Por Larry Runner.
No se cuando me pasó exactamente por primera vez, supongo que sería por 1984, porque al fin y al cabo fue en aquel año cuando les descubrí con quince años.
No se cuando me pasó exactamente por primera vez, supongo que sería por 1984, porque al fin y al cabo fue en aquel año cuando les descubrí con quince años.
Viendo la edad que tenía no era de extrañar, al fin y al cabo con esos años estás más tiempo así que en estado normal, o casi. Las hormonas corrían por el cuerpo que daba gusto y salvábamos que de aquella nuestras compañeras de clase no andaban enseñando el tanga como hacen las que ahora tienen la edad que yo tenía entonces. Si no, en carne viva la íbamos a tener.
El caso es que escuchar "Slide it in" o "Slow and easy" producían en mí esa sensación. No pasaba con todos los temas del disco, "Guilty of love", por ejemplo, no lo hacía. Pero "Love ain't no stranger" también la armaba.
Una vez convertido en fan de la banda, e investigando su discografía anterior, llegó a mí el álbum "Ready an' Willing". Curiosamente canciones como "Fool for you loving" y sobre todo la que daba título al álbum "Ready an' Willing" provocaban la misma reacción.
El éxito más grande de su historia, bautizado como "1987" no ayudó a solucionar el embolado, sino más bien al contrario, aún lo acrecentó más. Nunca mejor dicho.
Y es que la versión moderna de "Here I go Again" siempre ha sido mi favorita, y en aquella época hasta "Still of the night" producía el efecto. Estábamos que nos salíamos.
Del siguiente, "Slip of the tongue", aquel que incluía al "Little" Steve Vai en el line-up me ocurre con "Now You're Gone" y también con la que cierra el disco "Sailing Ships".
Hace no mucho, escuchándolos un día en un lugar que no citaré para no dar pistas de con quién transcurrió aquella conversación, lo comenté, y parece ser que no soy el único al que le pasa.
Si, lo reconozco, Whitesnake me la pone dura.
© Larry Runner 2011
