lunes, 17 de marzo de 2025

Other bands play, Manowar Kill. KINGDOM OF ROCK FEST, Pamplona, 08.03.2025. Crónica.


📝 Alejandro Rochu.

Este 8 de Marzo en Pamplona se ha visto nacer de la mejor manera posible un gran proyecto, el KINGDOM OF ROCK. La apuesta fue total y arriesgada, pero por lo vivido en el Navarra arena este pasado sábado se puede decir que el éxito ha sido rotundo, hasta el punto que ya han asegurado una nueva edición para 2026, que será el 7 de Marzo en la misma localización, aunque todavía no han dado información de que grupos compondrán esta nueva edición.


Para esta primera entrega el cartel estuvo compuesto por la banda local de thrash metal ELECTRIKEEL, que por desgracia no pudimos ver, por los alemanes FREEDOM CALL, y como platos fuertes la reina del metal DORO PESCH y los legendarios MANOWAR, grupo que jamás ha pasado inadvertido en sus visitas a nuestro país, para bien muchas veces y para no tan bien en otras.

La primera gran señal del día era ver el gran ambiente que había por la ciudad en las horas previas y que auguraba cuando menos un éxito de público. Riadas de gente y autobuses urbanos a rebosar avanzaban hacia el recinto Navarra Arena, un pabellón ideado expresamente para albergar conciertos, moderno, cómodo y con capacidad para algo menos de 15.000 personas, y dónde si no se llenó el recinto fue por muy poco, pues algunas estimaciones sin confirmar hablaban de la presencia de más de 12.000 personas. En la parte mala es cierto decir que por momentos el recinto se quedaba un poco justo de baños, al menos en la pista, pero hay que agradecer que hayan tenido tan en cuenta la acústica a la hora de construirlo, estando tan acostumbrados a sitios que por muy bonitos que puedan ser no cumplen con su principal objetivo, dar una buena calidad sonora.

Con aproximadamente medio aforo y mucha gente refrescando el gaznate en los aledaños del pabellón empezaba el concierto de FREEDOM CALL. La banda empezaba puntual a las 19:15 y con la energía de su "Hammer of the Gods", pero poco consiguieron contagiar al público, más allá de sus fans más acérrimos. Los motivos fueron claros, por un lado la pista estaba todavía en proceso de llenarse, y en muchos casos era un público más deseoso de ver a los dos grupos principales. Por otro lado y más importante el sonido estaba siendo pésimo, probablemente motivado por órdenes de limitar el sonido progresivamente de menos a más hasta los cabezas de cartel, si no sería difícil de explicar lo que se estaba escuchando en ese momento.

Los alemanes fueron haciendo un recorrido por gran parte de sus éxitos, como el "Tears of Babylon", "Union of the Strong", "Freedom Call" o el "Warriors", así como algunos temas de su último disco "Silver Romance", pero ante tal pelota de sonido animarse resultaba imposible. Después de presentar su canción homónima del nuevo disco decidí ir a primeras filas, ahora que era posible, y comprobé que tampoco hacia adelante mejoraba mucho la cosa. Una vez terminó "Mr. Evil" decidí volverme a la zona de la mesa de sonido donde, salvo algún fan que cantaba en la lejanía, el resto de la gente estaba más a rellenar sus bebidas y a la charla.

No estaba para mucho más el concierto, a pesar de reconocer que la banda en el escenario estaba dándolo todo, demostrando porqué tienen casi treinta años de trayectoria y porqué se han convertido en uno de los baluartes de este siglo en cuanto a power metal se refiere. Una pena estas supuestas decisiones de las bandas de limitar a los grupos teloneros, pues son una falta de respeto total a las bandas y al público, pero sabemos de sobra como funciona esto, no nos vamos a sorprender ahora.

