miércoles, 11 de mayo de 2022

Bajo luz verde. DIABOLICA + CABALLO MOLDAVO. Oviedo, 22.04.2022. Crónica y fotos.



Por Jorge López Novales.

El 22 de abril tuvo lugar el concierto en la Sala Gong de Caballo Moldavo y Diabólica. El maldito bicho quiso apartar a Skuld de este concierto. Por ello, a prácticamente un día del evento, se tuvo que buscar un sustituto, una ardua tarea que viví en primera persona.

Los hados fueron favorables durante unos instantes y Caballo Moldavo, en prácticamente diez minutos, confirmó su presencia en el que iba a ser su segundo concierto.

Hasta pocos días dudaba de si yo mismo iba a poder acudir a la sala. El bicho me había pillado por banda a mí también en Semana Santa y por suerte salí bastante bien parado. Llegaba agotado a este viernes, más que de costumbre.

Siendo sincero, no esperaba que la historia de esta noche acabará tan “bien” como lo hizo finalmente (todo es relativo). Las anticipadas no iban al ritmo deseado y la caída de Skuld había mermado el ánimo del promotor de Desván Producciones, Iván. ¿Qué voy a contar que no se sepa? Organizar cosas se está poniendo muy cuesta arriba.

Las inmediaciones de la Sala se llenaron de gente conocida. Así que no iba a importar que el concierto empezara algo más tarde. Ya sólo por el ambiente ya merecía la pena venir. Todavía hay gente que se reencuentra en los conciertos después de mucho tiempo.

Fue una nueva llamada al establo de Caballo Moldavo, a la que respondieron sus fieles. La verdad es que estábamos ante dos propuestas muy distintas esta noche. Se entiende que hubiera gente que sólo se quedara a ver a Caballo Moldavo o que parte del público se viera sorprendido por la propuesta Moldava y que viniera sólo a ver Diabólica.

Entré en la sala y mis oídos se vieron agredidos por el último disco de Ghost. ¿Cómo se qué es el último? Esto… me lo dijo un amigo.

Bajo una sempiterna luz verde moldavo, arrancó el trote de Caballo Moldavo. El caso es que la luz y el humo puso complicadas las cosas para las fotos y no me pude centrar en lo que tenía encima del escenario hasta que pasaron unos temas.

El concierto debut que tuvo lugar en el Otero fue más redondo. Me gustó más como sonaron en esa ocasión… ese es mi único pero. Se afrontó con la misma entrega y supieron responder a la responsabilidad de suplir a Skuld en un tiempo record. Se vieron nuevas “coreografías”, interacción entre ellos… De nuevo txeffy se subió al escenario en “Réprobos” y junto al Reverendo puso bastante intensidad a la sala.

En “Ciencia Asesina” demostraron se humanos con un pequeño caos, subsanado con un reinicio.

Fue el mismo el setlist del Otero pero pasando de una duración de cuarenta minutos a una de cincuenta.

Y con “El blues del innombrable” se despidieron.

La banda va tomando rodaje. La próxima cita tendrá lugar el próximo 13 de mayo con Malverde en la Lata de Zinc.

Si me dicen de primeras que voy a ver un grupo de versiones de Angeles del Infierno, os diría que no tengo ningún disco y que apenas puedo deciros unos pocos títulos de sus canciones. ¿Qué alicientes puede haber en una escena plagada de bandas tributos? El proyecto del señor Pacho Brea y el guitarrista José Rubio se encargan de llevar las cosas más allá aportar un extra, calidad. No son versiones de andar por casa. Bien acompañados por Alberto Garrido (Evil Hunter) al bajo y Toñín Trueno (que ha trabajado con Pacho en sus trabajos en solitario) a la batería, nos acercan la discografía de una banda por la que se siente auténtica devoción en Sudamérica.

Pacho Brea está muy bien a la voz. Aguantó, más bien se sobró, en un set list con mucha miga que duró de dieciocho temas, además de derrochar carisma con su público.

Tras unos pocos temas yo ya estaba reventado. Me fui a la parte de atrás a recuperar fuerzas.

¿Dieciséis temas de Ángeles del Infierno? Se dejó hacer a Jose Rubio en el ecuador del concierto, con una exhibición instrumental (tiene bastante donde escoger) y acto seguido arrancó con Pacho un tema de Deep Purple “Child in time” para deleite del personal.

Uno tras otro fueron atacando los temas y el personal se fue calentando.

Hasta un maldito no creyente de Ángeles como yo, sabía que iban a acabar con “Maldito sea tu nombre”.

Pacho se despidió. Tocaba al día siguiente una nueva jornada intensa con Ankhara. Me despedí rápido de los moldavos y de los que tenía a mi alrededor.

Diabólica es una propuesta muy curiosa, a la vez que recomendable.

Un saludo a todos los que vi en la sala y no pude hablar en condiciones. A mis queridos Titos, Julio, Trini, el maldito René, el Diañu, Vidal, Marian, el señor Sanz, Javy, mi nuevo ídolo Castañón (hasta que pida una orden de alejamiento)... A los piratones libertarios y a la buena gente de Heavy Metal Brigade.

Y, como no, un especial saludo a la gente de Skuld y a Iván.

© Diario de un Metalhead 2022.

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