📷📝 Jorge López Novales.
La última vez que fui a una jam session fue en la Sala Gong en su antigua ubicación. Ya me habían propuesto acercarme a la Sala Telva, en alguna ocasión, a una de sus sesiones anuales. Tenía ganas de algo distinto.
La Sala Telva no es muy grande, no lo necesita. Esta noche se convirtió en un espacio enorme donde más de cincuenta músicos fueron interpretando unos cuarenta temas sin tregua.
A las 18:00 los primeros interpretes hicieron la prueba de sonido para los que venían detrás. Mayormente, los instrumentos que había en ese momento en el escenario, serían los que utilizarían los que vendrían después. Tendría que bastar: dos guitarras, un bajo, un teclado, batería y varios micros. Con lógica logística, los baterías tocarían del tirón los temas que les correspondían; lo demás sería un baile de músicos. Todos partirían en igualdad de condiciones. No habría espacio para ser juzgado; sólo espacio para la diversión dentro y fuera del escenario.
Dentro de este caos, de todo este movimiento de gente, había un extraño orden.
Se dejarían ver músicos de variado pelaje: amigos de la escena, músicos de todos los niveles y estilos.
A las 19:00 empezó fuerte con un "Symphony of Destruction" de Megadeth. La noche no tenía porqué ser eminentemente Heavy. Maná, Elvis, Lady Gaga, Loquillo, Nirvana… tuvieron un hueco.
Si al principio parecía que no había mucha gente, en un pestañeo, Telva pareció llenarse. Llegó un momento en que era complicado moverse. Incluso delante de la sala, en la calle, empezaba a arremolinarse gente.
Llegado el momento dejé mi sitio a gente a más entregada. Me quedó mucha gente por ver y saludar. También es que estoy acostumbrado a no ver multitudes en un concierto y empezaba a agobiarme. Me fui fuera con Rheme (Raposu), Trini y el señor Julio Gayo, que tendría su momento Manowar en esta noche.
© Diario de un Metalhead 2023.
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