Con puntualidad salió también a la palestra DORO, la diosa alemana del metal, un título ganado a pulso a lo largo de los años, y una artista que siempre ha sido querida en nuestro país sobremanera. Era una noche de heavy metal de la vieja escuela, y si en ese sentido MANOWAR son una leyenda no lo son menos los WARLOCK, y no exagero si digo que gran parte de la audiencia iba por ver a DORO casi tanto como a MANOWAR. La pista en este punto ya estaba casi llena, y lo único que quitaba un poco de magia al momento fue una tenue luz azulada del pabellón que nos acompañó durante toda la tarde hasta el comienzo de los cabezas de cartel, en otra de esas decisiones caprichosas que son difíciles de entender.

El concierto arrancaba con la banda sobre el escenario haciendo los primeros acordes de "I rule the ruins", y con una Doro que se asomaba previamente por el escenario  animando al público. Fogonazo y allí salía ELLA como un torbellino, dando el escopetazo de salida a un concierto que iba a mantener un nivel altísimo de intensidad durante los casi setenta minutos de actuación. El público coreaba la canción al igual que hizo con su segundo clásico de WARLOCK, "Earthsaker rock", en un setlist que estaría repleto de himnos de la banda alemana. Las únicas excepciones llegaron en tres temas de su último disco "Conqueress - Forever Strong And Proud", donde la primera en sonar fue "Time for Justice", una canción que define el estilo de la artista por sí misma, afiladas guitarras y esa voz potente y desagarrada que todavía mantiene intacta. Tiempo para otro clásico atemporal "Burning the Witches", donde el público volvía a corear desde todas las esquinas. En el escenario la energía de DORO y de la banda al completo fue tremenda, y no dejaron de moverse y animar al respetable en cada canción del completo setlist. Seguían presentando su nuevo disco con "Fire in the sky", y se notaba que el público bajaba un poco el pistón, pero poco duraría ese momento de “relax”. Antes de llegar un tridente de canciones demoledoras del setlist, debo decir que el sonido aun siendo mejor claramente que el de FREEDOM CALL todavía tenía mucho que mejorar, y pienso que también en este caso no pudieron aplicar toda la potencia que se podía desde la mesa. Hasta ese momento la sensación de “sonido alejado” estaba presente si te encontrabas desde la mesa de sonido hacia atrás, pero poco a poco, canción a canción, consiguieron un sonido bastante aceptable. Siempre nos quedará la duda del conciertazo que hubiera sido (aún más) sin esas limitaciones. Dicho esto, el momento "Raise yor fist in the air", "Für Immer" (emotiva a más no poder) y "Hellbound" fue arrollador, con recuerdo incluido de Doro dedicado a sus primeras visitas a nuestro país en los años ochenta. Acto seguido, un poco de calma que fue bien recibida por parte del público ante lo que se nos vendría encima al final; todo se relajó un poco en uno de sus temas nuevos, "Children of the dawn" y también con su "Revenge" de 2012, que a pesar de todo sonó como un auténtico cañonazo.

A partir de ahí no habría tiempo para concesiones, versión del "Breaking the Law" de JUDAS PRIEST, que vuelve a enganchar al público, y para rematar los que pueden  que sean tres de los temas más representativos del estilo WARLOCK, "All we are", donde todo el público se vino literalmente arriba como era de esperar, "Metal Racer" y una "True As Steel", que te dan ganas de sacar el martillo, el yunque y hacerte herrero. En resumen: intensidad, ganas, una banda musicalmente perfecta y una DORO por la que no pasan los años, que sigue cantando como la auténtica diosa del metal que es, y que no para de entregar energía y sonrisas a su público durante toda la actuación. Muy grande, enorme, no se puede pedir más por su parte. Por cierto, se agradecen y mucho las pantallas a los laterales para poder seguir de cerca a los músicos, pero hay que tener cuidado con los formatos de video, porque sucedió que no estaban correctamente ajustados y nos ofrecieron una imagen un pelín deformada de todos ellos. Digo esto porque en este caso la imagen no fue la gran aliada de los artistas en dichas pantallas.

