sábado, 9 de junio de 2012

IRON MAIDEN: The Number of The Beast. 30º Aniversario.


By Larry Runner.

Treinta años que se dice pronto. Tres décadas han transcurrido desde la publicación del inigualable “The Number of The Beast” de Iron Maiden.


Aniversario sonado y la banda no nos ha regalado ninguna edición especial, con lo cual los maidenmaníacos nos tenemos que conformar con el material ya editado hasta ahora en sus diferentes ediciones y de celebrar este aniversario a nuestra manera, echándole imaginación y no comprándonos una caja especial de trigésimo cumpleaños.

Tres decenios han tenido que pasar para que alguien se atreviera a dar un paso al frente, alzar la bandera de “The Irons” y decir que “The Number of The Beast” es el mejor álbum británico de los últimos sesenta años. Y a muchos les ha herido esa expresión de grandeza, de soberbia, pero no ha brotado de la banda, ni mucho menos. Ni siquiera de los que pertenecemos a su Fan Club. Ha sido engendrada de una encuesta hecha por los compradores de discos de la más prestigiosa cadena de tiendas de discos del Reino Unido: HMV.

El tiempo pone a cada uno en su sitio y a los que amamos a la banda desde que les escuchamos por primera vez, la afirmación no nos parece exagerada y si más bien merecida. Lo siento por Pink Floyd, Led Zeppelin o Los Beatles. Ninguno de ellos me han dicho nada en comparación con la banda capitaneada por Steve Harris. Siempre pensé que era un bicho raro por pensar así, pero tras llevar más de tres décadas escuchando heavy metal, celebro encontrarme con la noticia proveniente de UK. Son muchos los que piensan como yo. Quizás sean cosas de la edad y del momento vivido. Da igual, no merece la pena rayarse con ese tema. Cada unos vive un momento de la historia y a mi me marcaron profundamente esos años.


Yo conocí a Iron Maiden con “Killers” y siempre será para mi el disco más especial de la banda. Pero si alguna vez tuviera que ir a una isla desierta, el disco que me llevaría sería sin duda “The Number of The Beast”. Escuchar los acordes iniciales de la canción que da título al álbum, siempre me ha puesto la piel de gallina.

“The Number of The Beast” dura apenas cuarenta minutos, el minutado normal de la época. Va de menos a más. Comienza con el peor de los temas del álbum, “Invaders” y se cierra con la maravillosa “Hallowed Be Thy Name”.

Fue el trabajo que hizo despegar a Iron Maiden definitivamente. A partir de entonces se terminó el telonear a otras bandas. "The Irons" pasaron a ser unas estrellas internacionales, algo normal cuando se consigue ser el nº1 en Gran Bretaña como lo fueron ellos con “The Number of The Beast”. “The Beast on The Road” fue el último tour en el que la banda hizo de telonero para banda alguna. Judas Priest fue la última de las formaciones que se pudo permitir el lujo de tener al quinteto de Harris como “guest”.


Hasta entonces la banda giraba con dos furgonetas pues no se podían permitir los gastos de un bus de gira. De repente llegó el triunfo, y con poco más de veinte años se vieron tocando cada noche delante de más de veinte mil personas y las chicas se colaban en su camerino, sobre todo en Estados Unidos, donde las groupies comenzaron a perseguirlos. Eddie sobre el escenario pasó a de ser un roadie con una careta a un muñeco articulado. Dijeron adiós a los tiempos del cutre-diablo con el tridente. 

El álbum que salió oficialmente a la venta el 22 de Marzo de 1982 lo tenía todo. Un excelente sonido para la época, buenas canciones, una portada deslumbrante y la incorporación a la banda de un vocalista que les aportó el plus de calidad que convirtió a Iron Maiden en la banda de heavy metal más grande del planeta. Paul Dianno nunca logró tener apariencia de metalhead. De hecho a día de hoy sigue manteniendo que él era un punk cantando en una banda de heavy metal. Cosa que nunca nos ha importado a los que admiramos al vocalista del “Killers”. Rod Smallwood, mánager de la banda desde los comienzos, mantiene la opinión de que Dianno era el vocalista ideal para Iron Maiden en aquella primera época “pre-Beast”.


“The Air Raid Siren”, Mr. Bruce Dickinson, llegó procedente de Samson, una banda londinense que no lo hacía nada mal, pero que nunca tuvo un disco lo suficientemente brillante como para despuntar y pasar a ser de primera división. Samson siempre fue una formación respetada por los amantes de la llamada “New Wave Of British Heavy Metal”, pero fuera de ahí, nunca consiguió triunfar de verdad. Dickinson, entonces conocido como Bruce Bruce había visto a la banda en vivo y soñaba con una oportunidad con el grupo. En cuanto le propusieron ser el nuevo vocalista de Iron Maiden no dudó ni un instante en aceptar la oferta.

En el momento de entrar en el estudio, Iron Maiden tenía el presentimiento de que el disco iba a ser un álbum grande. De que lo que estaban cocinando podía tener éxito, pero nunca habían imaginado que podría cambiar sus vidas definitivamente. Las canciones de “The Number of The Beast” eran todas nuevas, escritas para el disco, no como en los dos trabajos anteriores, cuyos temas eran fruto del trabajo de varios años. El modo de componer cambió. El trabajo en el local de ensayo de Hackney fue fundamental. Todos tuvieron algo que aportar a las canciones y Adrian Smith pasó a tener un peso fundamental en las composiciones del grupo.


CHILDREN OF THE DAMNED (Harris)
Nació con la intención de hacer de ella una balada, una canción melódica completamente, pero no se consiguió. Acabó siendo un tema de heavy metal con un Dickinson desatado y cantando maravillosamente unos agudos nunca escuchados hasta entonces en los discos de la banda. La letra de la canción está basada en una película del mismo nombre.

