By Simón García López.
Este es un buen momento para que vayas
a tu discografía, busques la canción Cryptorium del Screams of Anguish y la escuches a todo volumen mientras lees esta
reseña. ¿Ya? Arrancamos entonces.
He de reconocer antes de nada que
siempre he sentido una debilidad especial por Brutality, bien sea porque los he
escuchado mil veces, por la indiscutible calidad de sus discos, porque su
carrera se truncó tempranamente o porque siempre los he visto relegados a un
segundo plano de influencia e incluso al olvido. Siempre he tenido con ellos la
misma sensación que con Gardenian u Orphanage. Por los motivos que fuese, nunca
llegaron a donde se merecían y siempre me pareció injusto y una pena.
A cualquier amante del Death metal,
hablar de BRUTALITY es hablar de uno de los mejores grupos americanos de la
legendaria escena de Florida. Cualquiera de sus tres primeros discos es un
pilar del Death metal universal, pero sin duda su primer disco Screams of Anguish es una joya
incomparable. Una obra maestra, sin más. BRUTALITY llevaron el Death metal a un
punto técnico y de buen gusto con ese disco difícilmente equiparable a
cualquier otro grupo de Tampa. La grandiosidad y sentimiento de sus punteos,
únicamente equiparables a los de la leyenda James Murphy (Obituary, Cancer,
Death, entre otros muchos) siempre han sido un punto de distinción. Y es que BRUTALITY eran mejores que la mayoría trabajando con las mismas bases musicales
que los demás. Su sonido era el más limpio y potente probablemente en aquel año
1993, su técnica la más refinada, su calidad compositiva la más compleja, sus
temas instrumentales con bases de teclado las más emocionantes. Probablemente
sólo Death estaban a su nivel en aquel año.
Un año después de Screams of Anguish llegó When
the sky turns black, otra obra maestra, pero ligeramente inferior a su
predecesor y tras este, en 1996 su último larga duración, In Mourning disco más lento, al contrario de la tendencia general
que tendía a ir cada vez más rápido, con pasajes más largos y repetitivos,
donde se hacía necesaria una segunda escucha para asimilar la nueva propuesta pero
con una calidad indudable. Y tras ese disco la separación. En aquella época el
Death metal se veía muy afectado como todos los movimientos tradicionales
metálicos por los nuevos estilos y tendencias, por todo lo que conllevaban en
cuanto a movimientos de discográficas, trasvase de fans o retirada de los
mismos, etc. y para muchos sobrevivir se convirtió en imposible. Me imagino que
a BRUTALITY fue lo que les ocurrió. En aquella época, los grupos tradicionales
de Death metal o desaparecieron o modificaron claramente su estilo, o bajaron
notablemente su nivel. De aquella crisis pocos grupos se salvaron. Caídas dolorosas
para muchos en cuanto a experimentación fueron las de Pestilence, Gorefest,
Entombed o Carcass por decir unos cuantos. El caso más curioso fue el de los
alemanes Morgoth quienes en un ataque de sinceridad o bochorno llegaron a
titular su último disco Feel sorry for
the fanatic.
Volviendo al tema que nos ocupa, tras
su vuelta en 2011 y un prometedor EP titulado Ruins of Humans, BRUTALITY presentan tras 20 años un nuevo larga
duración.
Sea
of Ignorance es un
disco lleno de nostalgia. Un disco de hace 20 años traído a nuestros días con
la esencia indiscutible del Death metal de toda la vida de Tampa. Te vas a
encontrar las características guitarras rápidas dobladas que tanto cuesta escuchar
en estos tiempos, unidas a otras más lentas y oscuras; punteos con gusto
exquisito marca de la casa; alguna que otra parte con teclados, recurso muy
clásico en el Death, y un buen trabajo como siempre en las voces tanto por
parte de Scott Reigel, como por Jeff Acrees, los dos únicos miembros fundadores
tras la reunión de 2011. Ruston Grose sustituye a Jim Coker en la batería y aún
respetando el estilo de este, Grose aporta nuevos matices a la música como por
ejemplo, es uso del blast beat con
charles matizado al estilo black en el tema inicial nada más comenzar o una
velocidad endiablada nunca antes escuchada en Brutality en la parte media de
“48-52”. Si Ruins of Human nos
recordaba a When the Sky Turns Black,
este Sea of Ignorance hará que se te
venga In Mourning a la cabeza en
muchas ocasiones, sobre todo en temas como
“Fatal cure”, pero en general a este le falta la contundencia sónica de
aquel y creo que la falta de Don Gates a la otra guitarra se nota
compositivamente. Y es que casi 20 años fuera del negocio hacen que para grupos
como ellos el regreso sea duro en lo económico y en respaldo discográfico. Por
dar un dato representativo, el disco no tiene ni código de barras, con todo lo
que ello implica.
Dentro de los 8 temas que componen el
disco encontramos una versión de Bathory, Shores in Flames que rompe quizás
con la dinámica del resto de canciones y que si se hubiese colocado como bonus fuera del conjunto de sus
canciones, quizás hubiese quedado más redondo, pero también es una buena
versión y además no es la primera vez que hacen algo así, ya que en When the Sky… ya revisaron Elecric
Funeral de Black Sabbath.
En resumen, BRUTALITY han hecho un
disco más que digno. Un disco de los que ya no se hacen y que desprende la esencia de una época maravillosa para la música extrema.
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