Se acercaba el momento estelar; primero unos avisos en el telón dónde se prohibía hacer crowdsurfing y moshpit durante la actuación (que no es que sea una cosa habitual en un concierto de MANOWAR), y otro haciendo lo propio con la toma de fotografías y vídeos durante la misma, que por supuesto fueron recibidos con abucheos. Al respecto he de decir, en cuanto a lo de las fotos y videos con el móvil, que nunca es bueno prohibir, pero que ya es exagerado lo de la gente que graba los temas enteros en vez de disfrutar de la actuación y dejar que los demás también lo hagan, porque molestan y mucho. Por mi parte siempre cae algún video corto para enviar a alguien, pero nunca entenderé lo de querer tener en casa un archivo de videos enormes con una calidad pésima de imagen y sonido, habiendo directos oficiales de las bandas para disfrutar a gusto. Es un opinión personal, allá cada uno con sus filias y sus fobias. Ya no hay tiempo para más briconsejos, que empieza la traca final, que aunque llegó con quince minutos de retraso, que eso con MANOWAR equivale a suspense, al menos esta vez sí que llegaba.

Pirotecnia y ahí salían los de Joey DeMaio y Eric Adams, con más de 70 años (bien llevados por cierto), a defender su trono y a decirnos que están ahí por derecho propio, y que no nos vamos a arrepentir de lo que estamos a punto de vivir, y vaya si fue así. Llevaba veinte años sin verlos, iba a ser mi cuarta vez, e iba con un poco de recelo, no porque las otras tres no hubieran sido buenos conciertos, lo fueron; alguno fue mejor que otro, pero siempre había algún pero, demasiado corto, no bien del todo de sonido, mucho parloteo, etc… A ello hay que sumar la desilusión por no poder verlos en recientes cancelaciones, cuando se supone que ya venían con un gran show en plan cabezas de cartel, como nunca hacían hace veinte y treinta años. Cancelaciones que según los festivales eran culpa de la banda, y según la banda era culpa de los festivales. Negar que MANOWAR no debe ser un grupo fácil de gestionar es mirar para otro lado, pues cuando esto les ha sucedido en varios sitios algún motivo debe de haber, pero bueno, si juegas con ellos tienes que atenerte a esa circunstancia.

Dicho esto, y una vez se apagaron las luces empezaron a disiparse todas las dudas, la producción a nivel de escenario, iluminación, pirotecnia, humo, etc, fue la que merece un grupo que ya está en el olimpo del metal. Arrancaron con "Manowar", con un sonido que ya sobrepasaba todo lo escuchado ese día, aunque quizás un poco embarullado, pero con la ilusión del arranque yo creo que nos dio a todos igual. DeMaio empezaba con su show de gestos habituales retando a las primeras filas, Dave Chedrick a la batería tiene la pegada y la calidad suficiente para llevar el peso de la banda perfectamente, y Michael Angelo Batio no es que sea un grandísimo guitarrista, que lo es, es que encaja al 100% con la banda, y si me apuras su gusto y su estilo tocando es lo más parecido que podría haber a Ross the Boss, que gran sorpresa. Continuaron con "Fighting the wolrd", "Kings of Metal" y "Brothers of metal", y qué decir, el público lo cantaba todo, el éxtasis era total, y no era para menos. En solo cuatro canciones el sonido ya había alcanzado cotas insospechadas antes de comenzar, era casi perfecto. Para ese momento Eric Adams ya nos tenía a todos comiendo de la mano, no ha perdido un ápice de su encanto como frontman, y a sus setenta y dos años parece que el tiempo no pasa por él. Es increíble cómo sigue dominando a las masas de un lado a otro, pero lo más alucinante es la voz que conserva, está claro que han bajado un tono en algunas canciones, lo raro sería no haberlo hecho, al final la edad es la edad, pero en ese rango sigue subiendo y bajando como quiere, y dio señales de estar en buena forma continuamente. 

