lunes, 25 de agosto de 2025

Un infierno abrasador. HELLFEST, Clisson, Francia. 19-22.06.2025. Crónica. Parte 4/4. Fin.

 

📝 Alejandro "Rochu" & Anabel.
📷 Hellfest.

Domingo.

Domingo: (Rochu).

Llegaba la última jornada de esta complicada edición, donde el clima supuso una tremenda barrera para ver más bandas durante el día y donde como conclusión final, a pesar de ver buenos grupos, se confirmó que este año el cartel no tuvo el nivel que se espera de un Hellfest. Otro punto negativo fue que en las carpas no hubo ese gran sonido que habitualmente suele disfrutarse y que en general no hubo grandes conciertos para el recuerdo, salvo algunas excepciones. Supongo que después de tantos años exitosos era normal que esto pudiera llegar a pasar. Al menos en este último día la temperatura volvió a lo normal en esta zona, con unos agradables aunque calurosos más de veinte grados, nada que ver con lo que veníamos sufriendo. Sea como fuere lo pasamos en grande como siempre y ya contamos los días para regresar el año que viene, donde no tenemos duda que el cartel volverá a ser lo que merece uno de los mejores festivales de música extrema del mundo.

Guilt Trip

Guilt Trip: (Rochu).

Conciertazo de los británicos sin ningún lugar a dudas. Es la segunda vez que podía verlos en poco tiempo, y siendo la primera en sala debo decir que han sabido adaptarse perfectamente a un formato más grande como el de la Warzone del Hellfest. Su crossover entre el hardcore y el thrash es potente, divertido y anima al público en todo momento. Tuvieron un buen sonido, cosa que no es lo normal en bandas emergentes en este escenario y a esas horas tan tempranas, pero es que cuando los músicos son buenos todo es más fácil. Fue un gran arranque de jornada para animarse y empezar a calentar el cuello y las piernas.

Guilt Trip

Gutalax: (Anabel).

No hace falta ni la más mínima presentación para este grupo, y para quién no lo conozca hace grindcore desde la república checa cantando canciones sobre mierda, literalmente. No soy fan ni escucho Gutalax habitualmente, pero no se puede perder la oportunidad de verlos en directo. Ya habían empezado cuando llegué y me encontré un esperpento muy divertido: Los miembros del grupo vestidos en mono blanco como si vaciaran fosas sépticas, el Altar Stage a reventar de personas con escobillas de váter bien alzadas, rollos de papel higiénico volando por todos lados y un baño químico hinchable por encima de toda la gente (¡quién no ha visto el mítico video del concierto de Gutalax donde sí que un baño químico de verdad hizo crowdsurfing sobre todo el publico!). Chillidos de cerdo luchando por su vida, riffs de guitarra veloces y crudos, mucho baile y un público que lo dio todo. ¿Literalmente todo! La verdad que fue la mejor manera de empezar un día donde el cansancio acumulado de toda la semana y el calor terrible que no había dado tregua casi ni de madrugada para dormir se notaba en todo el cuerpo. Risoterapia de esa que llaman.

Lorna Shore

Lorna Shore: (Rochu).

Allí que me fui a las cuatro de la tarde al Main 1 con la curiosidad de ver a los de New Jersey, después de habérmelos perdido en las otras ocasiones que tuve. Pensaba que la banda de Adam de Micco, grandísimo guitarrista por cierto, navegaba más por sonidos cercanos al death/metalcore modernete, de este que me apesta tanto, tipo Falling in Reverse o Bring me the Horizon, pero cual fue mi sorpresa cuando me encuentro un grupo épico, con sonidos a toda velocidad que se acerca por momentos al black metal sinfónico y que le da el toque justo de metalcore a esa mezcla. Que auténtica sobrada de grupo, un batería con una velocidad y técnica brutal -Austin Archey-, un segundo guitarra que nada envidia al primero –Andrew O’Connor-, y un cantante que es el que les ha dado el empujón definitivo a la banda, don Will Ramos, una auténtica máquina de sacar sonidos extremos a la garganta. Solo puedo decir que no me cabía un alfiler en el culo. Qué exhibición dieron, ganando con su sonido incluso al viento que empezaba a levantarse tímidamente y que amenazaba con fastidiar los conciertos del día en los Mainstage. Prometo escucharlos más y no perderme su siguiente concierto.

Saarghot: (Anabel).

