todo. Y es que al principio el planteamiento se gestó como una forma de ayudar a aquellos que no tienen recursos para poner en marcha sus proyectos culturales, pero con el paso del tiempo han tirado de la fórmula incluso grupos muy consagrados y de elevado caché. Sí, no engañan a nadie, pero no era esa la filosofía del crowdfunding. Todo se acaba engrasando con el paso del tiempo, sobre todo cuando hay dinero por medio.

Cuando una campaña se pone en marcha ya sabes que en caso de salir adelante vas a pagar por adelantado esperando que el artista al que apoyas cumpla con lo pactado. Es muy difícil que el mecenazgo de turno no salga adelante. Creo que solo en una ocasión no ha salido triunfal una iniciativa que yo haya apoyado. El resto, todas han sido un éxito, algunas con un milagro al final. Una vez más ensuciando la filosofía del mecenazgo on-line y engañando a la gente.

Y es que no son pocos los que cuando han visto que no llegaban a meta han puesto ellos mismos lo que faltaba para no quedar en ridículo ya fuese por habérselas dado de grandes sin serlo o simplemente por pillar algo de pasta. Sin más. Porque mejor algo que nada. Que sí, que no hacen nada ilegal, pero una vez más el tema de la moralidad queda en entredicho. Nada importa cuando hay dinero que trincar.

Luego llega la segunda parte del negocio, la hora de cumplir con ese mecenazgo. ¿Cuántos lo hacen? Hombre, alguno hay, pero por aquí hemos apoyado bastantes iniciativas y la lista de decepciones ha sido enorme. Igual es que nos ven la cara, no lo sé.

El caso es que en los últimos ocho años lo de las recompensas ha sido un cachondeo. Una vez nos pidieron más dinero porque los gastos no daban. En otra ocasión nos dijeron que el paquete había sido devuelto y teníamos que volver a pagar. Otras veces la camiseta no era de la talla. En otra no era el dibujo “porque el otro se había acabado”. Otra no era el color. Otra vez ni hubo camiseta. Y en una ocasión nos la acabaron dando en mano pasados muchos meses como haciéndonos un favor. Casi me sentí humillado. Por último -y más doloroso que toda la mierda de las camisetas, que al fin y al cabo nos daban igual- hay discos que no hemos llegado a ver en físico y otros llegaron con meses de retraso cuando veías en el facebook de otra gente que ya circulaba hacía tiempo.

Falta seriedad, mucha, muchísima. Fijaos la cantidad de incidencias que he puesto en esa lista. Son todas verdad. No pondré nombres para no entrar en batallas absurdas. Cada uno que se haya visto en una de estas sabrá si tiene o no la conciencia tranquila. Por lo pronto sí puedo decir que los grupos “grandes”, los consagrados, en cuyos proyectos he aportado algo, esos a los que se machaca en redes sociales por “prostituir el crowdfunding”, han cumplido siempre.Nunca he tenido problemas.

¿Qué nos queda con tanta falta de seriedad? Pues está claro, dar la espalda a todas estas iniciativas. Hemos gastado dinero a cambio de desilusión. Aquí hemos llegado a poner banners gratuitos en la cabecera para apoyar esas iniciativas. Alguno de los que nos la han liado ha estado ahí, apoyados a cambio de nada y luego no han respondido. Eso sí que fue heavy y no su música.

Con estos renglones alguno estará ahora mismo indignado. Será que pocas veces ha ido por delante como nosotros o que simplemente fue uno de esos que no cumplió con lo prometido. Para otra vez que lo haga mejor. Solo es cosa de voluntad. Y sí, pagan justos por pecadores, como siempre.

Por nuestra parte, crowdfunding nunca más. Han sido demasiadas decepciones. Nuestra conciencia está tranquila. Apoyamos más que de sobra a los que empiezan, nos cuesta dinero. Pinchamos casi cien novatos al mes en nuestro programa, aunque la mayoría no sientan interés ni por lo que se dice de ellos en radio. Nuestra conciencia altruista va sobrada y tranquila. Cumplimos de sobra con eso que llamamos escena. Lo tenemos muy claro, si todo el mundo hiciese lo mismo el metal sería la hostia en España. Pero no lo será nunca. Es mejor echar mierda desde el teclado contra los que sí hacen algo que mover el culo. Pero bueno, ese tema para otra ocasión.

© Diario de un Metalhead 2019.