martes, 3 de septiembre de 2019

Louder. WACKEN XXX. 31.07-03.08.2019. Crónica y fotos. Parte 3 de 3 y final.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco/Larry Runner/W:O:A.

Vamos con la tercera y última entrega de la crónica del XXX Wacken Open Air.

SÁBADO 3 DE AGOSTO.
Nos tomamos el sábado con algo más de tranquilidad. Llegamos un poco más tarde que en días anteriores con la esperanza de aguantar hasta última hora. Restar de la mañana para sumar a la noche fue nuestra teoría y funcionó en la práctica, aunque bien es verdad que fuimos ahorrando fuerzas durante todo el día, que uno suma unos años y reconozco haber llegado a la última jornada muy justo de fuerzas.

Ceremonia de la Metal Battle

Empezamos la jornada en el Press Tent para acudir a la rueda de prensa de una Metal Battle que se llevaron los folkies letones Varang Nord, con los húngaros Archaic como segundos y con los representantes españoles Drunken Buddha como terceros por muy poco. Completaron los premios Chumatsky de Ucrania y los polacos Vane. No estuvo nada mal y a fe que lo celebramos. Pero eso fue más tarde, porque nada más concluir la ceremonia echamos a correr para ver a Battle Beast.

Drunken Buddha

BATTLE BEAST actuaban a las 14:30 y aún así aquello estaba petado de gente. Aunque llegamos un poco tarde, aún pudimos disfrutar de unos buenos bailoteos y disfrutar de la fantástica u potente voz de Noora Louhimo que sonaba como en el disco. La traca final con “King for a Day” y
“Beyond the Burning Skies” fue el más dulce colofón. Impresionantes.


Set-list:
Unbroken
Familiar Hell
Straight to the Heart
Endless Summer
Out of Control
The Golden Horde
Bastard Son of Odin
The Hero
Eden
No More Hollywood Endings
King for a Day
Beyond the Burning Skies  

Rueda de prensa promotores

Vuelta a la Press Tent para acudir a la rueda de prensa de los promotores del festival. Allí los responsables del festival hablaron de lo bien que estaba saliendo todo y al contrario que sucediera en otros años no anunciaron las primeras bandas de la edición 2020, citándonos ante el Faster Stage a la noche para dicho anuncio que vendría acompañado de un acto sorpresa.

Cemicán

Así fue y a la noche se cumplió el anuncio con unas preciosas imágenes proyectadas sobre las pantallas mientras en el escenario aparecían Matt Heafy de TRIVIUM y los mexicanos CEMICAN, que serán una de las bandas de ese Wacken 2020 para el que ya no hay entradas.

Prophets of Rage

A las 17:15 Prophets of Rage y Uriah Heep. Decidimos ver un poco de cada uno y, sinceramente, mejor los segundos.

PROPHETS OF RAGE no son Rage Against the Machine. Zack de la Rocha vale por dos. Chuck D y B-Real no tienen ni la garra, ni la puesta en escena ni el carisma del Zack. Ni naciendo otra vez lo conseguirían. El resultado es que el show suena descafeinado a pesar de ir en base a los más grandes éxitos de RATM. La falta de fuera en la voz desluce todo y sí, son las canciones, pero suenan sin alma. No les había visto aún y fueron enormemente decepcionantes. Tanto como para largarme.

URIAH HEEP nos citaron en el Louder Stage, escenario por el que aún no me había pasado. La veterana banda ofreció un fantástico show en el que la ausencia de estridencias se ve compensada con un fantástico buen hacer en la ejecución, un feeling especial que solo los más mayores saben entender y algunos clásicos sensacionales.  “Sunrise” del “Magician's Birthday” me emocionó como solo consiguen las más grandes canciones. Increíble que una canción de hace casi 50 años suene tan mágica incluso a día de hoy. Evidentemente cerraron con “Easy Livin'” de ese disco “Demons and Wizards’ que sirvió de inspiración a Jon Schaffer y Hansi Kürsch para bautizar a su banda. Deslumbrantes.

Uriah Heep

Una vez más, tocaba cruzar el festival. Mi siguiente cita era en el Headbangers Stage con Septicflesh. Llegamos pronto y aún pudimos disfrutar de los últimos temas de PRIMORDIAL, en concreto de “The Coffin Ships” y “Empire Falls”, que sonaron a gloria bendita, como siempre suenan los blackers irlandeses a los que no veía desde el Vagos Metal Fest de 2017. Espectaculares, como siempre con ese maestro ceremonias inigualable que es Alan Averill "Nemtheanga", pasé buena pena de no haber visto el show completo.