Qué decir de los nueve temas que nos esperaban a continuación, una mezcla perfecta de dos de sus discos más emblemáticos, el "Hail to England" y el "Sign of the Hammer". En el resto de la gira tocan entero uno de los dos, pero aquí tuvimos la gran fortuna de poder escuchar un mix casi perfecto de ambos discos. El primer arreón dedicado al "Hail to England" con "Army of the Inmortals", "Blood of my enemies", habría lágrimas si no hubiera que cantar cada maldita parte, y es que son tantos recuerdos… Continuaron con "Kill with power", donde ya no pueden lucir tanto las acrobacias vocales de Eric, pero que decir de este tremendo temazo, la gente rezaba cada coro como si estuviera en plena batalla… que emocionante. Finalizaban el bloque con el solo de DeMaio, el "Black Arrows", en una de sus pajas mentales compositivas más históricas, imposible que no nos saliera una enorme sonrisa.

Tocaba saltar de disco y empezaron con la delicada "Mountains" con esa tremenda atmósfera, interpretada perfectamente por Eric y por un Joey al que pocas veces le he escuchado el bajo tan nítidamente. Tengo que decir que los solos de Batio eran un homenaje continuo al legado de Ross the Boss, tal parecía que teníamos delante al creador de esas joyas de los años ochenta. "All men play on ten" y "Sign of the Hammer"  siguieron la línea marcada, energía, potencia y épica en estado puro. Llegaba para mí llegaba el momento mágico de la noche, y si hablamos de épica, el sinónimo apropiado sería la que es una de las mayores canciones escritas jamás por la banda, "Bridge of death", que me puso los pelos como escarpias. Por último una expléndida "Thor" ponía punto y final a su homenaje a estos dos grandes discos. 

El penúltimo acto iba dedicado a cuatro temas de este siglo, "Sons of Odin", "House of death" "King of Kings" y "Fight until we die". Seguramente que la mayoría preferiríamos más temas de la vieja escuela, pero son sus creaciones, y seguro que ni quieren desmerecer esta época ni dejar de lado a los fans que los han ido conociendo estos últimos veinticinco años. Yo si soy sincero aproveché para pedir cerveza y visitar el baño, que no iba a ser nada sencillo. Con esto se retiraron, preparándonos los bises que serían el culmen de una noche maravillosa. 

Primero aparecía Joey para su tradicional homilía. En un speech de casi diez minutos en un preciso español arremetía sin dar nombres contra todos esos que “odiaban” Manowar, y que eran los culpables de que llevaran catorce años sin venir, saltándose la visita al ROCKFEST del 2014, en el que cancelaron en 2022, con lo que imaginamos por donde iban sus dardos. Acabaron brindando con pacharán en el escenario con los promotores del KINGDOM OF ROCK, y haciendo una apología de unión entre los que si estamos allí apoyando a la banda, sabiendo como meterse al público en el bolsillo. Con esto llegaba la despedida, una coreada hasta la saciedad "Warriors of the world united", que continuaba con el sentido del discurso de Joey, y para rematar dos megaclásicos, una poco reconocible "Hail and kill", donde el sonido de repente pareció flaquear ligeramente con un bajo desmesurado, hasta el punto de que costaba distinguir la melodía de la guitarra, si no fuera porque el chorro de voz de Eric nos guiaba. Y por último uno de los temas más cantables, saltables y todo lo que se pueda hacer para despedir semejante fiesta, "Black wind fire and steel" , en la que Eric se despidió con un "steel" tremendo que hizo que ya nos derrumbáramos en aplausos. Esto daba el paso a la parafernalia habitual de despedida, primero Eric sujetando guitarra y bajo con sus brazos haciendo una cruz (poca broma el esfuerzo, hay que estar fuerte) para que Joey y Batio jugaran en los trastes. Segundo Joey rompiendo sus cuerdas a juego con las explosiones y tirándolas al público y un Eric que como siempre promete “we will return”.

Una noche de recuerdos, de muchos recuerdos, de satisfacción por haber contemplado tal descarga de TRUE METAL, y de esperanza por poder volver a verlos antes del fin. Si amigos, esto tiene que acabar asi:

Who were those four men?

Who were they?

They were the metal kings!!!

© Diario de un Metalhead 2025.

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