miércoles, 13 de marzo de 2019

“Lords of Chaos”: no dejes que te la cuenten.


Por Simón García López.

Conocer que alguien iba a hacer una película sobre el Inner circle y los inicios del True Black metal Noruego la verdad que no me hizo especial ilusión. Me imaginaba un proyecto frívolo, poco serio, tendencioso y carente de la profundidad que necesita, no sólo la historia que se iba a contar, sino también el estilo de música que inevitablemente la acompaña como principio esencial de todo. 

He comentado y me he explayado en ocasiones sobre lo cansado que resulta encontrarse una y otra vez con personas que se aproximan al metal extremo desde el total desconocimiento, por curiosidad o imperativo laboral, y que por incapacidad para entender la profundidad de los estilos de música que engloba esta tendencia, por edulcorar algo que es mucho más profundo de lo que pensaban o por puro desprecio, terminan ridiculizándolos, minimizando su profundidad e impacto artístico. Ha sido y es siempre la salida fácil a lo que no se entiende y como siempre digo, dice mucho y muy poco a la vez de quien lo hace. 

Por todo ello imaginé que “Lords of Chaos” caería en ese mismo error y casi por obligación como fan la vi cargado de prejuicios, pensando que sería un producto poco serio que banalizaría lo que ocurrió en Noruega a principios de los 90. Me equivoqué. Puede que le falte profundidad a la película, sobre todo en la construcción de la personalidad de los personajes y los problemas de fondo, pero no es frívola ni su intención es la de ridiculizar ni mucho menos personas ni hechos. Todo lo contrario. Creo que lo mejor de la película es que intenta desprender a la historia de todo el sensacionalismo y el “glamour” que durante años se ha querido crear desde los medios especializados de metal, expandidos por el fenómeno fan, alrededor de un movimiento eminentemente juvenil, musical y con poco definidas bases teóricas que mezclaban satanismo con paganismo, anticristianismo, nazismo y comunismo. 

No sólo han frivolizado sobre el Black metal desde fuera. También se ha frivolizado desde dentro, desde el mundo del metal. Nunca se ha entendido muy bien qué motivó el movimiento Black noruego, cuáles eran las causas y motivos, y porqué hicieron lo que hicieron incluso musicalmente. Querer sonar mal adrede es algo hasta cierto punto incomprensible para cualquier músico.


Creo que no se ha entendido porque Noruega es un país muy alejado al nuestro cultural y socialmente, y lejos de los países nórdicos todo aquello resultaba extraño, sin sentido y tan monstruoso como ridículo por las poses y lo impostado de muchos personajes, noruegos o no, que han hecho del Black metal un espectáculo y de sus vidas un papel cinematográfico. Por ello se ha escrito tanto sobre el tema, se han hecho tantos documentales, se sigue entrevistando a los protagonistas de aquella época y todos los grupos que de una forma u otra formaron parte de aquel movimiento siguen generando una especie de atracción mística difícil de explicar. Los actos violentos unidos al fenómeno fan de la música siempre han generado esta atracción, pero ¿quiénes eran en realidad aquellas personas y qué pretendían?

La película pone el foco en estas dos cuestiones y las sitúa de manera acertada en su contexto más real y humano: jóvenes con problemas de jóvenes, con necesidades de jóvenes como el reconocimiento, la aprobación y la aceptación del grupo al que quieren pertenecer, que en este caso no era el de las series de instituto típicas, sino algo mucho más serio y maligno como fue en realidad el Inner circle. 

Que el director haya sido Jonas Akerlund, reconocido director de videoclips, documentales musicales y películas, que como dato trascendente fue batería en los comienzos de Bathory y vivió y conoció de primera mano lo que ocurrió en aquella época en Noruega desde la perspectiva de un músico, fan y creador audiovisual, sin duda ha ayudado a darle a la historia el enfoque adecuado y a tratarla de la manera que merecía.


La historia gira en torno a Mayhem y Euronymous, está narrada por él mismo y nos muestra los inicios del grupo, la muerte de Dead, la apertura de Helvete, la creación del Inner cicle, y demás acontecimientos que todos conocemos pero desde el punto de vista adecuado como decía. No son hombres, son casi niños que buscan su lugar en el mundo y capaces casi de cualquier cosa con tal de ser aceptados y encontrar su lugar. 

La película te puede gustar más o menos como obra artística, tiene sus cosas buenas y algunas malas, pero su punto clave para mí es la desmitificación de lo que ocurrió, haber centrado la historia en el contexto adecuado y haber tratado todo con un respeto máximo aderezado con ciertos toques de humor, utilizado sólo como recurso, nunca con la intención de ridiculizar la historia o los personajes. Que en el fondo un comportamiento o situación sean ridículos es algo que a veces no necesita ampliarse. 

Aconsejo a cualquier fan que vea la película. Es un producto serio y respetuoso y merece ser visionada, sobre todo para eliminar romanticismos y mitos, para ver las cosas desde la óptica adecuada, porque nada de lo que allí ocurrió tiene el más mínimo glamour. Es la visión de Akerlund, su película, su obra, y eso no implica que lo que narra haya sido absolutamente cierto. Como se aclara al comienzo, la película está “basada en la verdad, en mentiras y en lo que pasó en realidad”. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
P. D.: No hagáis caso a lo que dice Varg en sus vídeos. No ha visto la película o eso ha dicho y sin embargo le parece un producto de Hollywood (sic) detestable. 


Reseña de Filmaffinity aquí.

© Diario de un Metalhead 2019.