No conocía para nada a este grupo pero me pase a ver que se cocía en el Temple, y como me ha pasado ya en muchas ocasiones, me quede flipando con todo lo que había alrededor. De primeras ni siquiera pude adentrarme en la carpa porque estaba desbordada hasta unos cuantos metros fuera y desde casi la puerta de acceso al Altar Stage, justo al lado. Lo que me encontré fue una buena rave de metal-industrial, entera cubierta de negro y con juegos de detalles oscuros con dibujos de ojos blancos. Todos sus integrantes vestidos de riguroso negro y mascaras anti-gas, junto a una “criatura” que se movía por todo el escenario mientras la gente estaba dándolo todo de una manera que me dejó alucinada. Ya veía relativamente poco del escenario desde donde estaba, pero con la cantidad de gente volando por encima del público, la misión era imposible, y es que hubo un momento que era todo una amalgama de brazos, piernas y cabezas. Sonido contundente, en una jornada donde los shows divertidos parecían mandar de inicio, loquísimo.

Lorna Shore

Kylesa: (Anabel y Rochu).

Fue una buena sorpresa ver anunciado en el cartel a Kylesa, y es que los norteamericanos llevaban diez años ya parados. Recuerdo haberlos visto prácticamente en otra vida, con lo que me apetecía bastante ver como les había tratado el paso del tiempo y si tenía sentido de continuidad esta reunión. Desde un Valley Stage bajo un sol de justicia, y buscando las sombras que los ángulos de la estructura central generaban para darnos cobijo, puedo decir que Kylesa estuvieron a la altura. Su sludge metal, con tonos progresivos y psicodélicos, sigue sonando crudo y muy potente, y las voces de Laura y Philip no parecían querer demostrar el paso del tiempo. Temazos como “Running Red” o “Unspoken” recordaron tanto a quienes ya los conocíamos como a quienes no sabían quienes eran, que han vuelto para quedarse. Visto lo visto habrá que estar pendientes de futuras visitas de la banda, pues demostraron que están cuando menos al mismo nivel que tenían cuando dejaron de tocar.

Refused: (Rochu).

Seré breve, no fue la mejor actuación de los suecos, -son buenos músicos, suenan bien-, aunque no tuvieron en esta ocasión un sonido potente, en un Main 1 que para mi gusto se les quedó muy grande, pero al final me pasa lo de casi siempre con ellos, no me transmiten. Un grupo que pegó un pelotazo con un disco, o más bien con una canción, lo dejaron, siguieron viviendo de rentas, volvieron, siguieron viviendo de rentas y ahora se separan supuestamente de manera definitiva y siguen viviendo de rentas. Concierto insulso de principio a fin.

Walls of Jericho

Walls Of Jericho: (Anabel).

Ya estaba nerviosa mientras buscaba un sitio con buena visibilidad en la Warzone para ver a mi querida Candance. Hacía ya unos años que no la veía ni a ella ni al grupo y no me lo iba a perder por nada del mundo. Una Warzone abarrotada, aunque como ya dije en otra crónica tampoco es difícil, porque se queda pequeña desde hace ya tiempo para bolazos como este. Ya desde bien pronto sonó “A trigger full of promises” y la cosa se fue de madre. No sé en que momento ni como pasó, pero me vi delante del todo pegándome con todo el mundo y sin saberlo me empecé a encontrar con gente conocida en el pit. Qúe bonito eso de abrazarte mientras esquivas patadas, brazos y gente pasando por encima de tu cabeza. Acabaron con “Revival Never Goes Out of Style” con la gente puño en alto coreando mientras la cantante y el guitarra se subían en la valla o directamente sobre el público de las primeras filas. Walls of Jericho llevan casi treinta años repartiendo un metalcore brutal y precisamente eso es lo que hace que sigan estando en todo lo alto; no han renunciado a su estilo jamás y nunca defraudan, ni por su sonido que siempre es gordísimo ni por las expectativas generadas, que siempre se cumplen con creces, y es que Candance no canta, Candance ataca! 

Cypress Hill

Cypress Hill:  (Rochu).

Sencillamente una señora fiesta. ¿Quién no ha querido en su vida poner el aspa a este concierto? Soy seguidor de la banda de siempre, y son incontables las anécdotas que rodean mi vida alrededor de su música, así que verlos por fin en directo fue un momento inolvidable. Había visto hace mucho a B-Real en solitario, y ya fue una auténtica maravilla, pero con sus compañeros de travesuras fue muchísimo mejor. Hicieron una sucesión de medleys lanzados desde la mesa y acompañados de banda, dando un repaso a su trayectoria y a sus clásicos homenajes de directo a otras bandas históricas del rap y del metal. Lo que viene siendo una hora de comedia y baile con unas auténticas leyendas y donde pudimos despedir el festival de la mejor manera, con una sonrisa.

