viernes, 21 de enero de 2022

B.O.W.: Brotherhood of Wolves (The Borderline Music, 2021).



Por Larry Runner. 

Escribo estas líneas tarde, demasiado tarde. Pero es que ha pesado la responsabilidad que uno siente al tener que escribir sobre un álbum donde dos tíos a los que quieres una barbaridad están inmersos.


“Brotherhood of Wolves” es el mágico álbum de debut de B.O.W (Brotherhood Of Wolves) banda afincada en la provincia de Alicante formada a raíz del fallecimiento de la leyenda de Uriah Heep Ken Hensley. Y es que los músicos acompañantes de la desaparecida celebridad han tirado para adelante con su vida y con la música formando esta fantástica banda, una de las mejores sin duda alguna que han visto la luz en nuestro país el pasado 2021.

Antes de ponernos a escribir sobre las canciones, es indispensable citar la figura de Vladimir Emelin. Además de ser el productor ejecutivo de este proyecto, es el compositor de las letras de las canciones. Él y Tommy López, compositor musical, forman el tándem perfecto que ha hecho que rodeados de un buen puñado de músicos estemos disfrutando ahora de esta obra.

Dos discos conforman este álbum debut. El primero es más tranquilito, tirando de baladas a lo bestia. El segundo es más cañero, con un aire de Hard Rock moderno aunque sin duda alguna con la esencia de lo añejo, de los clásicos. Escuchándoles vienen a mi memoria bandas míticas de aquí y  allá, alguna de las cuales citaré más adelante en el repaso a los temas para que tú, que te molestas en leer esto, tengas al menos una referencia de lo que te puedes encontrar.

Abren el primero de los cd’s con un tema eminentemente AOR con feeling a lo Journey. “Our Last Tango” es de esas canciones que te traslada a los 80, a tiempos de pelos cardados y videoclips con brillos. Un medio tiempo alucinante del que hace apenas unos días publicaban el video-clip que tienes justo sobre este párrafo. “The Forever of My Life” es la joya número dos. Comienza con acústica para estallar en un buen estribillo. Una vez más el sabor Made in USA está totalmente presente. Diría que como en todo el álbum.

A partir de ahí, este primer disco se pone más tierno aún. Nos viene una avalancha de baladas. Una detrás de otra. Llegan a apabullar. Lo han hecho a posta, han querido que sea así y no seré yo el que pida explicaciones por ello de momento. Algunas van en tono acústico y las más en eléctrico. “Cry of the Wind” lleva un grandísimo solo. “Wayfarer” tira de acústicas y tenues teclados. “The Ghost of Time Apart” arranca al final pero sin demasiadas estridencias. “Travel Van” es muy típica AOR y quizás la que más me guste. En una onda parecida va “Wings of Love”. “Wheatfield” podría ir firmada por el mismísimo Elton John. “Burning Island” lleva un rollo que no puedo evitar que me recuerde a White Lion.

Con “A Road to You” volvemos a las emociones iniciales. AOR a medio tiempo para que Marco May siga cantando sin tener que forzar. Aquí además le respaldan con coros femeninos. El álbum transcurre, llevamos diez temas y a estas alturas me pregunto cuándo se va a lucir el singer, que hasta aquí no ha llegado a soltarse la melena. Para cerrar el primer cd, “Dream Girl”, un blues con acompañamiento de Hammond. 

Vamos con el segundo cd.

Todo cambia en cuanto le das al play. “Shout”, canción con la que se dieron a conocer, suena a estallido tras tanta balada. Hammond, guitarras fuertes y el vozarrón de Marco May luciéndose al fin. Explosión musical con una canción que no me canso de escuchar una y otra vez. “Hypocrysy” y “War Combate Machine” no van tan allá en la contundencia. Hard Rock que va creciendo en fuerza, pero sin llegar a meter la sexta. “The Beginning of the End” y “Cuts” -la segunda con un tonillo muy Zep- vienen cargada de orquestaciones y aceleran el ritmo, aunque la carga de teclados le resta fuerza. “Open Door” no me dice gran cosa. La historia cambia con el potente riff de “The Glitter of Poverty”, un buen tema para conectar en vivo con la audiencia y que podría haber compuesto el mismísimo Kip Winger. Ojo al video.

“Rock and roll of Glass and Metal” es de lo más cañero del álbum, con un estribillo para cantar puño en alto y un muy buen solo. “Whisper of the Footsteps” es un medio tiempo alucinante, en el que la banda, sin falta de pisar el acelerador, ofrece una intensidad enorme, con todos subiendo el volumen en lo que me parece un auténtico temazo. Sin duda alguna de lo mejor del álbum, si no lo mejor. Una canción que no me canso de escuchar. Como veis, en esta parte del disco el grupo va subiendo la fuerza de los temas. “Crashing” sigue en esa línea Hard Rock que agradezco. Estribillera, llega directa y cargada de coros en un tono The Who, aunque sin estridencias. “Defiant” ofrece un rollo muy comercial y casi pop. Para terminar, la autobiográfica “My Spanish Friend”, canción con cierto tono a Thin Lizzy que invita a la fiesta, a cantar, y que probablemente sea un muy buen tema para cerrar incluso en los conciertos. 

Respecto a las letras de las canciones, decir que están muy trabajadas y que son pura poesía. No hay letras chorras, que es lo habitual en el Hard Rock. Esto es otra cosa. No me extraña que Vladimir buscase darles vida, porque acompañadas de música sin duda alguna llegarán a más gente. De otra forma quizás se quedasen olvidadas en un cajón. Ahora son magia.

 

Una banda que tiene claro cómo quiere sonar, qué quiere ofrecer, y que lo hace sobrada de calidad, con unas guitarras trabajadas en todo momento con muy buen gusto. El bajo suena denso, como tiene que ser. La batería sube de intensidad cuando se necesita y pocas te encontrarás tan variadas en un mismo disco. El Hammond, el piano y los teclados apoyan como ha de ser siempre en el rock, sin excesivos protagonismos y sin dejar un solo hueco, para que la banda suene como un auténtico todo musical. Por último, al micro, Marco May, lo mejor que nos ha llegado de México desde el cacao. La de noches que me lo he pasado en grande gracias a su voz. Espero que vengan muchas más. Sólo por él ya me merecía la pena comprarme el álbum, aunque la verdad es que el cabrón ha tenido suerte estando tan bien arropado.  

En definitiva un gran trabajo. Sonido Rock actual con alma de gran reserva. Yo habría cambiado el orden de los discos. Ya les preguntaré la razón de ese orden y lo de dejar los temas más cañeros para el segundo cd.

Pocos discos escucharás con una calidad tan impresionante. Poco se está hablando de ello, probablemente porque algunos les estamos fallando. Intentaremos que deje de ser así. 

El sonido es realmente bueno. Tommy López se encargó de la grabación y mezcla, con Pedro Vidal ayudando en la parte técnica. Posteriormente se masterizó en Metropolis con John Davis (Led Zeppelin, U2, Blur, Nick Cave, The Killers ... ) como responsable de esa parcela.

Line-Up:
Marco May: Voz.
Moisés Cerezo: Bajo, coros, teclados y guitarras.
Izzy Cueto: Guitarra.
Rob Wolf: Guitarra.
Omar Martínez: Hammond y Pianos.
Tommy López: Batería, teclados y arreglos.

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