miércoles, 7 de febrero de 2018

Metallica nos viste de torero.


Por Larry Runner.

Qué desgraciados los Metallica. Nos visten de toreros. La indignación y los ataques hacia la banda hace unos días por el cartel compartido en sus redes sociales sobre su segundo concierto en Madrid se extendieron por la red de forma instantánea, con más facilidad que el Cola Cao en la leche. Un dibujo de un supuesto metalhead torero la lió a base de bien, lo cual, dicho sea de paso, atrajo una vez más toda la atención de la escena metalera estatal hacia los americanos. Punto a favor de su CM, una jugada maestra.


Lo que muy pocos se preguntaron es la razón por la cual una banda que viene desde el otro lado del planeta nos ve de esa manera. La respuesta es sencilla, y todo el mundo la sabe, es la imagen que proyectamos. Imagen de chulos, de prepotentes y de toreros. Es lo que hay, y si no os hacéis un zapping por las televisiones generalistas y os dais cuenta. Ya no os digo nada de canales como Trece o Intereconomía, que no se puede ser más rancio. Y no, esa imagen no viene proyectada de una minoría, de eso nada. El tema de los toros tiene muchos detractores, pero también mucha gente que lo defiende, entre ellos los más de 10 millones de españoles que votan a partidos políticos que subvencionan a la fiesta.

Sí, por mucho que nos duela a algunos, es lo que se exporta. Toros, fiesta y siesta. El 71% de los alemanes nos ve como un país pobre y el 44% como un país corrupto (El Confidencial, link aquí), En Suiza nos ven gritones, gran verdad, paletos y soberbios (La Vida en Suiza, link aquí). ¿Soberbios? No, qué va. Sólo es que la gente va por el mundo cantando el “yo soy español” y diciendo “soy español a qué quieres que te gane”, pero soberbios no, muy modestos... será en la intimidad. The Times va más allá, y hace unos días además de proyectar también la imagen de torero, que puede que inspirase el cartel de Metallica, nos llamó maleducados, gritones y hasta sucios. Si no lo viste, aquí te informan. Ojo, también nos ven algunas cosas buenas según dicen en www.huffingtonpost.es, pero esas se deben ver menos, habrá que rebuscar más o simplemente no llegan al CM de Metallica, que el cartel no lo ha hecho Lars Ulrich, me imagino.

Si tanta gente de fuera coincide en esa percepción, lo mejor que podemos hacer es dejar de indignarnos y trabajar por cambiarla. Algo se estará haciendo mal. El que viaje fuera, que lo piense. El pasado verano estuve en Aveiro para visitar el festival de Vagos y en un restaurante lleno de gente, con presencia de varias nacionalidades a los únicos a los que se oía, y realmente molestaban, era a dos matrimonios de españoles concretamente de Madrid. Casi os podría contar la vida de aquellos pijos gilipollas con mucha pasta pero con cero educación. Allí dejaron buena imagen. Pufff.

Además de maleducados, nos indignamos por todo aquello que tiene poca importancia, o que si la tiene no es vital precisamente. Llegados a ese punto, nos molestamos hasta por lo bueno, y si es con Metallica ya ni te cuento. La aversión enfermiza de algunos por la banda es increíble. Parece que tienen todo lo malo y nada de bueno. Si tocan esta, porque no tocan la otra. Si tocan la otra, porque no tocan esta, y venga quejarse.

Parece que sus conciertos de estos días son una mierda. Lo dicen la mayoría de aquellos que no fueron. Vale, he visto alguna crítica de gente que acudió al Wizink, Center pero es que en dos noches acudieron más de 33.000 personas, el récord del Pabellón, alguno saldrá descontento, nadie es perfecto, es lógico.

En Lisboa se despacharon con el “A Minha Casinha” de Xutos e Pontapés y todos contentos. Aquí una noche homenajearon a Obús y la siguiente a Barón Rojo. Las reacciones son alucinantes. En vez de contentarse por ello, no, hachazos a tutiplén. Que si mira que no había canciones para escoger. Que si vaya manera de perder el tiempo para rellenar. Que si tenían que haber tocado un tema de Leño ... y así todo. En vez de aplaudir el gesto, a darles palos. Deporte nacional.

Así nos va. Siempre buscando el lado malo de las cosas en vez de disfrutarlas en plenitud y encontrarles la parte buena. Creo que los ingleses, alemanes, etc, deberán añadir a su lista de tachas a los españoles, esa que nos etiqueta maleducados, gritones, vagos y toreros, la de amargados. Cada día lo pienso más en serio. Y lo peor es que lejos de mejorar, empeora. Y venga toros ... y toreros.


© Diario de un Metalhead 2018.

Más artículos aquí.