Texto: Julia Martínez-Lombó Testa.
El pasado 22 de julio tuvo lugar una nueva cita para los amantes del Hard Rock en el Kuivi Popup.
Se notó en falta la presencia de algunos habituales en los conciertos de la banda, debido a que Iron Maiden esta noche actuaba en Bilbao. Aún así, hubo una muy buena presencia de público.
Enumerar los méritos de Drunken Buddha llevaría mucho tiempo. Su última actuación sería como invitados en Puerto de Vega en la semifinal de la Metal Battle el 25 de marzo de este año.
El factor sorpresa de la primera actuación que vimos en la semifinal de la Metal Battle hace ya algunos años ha desaparecido, algo que no resta interés a acudir una y otra vez a sus shows. Y ya han sido muchas las veces que los hemos visto en el escenario. Sorprende presenciar cómo consiguen mantener esa energía, siendo impredecibles, ya sea en un escenario grande o pequeño. Nunca te cansas de repetir.
Michael Arthur Long, su vocalista, es un showman, arrastra todo el peso de frontman. Los demás llevan la música consigo y es inevitable quedarte mirando la guitarra de Diego Riesgo, la pegada de Kay Fernández, Fran Fidalgo enarbolando su bajo o la encarnación de Jon Lord, Mario Herrero.
La base de su setlist es firme. Arrancan con la intro “March of Dementia” antes de meter la directa con “Sea of Madness”, y acometer sin pausa “Devil Breath”.
El sonido estuvo al principio algo saturado, con un volumen excesivo para el lugar y las características del equipo. Se fue corrigiendo poco a poco con el paso de los temas.
Kay Fernández no escuchaba la voz de Michael Arthur Long, con lo cual también tuvieron que hacer reajustes en este sentido que no impidieron el normal desarrollo del concierto.
Tras una breve interacción del vocalista empiezan “Purple Skin” que baja un poco el ritmo respecto los dos primeros temas. Saltamos a su primer trabajo con “Can´t Hold your Gaze”, para encarar “Back Where I Belong” y “Sweet Huntress”, un tema que prevemos será de su próximo disco. Hay que decir que esta noche nos darían tres pinceladas en forma de nuevos temas de lo que será su tercer disco, pero fue un “presentar sin presentar” pues tampoco hicieron hincapié en este hecho y sería al terminar alguno de los temas cuando con un “os hemos dejado un poco fríos que este tema no lo conocíais aún” anunciaban estas novedades.
Con “Jester Song” y una acelerada “Hang´em High” nos vemos inmersos de nuevo en la locura, asentada sobre una más que contundente base rítmica de Kai Fernández y Fran Fidalgo.
La primera versión llegaría con “Mr. Big”, tema de Free. Un tema que según Michael Arthur Long les vale para hacer una pequeña parada. Y es que con “Monster” enloquecería la banda y el público. Por primera vez en la noche, el cantante saltó fuera del escenario, para regocijo de quienes podían cantar a su alrededor y temor de nuestro fotógrafo de cabecera, primero porque casi se lo lleva por delante y luego por saltar al lado de la mochila con el equipo (nota para futuro, no dejar nada encima de mesas o útiles varios que valgan a Michael Arthur Long para saltar sobre ellas). “Monster” es ya un clásico de sus conciertos, un tema de su primer trabajo que espero nunca desaparezca de su set, somos muchos a los que este tema nos hace disfrutar especialmente.
Sus habituales speech no hacen perder el ritmo del concierto y, aunque en esta ocasión intentase convencernos de que “a partir de ahora voy a ser un tipo serio y formal”, todos sabemos que esta es la esencia real de la banda.
Llegaba el momento de un tema que ya va siendo habitual en sus conciertos pero que, como ya nos contaba Larry en la crónica de Puerto de Vega sigue sin editarse, “Dance of the Serpent Queen”, esperemos que sea uno de los cortes del próximo álbum. Otra de las versiones habituales sería el “Walking in the Shadow of the Blues” de Whitesnake, un tema enmarcado entre novedades, pues tras este, “The Battle Within”, con solo incluido de Fran Fidalgo, el tercer disco va teniendo muy buena pinta.
“Medicine Man” se anuncia con un nuevo speech de Michael Arthur Long en el que nos intentaría llevar a los tiempos en los que Igor Paskual militaba en Babylon Chat, a quien pretendía emular con su habitual baño en champán (dos botellas cayeron en esta ocasión, regando también al público asistente).
Así encarábamos la resaca final del concierto, donde Michael Arthur Long empezaba a referirse a Jorge Moldavo y su timbre vocal, algo a lo que el cantante de Caballo Moldavo respondería con una pequeña colaboración espontánea en el tema con el que cerrarían. Pero no sin antes ofrecernos dos cortes más de su primer disco, “Strangers & Fools” y “Lady Stardust”. Ya en estos temas pudimos ver cómo Diego Riesgo bajaría con su guitarra entre el público (ese cable va a dar algún problema un día) que dedicaría este último tema a sus compañeros de TPA presentes en el espacio Kuivi”.
La apoteosis llegaría con la versión de “Highway Star” de Deep Purple: Michael Arthur Long cediendo el micro a Jorge Moldavo por momentos y Diego Riesgo de nuevo entre el público.
Asistimos a un show que intercala temas de sus dos discos, alguna versión y que llegaría al éxtasis con la citada “Highway Star”. ¿Particularidades? Nuevos temas que formarán parte de un nuevo disco. Como la ya escuchada “Dance of the Serpent Queen” con su coreable estribillo, “Sweet Huntress” y “The Battle Within” que sigue la senda de temas ya escuchados y que tuvo una acogida un poco fría.
Siguiente parada Rock Nalón, ¿nos deleitarán con más nuevos temas entonces? Por lo pronto, en un escenario más grande Michael Arthur Long se podrá mover con libertad sin soltar el cable de la guitarra de Diego Riesgo, sin darse de bruces contra los compañeros o “casi” estamparle el pie de micro a Fran Fidalgo en uno de sus habituales equilibrios.
© Diario de un Metalhead 2023.
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