lunes, 19 de diciembre de 2016

REVOCATION: Great is our sin (2016- Metal Blade) USA.



Por Simón García López.

Hace unos meses desde la aparición del sexto disco de estudio de la banda americana REVOCATION, pero no queríamos dejar de hacernos eco de él antes del final de este 2016.

Revocation son un grupo que se han ganado su status a pulso y David Davidson, único miembro fundador en activo de la banda y cerebro absoluto uno de esos talentos inagotables de la escena metálica. Un grupo que reconoces fácilmente, con un estilo característico. 

Desde que en 2008 editasen su primer disco “Empire of the obscene” no han parado. En 8 años han sacado 6 discos y un EP como “Teratogenesis” que casi es un disco más. Editan tanto material que sus referencias en los últimos años se me han amontonado y he de reconocer que desde este mismo EP editado en 2012 no me paraba a escuchar un disco de ellos tranquilamente. Con este me he conectado con sus trabajos anteriores parándome a observar su evolución.

“Great is our sin” es su nueva piedra de toque y no parece que las cosas hayan cambiado mucho. Siguen manteniendo esa peculiar mezcla entre el Death técnico y el Thrash old school a toda velocidad. Supieron evolucionar el estilo Thrash mientras que otros grupos de la nueva ola se estancaron y fueron devorados por su propia fórmula, que ya no era suya tampoco. Esa peculiar influencia Relapse en la base Thrash que les acercaba a grupos como Misery index, a los que siempre me han recordado muchísimo, unido a una frescura técnica que destacaba sobre todo en los punteos (para volverse loco con ellos) y originales e inesperadas partes de Blast beat, les catapultó al reconocimiento mundial con la aparición de su segundo disco “Existence is futile” en 2009, una obra de arte de metal contemporáneo, un disco donde fluye la energía de manera espectacular, uno de esos trabajos que demuestran que a veces no todo está inventado, que siempre hay algo que se puede mejorar innovando.  

En “Great is our sin” aprecio menos frescura y un cierto desgaste, mínimo, todo hay que decirlo, en su propuesta. El mismo tipo de desgaste al que antes me refería hablando de sus coetáneos Thrashers, cosa que afecta en esencia y sutilmente a calidad general de su música, aunque por otra parte no me extraña ateniéndonos a esa gran cantidad de material que han compuesto en los últimos años. Mantener el nivel ya es un logro enorme y ellos siguen haciéndolo disco tras disco. Calidad tienen a raudales, está más que demostrada, pero a veces la frescura es lo que hace de algo bueno algo maravilloso, y volver a ese punto sería lógicamente lo ideal. En la mayoría de los casos esa espontaneidad, ese brillo, ese algo inexplicable surge sin más. Es un momento creativo que viene y se va. Si se aprovecha los resultados son épicos. Ellos lo han tenido y aprovechado. Lo suyo sería intentar reencontrarse con ese algo inexplicable, aunque a causa de esa enorme calidad que atesoran la caída es prácticamente imperceptible repito. Eso se consigue en ocasiones deteniendo la máquina, que desde 2008 no ha parado de trabajar ni un solo segundo, y respirar. 

En estos años Revocation sin volverse locos y sin alterar sus estructuras ni estilo han evolucionado hacia terrenos un poco más potentes, más Death cosa que se aprecia desde el inicio con “Arbiters of the apocalipse” o en la aplastante “Only the spineless survive”. Han dejado un poco de lado su punto más Thrash para endurecer progresivamente su música. A día de hoy, aún teniendo relación con el Thrash se podrían describir tranquilamente como un grupo rápido de Death técnico. Esto se ve claramente a lo largo de todo el disco y por esto mismo a veces puedes descubrir pasajes que te recuerden a The black dahlia murder como en “Profanum vulgus” o la rapidísima “Copernican heresy”, sobre todo con la utilización de la voz más gutural donde alcanza un registro muy parecido al de Trevor, o a Obscura como en el comienzo de “Communion” uno de los mejores temas del disco que enraíza con los Revocation más clásicos y frescos del “Existence is futile”. 


Al final del disco nos encontramos a los Revocation más experimentales con “Cleaving giants of ice” desarrollando un aspecto más emotivo y melódico unido a pasajes lentos y pesados. 

Por último, imposible no destacar la instrumental “The exaltation”, un temazo impresionante lleno de energía. 

En resumen, considero más interesante el disco en su segunda mitad, marcando el tema instrumental como punto de inflexión. Encuentro más cosas interesantes que se salen de lo habitual y me gusta más, simplemente. 

Me encantaría ponerle la máxima nota, pero creo que voy a esperar al próximo disco para ver si mi intuición sobre el desgaste falla o está en lo cierto. Ojalá falle. Además teniendo en cuenta que el disco salió a finales de junio de este año, en un par de meses seguramente haya otro rodando por el mercado. 

Sea como sea, tampoco este lo dejéis escapar. Revocation son sinónimo siempre de calidad








© Diario de un Metalhead 2016.

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