Cypress Hill

Falling in Reverse: (Rochu).

Falling in Reverse aka “la verbena de la paloma”, aka “el precio a pagar por ver a Linkin park en buen sitio para nada”. Grupo que intenta cubrir y mezclar cuantos más sonidos modernos mejor con un único objetivo, vender un producto y atrapar a la juventud con un estilo que se supone fresco pero que no pasa de ser un refrito de cosas sin ningún tipo de alma ni estilo. Un gran show audiovisual y poco más. Sorprendente su sonido por momentos, en los que es imposible apreciar ninguna imperfección ni siquiera en la voz, como si su cantante no necesitara ni respirar siquiera. Sinceramente creo que gran parte del show va lanzado desde la mesa y que de lo que tocan o cantan poco se llega a escuchar por las PA’s. Es destacable su momento Coyote Dax con sombreros ridículos de vaquero en una suerte de Countrymetal que demuestra que hay gente a la que ya le vale absolutamente todo. Decepcionante es decir poco, pero no quiero faltar al respeto más.

Falling in Reverse

Linkin Park: (Rochu).

Pues nada tocaba despedir el festival, y mientras unos escogían ir a Knoocked Loose (acertadamente), otros escogimos las cantaditas de Linkin Park para ver que tal le había sentado la entrada de Emily Armstrong. Pues bien, un auténtico coñazo de concierto del que me fui a unas tres o cuatro canciones del final, y bastante aguanté. Concierto lento, donde incluso las canciones más clásicas adolecían de pegada, y es que parecía que tocaban para cubrir el expediente. El show bien cuidado a nivel visual, pero nada más, la gente parada, cantando poquito y bostezando más. El año pasado acabamos con Foo Fighters y este con Linkin park, la noche y el día de las comparaciones, de la fiesta del año pasado al velatorio de este. En cuanto a Emily, qué decir, tampoco es que le hayan dejado mucho protagonismo ni gestual ni de voz, y mira que canta bien, pero creo que compararla con Chester es un error y una injusticia. Como conclusión diré que la culpa no fue de ella, ni del resto de la banda, la culpa fue mía absolutamente, porque he visto a la banda tres veces; ya eran un coñazo en directo con Chester y por supuesto siguen siéndolo con Emily. No sé en que narices estaba pensando. Siempre nos quedará oír sus clásicos en casa... y ya.

Knoocked Loose: (Anabel).

A día de hoy puedo decir con total serenidad que no estaba preparada para el último concierto del festival. De hecho, estaba comiendo algo sentada con mis amigos en frente del escenario donde el show iba a tener lugar, haciendo tiempo para tener sitio con buena visibilidad, cuando de repente, el batería de Knoocked Lose decidió dar un solo golpe de plato -para la prueba de sonido imagino-, y se nos salió a todos el corazón por la boca. Menuda pista estaban dando de lo que se venía. No exagero al decir que ese concierto daba positivo en un test de Richter, porque la barbaridad de concierto que se metieron los estadounidenses va a ser difícil de superar en el futuro en el Warzone. Cada vez que giraba la cabeza veía los ojos desorbitados de toda la gente con la que podía cruzar la mirada, una mirada de no poder creer lo que estaba sonando, y es que de verdad, fue impresionante. Los videos en redes no pueden mostrar la fuerza que allí estaba presente. Son un peso pesado del hardcore a nivel mundial como músicos y lo mostraron con creces, pero no puede faltar dar la enhorabuena al técnico de sonido, que estuvo impecable. Público absolutamente entregado y crowdsurfing de una persona en silla de ruedas hasta adelante del todo, remarcando de nuevo que el hardcore también es para todos. Destaco el tema “Sit &Mourn” y la única pena fue que “Poopy” no subiera a cantar  “Suffocation”, especialmente porque ella tocó hoy a primera hora. Algo que también me gustó mucho fue el silencio que había al final de cada canción, donde la banda no hacía nada de ruido durante unos segundos hasta que el cantante volvía a hablar; supongo que de esa manera teníamos tiempo a poder recomponernos para el siguiente hostiazo en forma de tema. El mejor concierto de todo el Hellfest, sin la más mínima duda. Imposible acabar el festival de mejor manera.

NOS VEMOS EN 2026 CLISSON!

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