Por Larry Runner.
La descubrí con "Wildfire" (2017, Outlaw Music) su anterior disco y desde el primer momento me encantó. Ahora venía a España ya con otra gira por acabar de publicar un nuevo disco "Road I Call Home". No quería dejar pasar la oportunidad. Así que a pesar de que era un miércoles, nos acercamos hasta León, aunque el esfuerzo por el poco sueño estábamos seguros de que nos iba a pesar al día siguiente.
Sabíamos bastante bien lo que íbamos a ver. No es una estrella del metal ni mucho menos. Elles Bailey tira mucho hacia el country, eso sí, con un rock enérgico en el que cuenta con una buena base de blues. Pero he disfrutado tanto con "Wildfire" que no me lo quería perder. Así que por fin visitamos el Gran Café de León.
Buen ambiente para ser un miércoles, con un público de media de edad muy alta, muchos de los cuales me dio la sensación de que acudieron por curiosidad, sin conocer a la cantante, lo cual es de agradecer. Hoy en día la gente no acude a conciertos para descubrir nada nuevo, no pasa como antes, no hay interés y por eso la música en directo empieza a correr la misma suerte que las ventas de discos.
Joe Wilkins a la guitarra arranca el show con los primeros acordes de “Wildfire”, el tema que abre su genial disco homónimo y Elles Bailey se sube al escenario partiendo desde el público. "Same Flame" fue la siguiente. Un comienzo cañero que prometía diversión. Y sí, eso encontramos a lo largo de la noche, aunque la verdad, pensé que le iba a dar algo más caña. No fue así porque los temas de su nuevo álbum "Road I Call Home" tienen un sonido muy distinto a los de su predecesor, están alejados de la línea country rock de "Wildfire" y son un poco más pop, con lo cual cuando interpretaba algo nuevo el show bajaba en intensidad a excepción quizás de a la hora de interpretar el single "Medicine Man", que sí que es un tema más cañero. Con esos temas era con los que más veías disfrutar a la banda, en la que además de al citado Joe Wilkins a la guitarra estaban Matthew Waer al bajo y Matthew Jones a la batería. Tres fenómenos.
Entre canción y canción, la vocalista, que no dudó en sumarse en lo musical al piano cada vez que los temas lo requerían, se dirigía a nosotros con una ligera ronquera que en ningún momento hizo aparición a la hora de cantar.
El show transcurrió con un público que poco a poco se fue entregando a los músicos, con algunos momentos emotivos como cuando interpretaron "Perfect Storm" que confesó como su favorita de "Wildfire" y que aprovechó para lanzar un mensaje contra el racismo.
El show fue un repaso por lo mejor de su repertorio, con algún momento de más intensidad que los músicos aprovechaban para desmelenarse y otros más íntimos, con Elles al piano que creaban una atmósfera especial ideal por el escenario en el que nos encontrábamos, un lujo de local para este tipo de música y al que espero volver más veces.
Entre mis momentos favoritos me quedaré con "Girl Owned the Blues", el tema dedicado a Janis Joplin y por supuesto la final "Howling Wolf", donde cantamos el "auuuuuu" entregados.
Fue una noche de miércoles distinta, fue un concierto muy diferente. Nos divertimos. Mereció muchísimo la pena. Me traje el "Wildfire" firmado y el jueves el sueño no fue para tanto. Ojalá la pueda volver a ver.
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© Diario de un Metalhead 2019.
