Por José A. Ruiz.
¡Por fin vuelven! Este podía ser perfectamente el grito en silencio que se respiraba en Razzmatazz el sábado 10. Y es que, cuesta traerlos. Mucho. Llevo casi 5 años en Barcelona y solo pudimos disfrutar de Warcry dos veces en sala y una en Festival. Muy pocas. Demasiado.
Esta vez, decidieron quedarse en el centro y actuar en Razz en vez de irse al Sant Jordi Club como en su última visita. Y si bien es cierto, que al llegar me sorprendió ver tanto hueco, al final la sala tomó un aspecto muy bueno, rozando el lleno.
Con puntualidad, que ya conocemos las discotecas, sonaba la intro con la presentación de la banda, video que van mejorando poco a poco con el tiempo. Y por fin se rompía el silencio. “Alma de Conquistador” fue la encargada de ello. Desde ese momento, sabía que iba a ser una gran noche. He visto conciertos de Warcry en diferentes puntos de Asturias, en Madrid, en Barcelona, en Festivales, en Salas... NUNCA, pero NUNCA había visto a la gente tan entregada como este sábado. "Bueno, serán los primeros temas", pensé. Para nada. ¡Qué respuesta! ¡Qué entrega! Hasta grabé videos de la gente. No daba crédito. Porque dos horas después, en “Hoy Gano Yo”, los gritos, los coros y las manos alzadas seguían igual que al principio. En serio, si para mi fue una maravilla, no me quiero imaginar lo que fue para los cinco que estaban encima de las tablas.
Y es que WaCry están hechos de otra pasta. Puedo decir sin miedo a equivocarme que ya, a día de hoy, son historia del metal de este país. Y no por su música, que también, si no en los pequeños detalles. Puede parecer una bobada, pero sólo el gesto que tuvieron con el pequeño al que subieron al escenario, solo con ese tipo de cosas ya demuestran que son distintos. Este chico (siento no conocer el nombre), no olvidará esa noche en su vida. Que Pablo García toque un solo contigo metido entre su guitarra, debe ser lo máximo. También tuvieron otro detalle, con una chica, muy cerca de nuestra posición a la que fueron a saludar y a posar con ella durante el concierto. Otro recuerdo imborrable para ella. Y es que había muchos niños, muchas familias enteras viéndoles. Espero yo ser parte de esas familias en un futuro cercano.
Sobre el repertorio, pues qué queréis que os diga. Imagino que irá por gustos. A mí me pareció un set equilibrado, tocando de todos los discos. ¿Que podía haber metido y sacado temas? Pues claro, todos tenemos nuestras favoritas, pero es que con tantas canciones en un repertorio, debe ser muy jodido hacer un set, pese a que este sea de dos horas largas. Si bandas con un par de discos tienen problemas para escoger 10 y tocar una hora, no me quiero imaginar ellos. No obstante vi muchas lágrimas en ciertos momentos del show, así que creo que acertaron. En mi visión personal, por destacar algunos temas, “Cobarde”, poco que decir. Emotivo discurso de Víctor en una de las mejores canciones (y con más mensaje) de la banda. “Muerte o Victoria”, una de mis favoritas del último disco. El juego de luces y la caña de “Ardo por Dentro”. “Odio” y su recuerdo a ese/a hijo/a de puta que todos tenemos en nuestra vida. El público en” Tú Mismo”, espectacular. Mi favorita, “Un Poco de Fe”. “Reflejos de Sangre” ... Ah no, ¡Que esta no la tocan! Bueno, yo por si acaso y para seguir la tradición, la pedí a gritos :P.
Una gran noche, unos WarCry de 10 y un público de 11, además llena de emociones por muchos motivos. Como ya dije, esos momento con los más pequeños, son de los que marcan. Otro de ellos, es que para mí fue el último concierto al que asistiré y reseñaré en bastante tiempo. Ahora toca una época distinta, de más tranquilidad y recogimiento. Para mí, ha sido un placer que este último concierto por ahora haya sido de unos paisanos, a 900 km de Nuestra Tierra y rodeados de un público cojonudo.
Gracias WarCry, espero que nos veamos pronto y si puede ser, que el primer concierto del tercer miembro de mi familia que llegará en enero sea con vosotros. Lo firmo ahora mismo. ¡Volved pronto!
© Diario de un Metalhead 2018.
