lunes, 3 de julio de 2023

LEGADO DE UNA TRAGEDIA: Aquelarre de Sobras (Art Gates Records, 2023).

Por Jorge López Novales.

Me ha tomado su tiempo asimilar el nuevo trabajo de Legado de una Tragedia. No podía ser menos. Cuando cae en mis manos un trabajo de Joaquín Padilla, comienza un trabajo inverso: partir de su obra para buscar de dónde han salido cada una de las motivaciones, de cada una de las composiciones, que la conforman

¿Qué sabía antes de Goya? La verdad es que poco. Todos tenemos alguna referencia de las pinturas negras del pintor (alguna de sus obras más emblemáticas de esta serie), sobre las que versa este “Aquelarre de Sobras”. A mí, por lo menos, de primeras, se me escapaban sus circunstancias, las motivaciones de su creación.

¿Cómo resumiría este disco? En el ocaso de su vida, cuando todos lo daban por perdido, Goya, atormentado por sus demonios, crea catorce pinturas de un valor incalculable, al óleo, en las paredes de su hogar.

Es curioso, según fui sacando más cosas de los temas cada escucha adquiría un nuevo matiz.

Si Britania, con un envoltorio más sencillo, recreaba toda una cultura en un ingente esfuerzo (toda una parcela de la historia), en esta ocasión, nos metemos en la mente de un genio. Eso conlleva a crear un lenguaje complejo que nos dibuje detalladamente un estado mental. Un estado mental que incluye delirio, alucinaciones y vértigo. Hay que recordar que el pintor vivió en primera persona una guerra. No es fácil. Es llevar el concepto de “Legado de una Tragedia”, que se estaba empleando hasta ahora, mucho más allá. Requiere unas herramientas que no abarquen sólo el metal sinfónico o el power metal (simplificando mucho los trabajos de Joaquín). Se requería, por ejemplo, de una mayor profundidad de la que vimos cuando se trataba la figura de Edgar Alan Poe.

¿Se necesita oscuridad? No hay nada más oscuro que el black metal. Es un atajo en el que nos sumergimos repentinamente en un turbulento océano de emociones. Los elementos de metal extremo empleados con sobriedad (sin recrearse en exceso en sus formas), como es el caso, crea algo atmosférico creíble, un estado anímico que sienta muy bien a esta obra. Por eso “Aquelarre de Sombras” puede tener la apariencia de muchas cosas (todo ello sujeto a muchas interpretaciones): un metal sinfónico con regusto a Therion, algún estribillo que te pueda recordar a Rhapsody, la faceta más sinfónica de unos Dimmu Borgir (aunque hay algunos pasajes muy crudos), el sentido “avantástico” de algún estribillo... No digo esto como algo malo. Se utilizan todos estos elementos para crear algo único y muy personal.

¿Temas largos ajenos a radio fórmulas? Lo que se necesite, lo que pida su música. Padilla no se ve condicionado por ello.  Siempre ha sido así.

La fórmula de Legado de una Tragedia sigue vigente. Los personajes que van apareciendo en los temas siguen siendo músicos de renombre de la escena estatal. No aparecen sin ton ni son; los personajes cobran vida. Si se requiere de algo “diabólico” puede tirar de Diva Satánica o las guitarras de Iván Magdalena (Noctem). A nivel instrumental también participan muchos instrumentistas (es lo que más cuesta apreciar sin un libreto delante).

Padilla es Goya. Y se da a conocer en “La Quinta del Sordo”. Este lugar es el contexto, el lugar sobre el que gira todo. El tema más importante sobre el que se construye todo. “La Quinta del Sordo” (nombre de la finca) fue su hogar durante unos años, hasta que tuvo que exiliarse a Burdeos (los liberales no eran bien vistos tras la reinstauración del antiguo régimen). Aquí se quedaron sus pinturas, en sus paredes, hasta que fueron rescatadas con métodos que harían llorar a un restaurador actual.

Primero accedemos al hogar del artista y posteriormente a su mente.

Es lógico que cierre la sufrida Leocadia junto con Goya, su compañero sentimental. Aquí encontramos una canción que desprende melancolía, pura emoción, llamada “Hasta encontrar la luz” con el que se cierra este “Aquelarre de Sombras”. Cuesta hacer un tema a tema entre el primer tema y el último (una introducción y un epílogo), porque lo veo todo como unificado.

Si padilla pensase que necesita una orquestación moderna para una de sus obras, no lo dudaría. Quién sabe si le da por viajar a un lejano futuro, recorrer el antiguo Egipto… Yo estaré muy pendiente de lo que venga.

Me compraré este “Aquelarre de Sombras” en breve.

Tracklist:
1.La Quinta del Sordo
2. Brujas y Nigromantes
3. Desastres de la Vejez
4. Rapsodia del Caos
5. La Peregrinación de las Ánimas
6. Misantropía
7. Los Secretos de la Noche Inmortal
8. La Desazón del Alma
9. Los Hijos de Mefistófeles
10. Hasta Encontrar la Luz

Colaboraciones:
Víctor García (WarCry) – Voz
Isra Ramos (Amadeüs) – Voz
Jorge Berceo (Zenobia) – Voz
Miguel Ángel Franco (Saurom) – Voz
Tete Novoa (Saratoga) – Voz
Leo Jiménez – Voz
José Broseta (Ópera Magna) – Voz
Rosalía Sairem (Therion) – Voz
Thomas Vikström (Therion) – Voz
Clau Violette (Astray Valley) – Voz
Hynphernia (Death & Legacy) – Voz
Javi Gianno (Cyan Bloodbane/Steelforce) – Voz
Diva Satánica (Bloodhunter) – Voz
Alfonso Arróniz (ex Sylvania) – Voz
Alirio Netto (Avalanch) – Voz
Dani Nogués (Lèpoka) – Voz
Kike Fuentes (Nocturnia) – Voz
Andy Martínez (Headon) – Voz
Baol Bardot Bulsara (TNT) – Voz
Diego Valdés (Adamantia) – Voz
Javier Cardoso (Drago/ex Vita Imana) – Voz
Marc Storm (Drakum) – Voz
Lizkiller Q (Archetype X/Erzsébet) – Voz
Manuel Ibañez (Medina Azahara) – Teclados
Manuel Ramil (Mägo De Oz/Adventus/Delalma) – Teclados
Víctor Mateo (Sacramento) – Teclados
Jose Pineda (Snakeyes) – Bajo
Carlos Expósito (Stravaganzza/Leo Jiménez) – Batería
Jose Rojo (Poison in Vain) – Guitarra
Iván Magdalena (ex Noctem) – Guitarra
Dani Arcos (Bloodhunter/Débler Eternia) – Guitarra
Javier Nula (Ópera Magna) – Guitarra
Robert Rodrigo (Robert Rodrigo Band) – Guitarra
Fran Soler (Adamantia) – Guitarra
Miguel Ángel Leal – Guitarra
Alberto Rionda (Avalanch) – Guitarra
Jorge Escobedo (Sôber) – Guitarra
Pablo García (WarCry) – Guitarra

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