La crítica musical que haré ahora no es de un
grupo de Metal Extremo, ni siquiera es de Metal, de ninguna clase de estilos de
esa clase, pero debido a la enorme calidad de este álbum creo necesario que también
salga entre las páginas de Diario de un Metalhead, además que esta clase de
música también es una fuente de inspiración para estilos como el Doom Metal o
el Black Metal, entre otros.
CIRCUNCELION son del País Vasco, más exactamente de
Barakaldo, e Igor Mesmer es el responsable de toda esta creación musical extraída
directamente del mundo onírico, aunque en todo el álbum Begotten Forgotten está
lleno de colaboraciones, tanto en el apartado musical e instrumental, como en
el apartado de las voces y de las letras, creando algo realmente
extraordinario.
Tenemos
que hablar de su principal influencia, la banda Británico-Australiana DEAD CAN
DANCE, aunque también me vienen ecos de bandas inglesas como SOL INVICTUS o
DEATH IN JUNE, comparaciones bastante evidentes si se está metido en estilos
como el Neofolk o el Dark Wave,
ambos entre mis géneros preferidos junto al Metal Extremo.
Pero no cabe duda de que ellos quieren darse a
conocer como unos amantes fieles de DEAD CAN DANCE, la voz de Igor Mesmer llega
a unos registros realmente abrumadores de sensaciones, los cuales parecen
sacados de la garganta de Brendan Perry en cualquier álbum con Lisa Gerrard,
pero aquí con una esencia diferenciadora respecto a la banda madre.
No se puede negar la capacidad de CIRCUNCELION a la hora de
crear atmósferas etéreas y atractivas, ya no solo para nuestros oídos, también
para nuestra mente y nuestro subconsciente, que nos invita a cada instante de
cada canción a un viaje fuera de este mundo físico, para palpar lo impalpable.
Aquí no hay guitarras eléctricas, ni baterías
estruendosas, ni voces agresivas. En su lugar pianos, sintetizadores, una suave
percusión de tambores y sonidos electrónicos, instrumentos de viento que
revolotean alrededor nuestro, todo para conseguir recrear un universo paralelo
en nuestro interior, una odisea ciertamente reparadora desde el lado más
desconsolado.
Todas las letras están en la lengua de
Shakespeare, a excepción del tema Gure Bazterrak que está en su lengua
materna el Vasco, y todas están basadas, como en su música, en una profunda
melancolía, tiempos de añoranza y momentos de dolor, que hacen estremecer al
oyente.
En frases como “Escondo mi dolor y nunca dejo que ellos vean
lo que ha hecho en mi” de su tema Misanthrope o con la frase que comienza el
álbum “Retorcidos deseos cosechan miedos, Amaneceres dorados de la locura que
acechan” del tema As Mist That Never Forsakes The Morass podréis ver una
pequeña muestra de temas de pesadumbre hechos canción, pero van mucho más allá
y las letras siguen y se convierten en poemas.
La calidad que aquí se desprende es descomunal, sin ningún
tipo de miedo podría pasar por un álbum de DEAD CAN DANCE e incluso superarlos
en aspectos de alguno de sus álbumes.
Un trabajo muy especial para gente con un gusto
verdaderamente exquisito que le guste lo misterioso y seductor y de paso con ello hacer algún viaje
astral. Pues no todo en la vida va a ser mover las melenas y romperse la cabeza
contra el escenario.
Gente devota de los grupos citados SOL INVICTUS, DEATH IN
JUNE pero ante todo DEAD CAN DANCE, conseguir este material con los ojos
cerrados, tendréis una gran joya en vuestro poder.
Además se sacó una pequeña tirada de 200
copias en precioso vinilo y en breves otra en formato CD a través del sello
Gradual Hate Records.