SEPTICFLESH fueron para mí la gran decepción del festival. Tenía unas ganas enormes de verles, ya que nunca antes había tenido a mano la oportunidad de disfrutar de un show suyo. El caso es que no me gustaron. Ojo, sonaron cristalinos, demasiado. Abrieron con “Portrait of a Headless Man” y ya me di cuenta de por donde iban los tiros. “Pyramid God” fue más de lo mismo. Impecables. Demasiado bueno para ser verdad. Evidentemente, no lo era. No es que los samplers ayuden al show, es que son el show. Ya no es que lleven teclados y orquestaciones enlatadas, es que voces, baterías y hasta guitarras también se vienen en formato grabado, lo cual es algo que me raya muchísimo. Así que con “Martyr” me fui de vuelta al Infield y les abandoné probablemente para siempre.

Powerwolf

POWERWOLF abarrotaban el Faster Stage. Nunca han sido santo de mi devoción y les vi un poco por las pantallas en la distancia, retomando fuerzas en el stand del Wacken Nacken con una cerveza acompañando. Espectacular su puesta en escena.

Ya recuperados de nuevo en el Infield para ver a PARKWAY DRIVE por vez primera. Un grupo al que nunca he seguido y que tras ver en vivo tampoco me han convertido para su causa. Reconozco que lo hacen bien, pero personalmente no me dijeron nada. Quizás debiera conocerles un poco más. Probablemente sea cosa de generaciones. Al final no se me hicieron eternos esperando por Saxon porque encontré a unos buenos amigos y el rato se nos pasó volado charlando con ellos en las pantallas. Eso sí, reconozco que Winston McCall es un frontman genial. Al menos ellos sí sabían donde estaban. Sus caras de felicidad y emoción con el final del show lo decían todo. Son unos grandes te gusten más o menos. Por eso Wacken les dio ese horario.

Parkway Drive

SAXON fue mi traca final. Sabía que iba a ser así. Siempre son especiales, pero en Wacken más aún. La noche hacía tiempo que había hecho aparición. Muchos ya habían desfilado con Parkway Drive sin esperarse a los ingleses y para Rage la cosa pintaba aún peor. El cansancio había hecho mella en los metalheads wackeneros. Era muy tarde, ya media noche, y tras cuatro días las fuerzas eran ya casi inexistentes. Saxon nos mantuvo enfrente a base de clásicos que siempre traen grandes recuerdos de tiempos mejores. Con su enorme águila coronando el escenario y a base de unas luces de crear escuela fueron mi colofón personal. Quería quedarme a Rage, pero ya no podía más y bien que lo sentía, pues Dani G. estaba al mando del sonido de los germanos. Tendrá que ser en otra ocasión.

Así concluyó mi periplo por mi Wacken número 14. Una vez más abandoné la Holy Land sin ganas de hablar y pensando en que pueda ser la última. Nunca se sabe quizás sea así y definitivamente no vuelva más. Quizás. Solo quizás.

Para otras entradas se quedan los pasos por las ruedas de prensa de las que no hablamos en esta crónica.

Gracias Wacken.


Quería mandar un saludo especial a Drunken Buddha y crew. A los amigos que nos han rodeado en este Wacken a la familia de la Metal Battle. A Angelus Apatrida y a Crisix, que nos hacen sacar pecho y sentirnos orgullosos de ser de donde somos. También a todos los amigos con los que hemos disfrutado de momentos e incluso de conciertos. A Jose María de Jaén y a los cracks de La Poza del Meh. A Rocío y Pablo de Corsarios del Metal. A la gente con la que hablé de diversos medios de aquí y allá. Españoles pero también gente de Chile, México, Venezuela, Indonesia, USA, etc.  Y evidentemente a nuestra expedición, aunque ya vaya en dos mitades: Maitene, Fon, Sergio, Iñigo y el inconsciente Rubén, con el que nos reiremos en el futuro de lo putas que las pasó con la vuelta.

Wacken forever, rain or shine.

FIN.

La 1ª parte aquí.
La 2ª parte aquí.

© Diario de un Metalhead 2019.