THE PRISONER (Smith/Harris)
Basada en una serie de televisión del mismo título. La voz en off al comienzo de la canción es del protagonista de la serie, el actor Patrick McGoohan, que concedió permiso a la banda para utilizarla de introducción al tema. El famoso “I’m not a number, I’m a free man” fue introducido en el álbum tras una conversación telefónica del mánager Rod Smallwood con el actor, que por entonces residía en Malibú. Smallwood no se lo podía creer cuando a sus oídos llegó el “Do it!” del reputado actor americano.

22 ACACIA AVENUE (Smith/Harris)
Fue escrita por Adrian Smith y habla de una prostituta y de su lugar de residencia. Nunca se ha sabido si Charlotte existió o no realmente, pero para siempre quedó inmortalizada. Adrian la compuso cuando tenía tan solo catorce años y formaba parte del set-list de su banda anterior Urchin. En 1982 Harris le propuso retomarla, hacerle algunos cambios y de ahí se obtuvo el tema tal y como pasó a la historia en el disco. 

THE NUMBER OF THE BEAST (Harris)
Bruce Dickinson llegó a desesperarse en la grabación. Le hicieron repetir las cuatro primeras líneas del tema durante cuatro largas horas hasta que dieron con la toma definitiva. Entonces no lo entendía, hoy en día, treinta años más tarde ya lo ha aceptado. El grito al comienzo de la canción tras esas cuatro primeras líneas fue un grito de rabia, de desahogo grabado en esa misma sesión. Harris compuso el tema basándose en una pesadilla que le perseguía por aquel entonces. El video-clip refleja parte de las imágenes que Harris decía sufrir en esa pesadilla. Fue el segundo single extraído del álbum y en la cara llevaba una versión en vivo de “Remember Tomorrow” ya cantada por Dickinson y grabada en Italia, que a mi personalmente siempre me pareció horrorosa. Siempre he preferido la original cantada por Dianno.


RUN TO THE HILLS (Harris)
Fue el primer single. Se editó como avance un mes antes de la publicación del lp. Trata sobre el maltrato a los indios americanos. La música transmite la sensación del galope de la caballería yankee. En UK alcanzó el nº7 en la lista de ventas. En la cara B se incluía “Total Eclipse”, un tema del que a día de hoy Steve Harris se arrepiente de que no formase parte del álbum y que en reediciones posteriores si se puede encontrar incluido en el álbum.


HALLOWED BE THY NAME (Harris)
Suena en cada concierto de Iron Maiden. Se convirtió en imprescindible en el set-list. Tiene una atmósfera especial. Es la favorita de muchos fans de Iron Maiden y también una de las de la banda. Les encanta tocarla en vivo. Comienza tranquila y acaba desquiciante y rápida. Es el himno final, el tema perfecto para cerrar un álbum magistral. Imprescindible.

Track list.
1. Invaders 
2. Children of the Damned 
3. The Prisoner 
4. 22 Acacia Avenue 
5. The Number of the Beast 
6. Run to the Hills 
7. Gangland 
8. Hallowed Be Thy Name 

Line-Up:
Bruce Dickinson – Voz
Dave Murray – Guitarra
Adrian Smith – Guitarra, coros
Steve Harris – Bajo, coros
Clive Burr – Batería

Curiosidades:

Durante el período de grabación de “The Number of The Beast”, el productor e ingeniero Martin Birch, sufrió un accidente de tráfico. Su vehículo chocó contra otro en el que viajaban 6 monjas (ojo con el número). Al ir a recoger el coche del taller, la factura fue de 666 libras. La banda y el mismo Martin Birch juran que eto es cierto.

La portada original es la que lleva el color negro en el fondo, no azul. El color azul fue fruto de un defecto en la impresión por parte de EMI que echó por tierra el trabajo de Derek Riggs. Años más tarde se reeditó el disco con la portada original con ese fondo de color negro. Rod Smallwood conserva el cuadro original de la portada.

El diablo con el tridente que aparece en los videos de directo de la época, era Nicko McBrain, uqe poco más tarde se convirtió en el batería de la banda.

A día de hoy “The Number of The Beast” ha vendido más de catorce millones de copias.


Fotos: diferentes discos y memorabilia de la colección personal.

© Larry Runner 2012.

2 comentarios:

John P. dijo...

Excepto lo del mejor disco británico (eso es tan personal..) no puede ponerle ni un pero a este excelente post sobre un disco que es un clásico de la música. Una banda que sólo despierta admiración y respeto a cualquiera que se interese un poco por su música y su carrera, después de tantos años haciendo felices a tanta gente. Tuve la suerte de verlos en directo, y a pesar del horrible sonido (bendito polideportivo de Gijón) fue una experiencia que sin ser un die-hard fan, atesoro entre las mejores experiencias musicales que he vivido. Vaya comunión con el público.

Menuda pasada de colección de discos. Todo junto tiene que ser acojonante. Como curiosidad, no sé si habrás visto el cuadro que le hizo mi novia a un amigo como regalo de bodas:

http://4.bp.blogspot.com/-kc4rfN2KPWU/TcmLqtNy5_I/AAAAAAAAAcY/XfwEAE55vsw/s1600/DSCN0771.JPG

Un saludo.

Larry Runner dijo...

Si, lo del disco británico es muy personal, lo reconozco, pero es que cuando me pongo en plan talibán ... jajaja.

Si te gustó el concierto de Gijón no te quiero contar nada. Los he visto diez veces y esa fue la peor de todas. Fue horrorosa. Ni siquiera disfrutamos del Eddie como Dios manda.

No había visto el cuadro. Una pasada. Afortunado tu colega.

Una vez más, gracias por el comment.