miércoles, 19 de diciembre de 2018

El Power Thrash: una etiqueta olvidada.


Por Simón García López.

Hubo una época en donde a lo que hoy se le conoce como Groove y donde ahora, dentro de esa definición, caben en general todos los grupos bajados de tono, de riffs pesados y pegadizos, con amplia presencia de dobles bombos y voces agresivas sin llegar a la guturalidad, se le llamaba Power thrash o dependiendo del lugar de origen o del grupo de amigos Crossover. Esta etiqueta ha desaparecido del mapa. Escribo esto para reivindicarla en cierta medida aunque poco importa que se llame de una forma u otra si la gente identifica por sí misma y sin necesidad de etiquetas las claves de los diferentes estilos musicales, pero sí para darle la importancia histórica y las connotaciones musicales que tenía. 


Antes de empezar he de destacar que he hablado con algunas personas que vivieron de primera mano la época y como antes decía, el uso de unas etiquetas u otras varía para referirse al mismo estilo de música dependiendo de zonas y lugares. Para mí Power Thrash es la etiqueta que define todo aquello que voy a exponer, pero soy consciente de que algunos llamaban a eso Crossover o ya en su momento Groove metal. El que hable de Power Thrash y lo ponga en valor es en primer lugar por el hecho de que es la que en mi entorno utilizábamos; en segundo lugar porque ha desaparecido totalmente y quiero que este artículo sea hasta cierto punto una forma de no olvidar parte de la historia de nuestra música, y en tercer lugar y más importante, porque creo que era la más acertada y descriptiva de las tres que hasta ahora he nombrado.

Esta etiqueta tendría desde mi punto de vista más sentido que la vaguedad y amplitud de la etiqueta Groove actual, y estaría más centrada que la de Crossover, que ya se utilizaba para definir la mezcla de Hardcore y Thrash de mediados de los 80. Más sentido porque definía una evolución del Thrash hacia vertientes más pesadas pero sin adentrarse en lo extremo del Death metal. Era la evolución de un Thrash de los 80 americano hacia vertientes más contundentes, más aguerridas, más afiladas y violentas. Era la multiplicación del poder del Thrash clásico. Power Thrash. Todo el sentido del mundo. 

Podríamos empezar por ponerle punto de partido al estilo. Esto sucede un 1 de junio de 1994 cuando Machine Head del ex Vio-lence Robb Flynn sacan su primer disco. “Burn my eyes” fue un bombazo de proporciones bíblicas en el metal mundial. Era algo nuevo sin lugar a dudas. Una descarga de energía bestial, un disco de una ferocidad pocas veces vista hasta la fecha, con un sonido aplastante de mano del genio Colin Richardson. Riffs demoledores y cortantes, dobles bombos devastadores, agresividad a raudales. Un disco irrepetible, único. El Power thrash comienza aquí. No antes, no después. Antes de esto, sus precedentes eran los grupos que sirven de precedente al Groove metal y que ya de aquella se llamaba Groove, entrando en esa etiqueta difusa (como todas) grupos de Nu metal o metal industrial con una base “Groove” como White zombie, Prong o Stuck mojo. Había entre la crítica una línea delgada a la hora de llamar a los grupos de una manera u otra, pero curiosamente todo el mundo tenía claro lo que era el Power Thrash. Pantera o Exhorder, algo de Anthrax o el Chaos A.D de Sepultura son los creadores de este “Groove Metal”. 

Se ve más claro seguramente si cito unos cuantos grupos de lo que fue el Power Thrash entre el año 1994 y 1999 sobre todo, época de máximo apogeo del estilo. Aquí entraban grupos como los mencionados Machine head, Skinlab, Dearly beheaded, Pissing razors, Face down, Grope o los posteriores The Defeaced por citar a unos cuantos. En España también tuvimos representantes del estilo como los gallegos Embrace me ocean o Arkada, valencianos si no me equivoco. En España no tuvo muchos más exponentes. Los más conocidos por aquella época Ktulu, Hamlet, No-presion, S.A., Koma o Aspid, nunca fueron Power Thrash. Tenían cosas de unos y otros, pero nunca estuvieron dentro de ese estilo. En general todos estos grupos tuvieron en gran medida una influencia mayor y anterior al 94 de grupos como Sepultura o Pantera y después labraron su propio camino donde Machine head entraban de manera muy residual. 

El Power Thrash tenía la misma base del Thrash americano, pero con una bajada de tono lo que daba a los riffs una pesadez inusitada, una agresividad amplificada por el uso nunca excesivo de los dobles bombos, voces mucho más agresivas, en general exclusivamente agresivas y por norma también con un halo de oscuridad que el Groove nunca tuvo, siendo un género más festivo hasta que Pantera se encargaron de a su vez oscurecerlo con su depresivo “The great southern trendkill” anticipado por la brutalidad del “Far beyond driven”.

