Sabía que iba a ser una maravilla. Con ellos no hay fallo. Ahora, tras unos días dándole unas vueltas, tocaba escribir sobre ello.
Había escuchado la muy disfrutable y estribillera “Acto de Fe” y otro de los singles “En mi piel” y vi que lo que se avecinaba. Este “Inmortal” iba a gustarme.
Son tan auténticos como inconfundibles. Nunca han buscado la aprobación o el caerte bien, simplemente han sacado su música y si el metal corre por tus venas, a la fuerza te han de emocionar. Tienen a uno de los mejores frontman del país al frente y la carretera es su hábitat natural. Es por ello que han tardado la friolera de seis años (desde “Berlin”) en sacar canciones nuevas.
“Inmortal” es media hora de puro Hamlet repartido en diez cortes de sonido suciamente intenso en el que mantienen toda la fuerza y la contundencia que les ha hecho grandes y que les ha servido para mantenerse en la primera línea estatal desde que abandonaran la laca. Sonido cargado de distorsión con el que la banda parece regresar a sus orígenes tras un "Berlín" un tanto más experimental.
Que sea media hora de música hace que el álbum sea totalmente exportable al directo aunque nos contaba Luis Tárrega que no lo van a llevar entero.

Nueva entrega de brutalidad riffera, de intensidad rítmica. Suenan como una apisonadora, con una base rítmica que me encanta por lo brutalísimo de su distorsionado bajo, -creo que más que nunca- que en cortes como “En mi piel” se hace omnipresente, algo que me chifla.
A la voz un Molly que deslumbra con sus cambios de voz, pasando de limpias a guturales pasando por las partes rapeadas. Aunque es tan camaleónico que me despista en el comienzo de la riffera “Paz y Amén”. Su trabajo hace totalmente imposible caer en el aburrimiento, aunque eso con Hamlet no te puede ocurrir ni siquiera vistiéndose un traje instrumental como en “(41.93833403, -74310342)”, corte electrónico que sin duda me recuerda a aquellos Die Krupps de antaño y que poco tiene que ver con lo que conocemos de Hamlet.
“El gran teatro del universo” es otra de mis favoritas, pero quizás sea porque me recuerda a “Tortura-visión”, porque en este disco hay reminiscencias de “Insomnio” que probablemente sean más descaradas en este corte que en ningún otro. Ojo al fulminante final.
La sorpresa viene en el cierre con “Sombras” una canción nirvanera desvelada hace más de cuatro años como single y que han recuperado para que no se perdiera para siempre en el mundo de lo digital, algo que es digno de agradecer, porque si hay algo guapo en esta vida es desprecintar un disco.

30 minutos. No hace falta más. Si se te hace corto, haces como yo. Le das otra vuelta.
“Inmortal” ha sido grabado en Sadman Studios y Bitterhood Studios, producido por Carlos Santos y Hamlet. El álbum se ha publicado en formato vinilo gatefold, digipack, cassette y está en todas las plataformas digitales.
A la venta en Demonshop aquí y en la tienda de El Tridente aquí.
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