En el fondo y esto es una opinión muy personal, los creadores del Power Thrash, anticipándose sin saberlo muchos años fueron Metallica con “And justice for all…”, disco que se describe perfectamente con las bases de estilo descritas en el párrafo arriba. Lo que ocurre con ese disco es que no tuvo continuación. Es una pieza única que se incluyó dentro del Thrash porque no había otra cosa en su época, pero que casi sin saberlo se había adentrado en un espacio nuevo e inexplorado. Si obviamos que está grabado 6 años antes del “Burn my eyes”, con las lógicas y apreciables evoluciones de producción que hubo en todo ese tiempo, que Lars colaboró en el destrozo de la mezcla de manera decisiva y que el disco de Machine Head cayó en manos del posiblemente mejor productor de metal de la historia, el disco de Metallica desarrolla el mismo concepto musical que el de Machine head. 

En “Burn my eyes” marca también para mí el comienzo de las producciones metálicas modernas y sienta las bases de un sonido que sería usado hasta la extenuación y desarrollado en otros estilo más extremos, primero a través de Colin Richardson y todos los grupos con los que trabajó, y después por ingenieros como Andy Sneap quienes lo convirtieron en plaga universal. Lo que es el sonido a día de hoy y desde hace años de Brujería, Napalm Death, Lock up, Kreator, Arch enemy, Amon Amarth o nuestros Hamlet es simplemente una evolución del sonido del “Burn my eyes”. Ese era el sonido del Power Thrash, así es de importante un estilo relegado no sé muy bien porqué al olvido. 

El éxito del “Burn my eyes” fue instantáneo. Se convirtió en el álbum debut de Roadrunner más vendido con 400.000 copias en un abrir y cerrar de ojos. Además Machine head en directo eran un alucine total. El concierto del Dynamo en 1994 es historia del metal, como lo fue su ira en aquel año, lo que ayudó a amplificar el reconocimiento del grupo a nivel mundial. 

Las copias de Machine head no se hicieron esperar y empezaron a salir de debajo de las piedras. Decenas de grupos intentaban imitar el estilo, seguirlo, formar parte de la nueva escena. Escuchabas un doble bombo pesado y unos armónicos dentro de un riff y decías mira, como Machine head. Muchos grupos que empezaban y ya tenían discos a sus espaldas e incluso alguno de más trayectoria fueron absorbidos por la ola. Reconocible es la influencia en bandas que venían de Thrash como Anthrax con el “Stomp 442”, Testament con el “Demonic”, Overkill con el “From the underground and below” o Kreator con el “Cause for conflict”. Sé que a todo esto ahora se le llama influencia Groove, pero a finales del siglo pasado no. 

Mientras esto ocurría, de la fábrica Richardson/Sneap, los grupos de Power Thrash no dejaban de emerger. Skinlab, Dearly beheaded, Pissing razors… 

En la zona norte de nuestro continente dos países tuvieron exponentes importantes. En Suecia, donde la explosión metálica se había consolidado por completo, desarrollando además de sus propios conceptos de Death metal, Death metal melódico y uno posterior de Thrash encabezado por The haunted, Darkane, Carnal forge o Terror 2000 del que hablaremos otro día, se fraguó una mini escena de Power thrash encabezada por Face down quienes sobre todo con su disco “The twisted rule the wicked” marcaron el culmen de ese movimiento. Un disco por cierto que ha pasado bastante desapercibido pero que tiene poco que envidiar a coetáneos más famosos y reconocidos. 

En Dinamarca también se generó una mini escena centrada sobre todo en Grope con un gran “The fury” y la americanización de los deathmetaleros Konkhra con la entrada en sus filas de Chris Kontos, batería de los primeros Machine head y del “Burn my eyes” y de James Murphy, leyenda del Death metal. “Weed out the week” fue un disco que fundía en anterior estilo del grupo con la influencia Power Thrash sobre todo a través de la batería de Kontos. 

El movimiento a partir de los 2000 fue absorbido por la nada por el cambio de estilo de sus máximos representantes y por la falta clamorosa de calidad de los discos de los que se mantuvieron en la brecha. Después de eso incluso la etiqueta Power Thrash desapareció del mapa, todo se llamó Groove para simplificar y cuando la música va más rápido que el Groove normal se le denomina Thrash/Groove. 

Llámese como se llame, entiéndase como se entienda, lo importante siempre es la música, pero tener las bases para definir una música a través de un nombre siempre ayuda a clarificar las cosas. En el fondo las etiquetas, tan denostadas por muchos, siempre las utilizamos cuando hablamos con alguien de música, es inevitable. Bueno es conocerlas dándoles la importancia relativa que tienen, y sobre todo, sin que el mero hecho de definir una cosa de una manera u otra nos cierre las puertas a lo importante que no es más que escuchar música, sea del estilo que sea, decidiendo si quieres que forme o no parte de ti. 

Lista fundamental de discos de Power Thrash:
Machine Head - “Burn my eyes” (1994)
Grope – “The fury” (1996)
Dearly Beheaded – “Chamber of one” (1997)
Face down – “The twisted rule the wicked” (1997)
Skinlab – “Disembody: the new flesh” (1999)
Pissing razors – “Cast down the plague” (1999)

© Diario de un Metalhead 2018.