domingo, 4 de septiembre de 2011

Crónica Wacken 2011. 2/3


VIERNES 5

Fue duro levantarse tras haber llegado tarde al hotel la noche anterior. Pero queríamos estar a primera hora de la mañana costase lo que costase. Los alemanes PRIMAL FEAR actuaban a las doce del mediodía en el Party Stage, compitiendo con ENSIFERUM que lo hacían a la vez en el Black Stage. Escogimos a los teutones porque su tour de el año pasado por España fue inolvidable para nosotros y había muchas ganas de volver a verles.

El estado de forma de la actual formación, la mejor desde la fundación de la banda, es realmente deslumbrante, y sus conciertos poseen una contundencia y una calidad dificilmente superables por otras bandas del estilo.


Una hora de música avasalladora que reunió ya a esas tempranas horas a más gente de la que se puede ver en los festivales españoles. Abrieron con “Sign of Fear” e interpretaron el set habitual de su último tour con los normales recortes para adaptarlo al tiempo del que disponían. Les tocó desperezar a los metalheads, una faena difícil. Pero canciones como “Nuclear Fire”, Angel in Black” o “16.6.” desperezan a cualquiera. La apoteosis final vino de la mano de la esperada “Metal is Forever”. Sobresalientes.

Tras la descarga alemana acudimos al lejano Wackinger Stage. Nos picaba la curiosidad por ver a IGNIS FATUU, aunque para ello hubiera que sacrificar a los fans de los Lakers Suicidal Tendencies. Puede que a algunos que lean esto les parezca un sacrilegio, pero a los hardcoretas los hemos visto ya anteriormente y a los alemanes dificilmente los vayamos a disfrutar fuera de su país. Hacen una mezcla de música medieval con rock en la onda de sus compatriotas In Extremo, incluso como aquellos tienen un tema titulado “Spielman”,  pero nos quedó claro que no llegan a la calidad de las huestes de “Das Letzte Einhorn”. Su música es más melódica y suave que la de los de Berlín Este, y una voz femenina ayuda mucho en los coros pero quizás les falte un poco de fuerza para triunfar dentro del mundo del metal.

Tras la actuación de los medievales alemanes, hicimos uso de nuestra acreditación para acudir a la sala de prensa situada en el backstage y presenciar la presentación de la banda alemana EAT THE GUN.

Los hardrockeros actuaron en exclusiva para la prensa en la carpa reservada a los medios. Allí nos deleitaron con un pequeño repertorio para hacernos saber que vienen fuertes y dispuestos a comerse el mundo con su tercer disco de larga duración titulado “Runner”. En España ya tienen algún que otro fan tras haber ganado hace unos años el concurso de “Bilborock”. Ahora el trío alemán vuelve con renovadas esperanzas y sabiendo que su trabajo tarde o temprano tendrá que ser recompensado. Nos lo hicieron pasar bien con las nuevas canciones.


También en la “zona noble” pudimos disfrutar de una escucha exclusiva para prensa del nuevo trabajo discográfico de los thrashers británicos EVILE “Five Serpenth’s Teeth”. Cinco fueron los temas que escuchamos antes de escapar corriendo a ver a As I Lay Dying. Apuntar que nos sonaron mejor que todo trabajo anterior de la banda y que nos recordaron mucho a Metallica. La producción es realmente brillante y sin duda puede convertirse en uno de los más destacados a final de año.

A las cinco de la tarde, tres eran las opciones a escoger. El concurso de Miss Camiseta Mojada, Rhapsody of Fire en el Party Stage o AS I LAY DYING. Nos quedamos con la última opción y acertamos. 

Los de San Diego hicieron un set sin concesiones y salieron llamando a la rebelión, pidiendo a la gente ya de inicio montar un “circle pit”. Durante los sesenta minutos de concierto, la brutal agresividad de su música no dio ni un instante para el respiro. Entre la inicial “Within Destruction” y la final “94 hours” la muchedumbre que se congregó frente al Black Stage parecía simular una batalla campal. El bajista Josh Gilbert tiene una importancia vital en el peso del show, pues se encarga de todas las voces melódicas que dan ese excelente contraste a los gruñidos de Tim Lambesis. El calor nos asfixiaba y las llamas que rodearon a la banda en el escenario no servían precisamente para refrescar.

Foto: Sergio Blanco

Los violentos mosh surgían de forma espontánea durante la interpretación de temas como “Through Struggle” o “Forever”. Conciertazo que sirvió como calentamiento para la tormenta sónica que llegaría más tarde bajo el nombre de Heaven Shall Burn. Ahora que In Flames parecen haber abandonado definitivamente la rudeza con su metal moderno lejano del death melódico, As I Lay Dying parecen un buen aspirante a hacerse con el trono del estilo. Incendiarios.

Tras la descarga de As I Lay Dying aprovechamos para acercarnos al Meet & Greet exclusivo de Metal Hammer. Allí nos sacamos unas fotos y ampliamos la memorabilia personal a costa de Accuser y de Sirenia. Además pudimos charlar con la bellísima y encantadora Aylin, la española que desde hace tres años ocupa el puesto de vocalista de la banda noruega.

DEADLOCK actuaban en el Wet Stage. Hasta allí nos acercamos pues teníamos muchas ganas de verles en acción. Salieron con un volumen tan brutal que pensé que la única intención de su técnico era dejar a la escasa audiencia sorda. Esperamos un par de temas, y viendo que el volumen no bajaba de nivel y que la música no era tal, sino que debido a la potencia era una gran bola de ruido en la que no éramos capaces de distinguir ningún instrumento, abandonamos disgustados el lugar. Una clara demostración de que el técnico de sonido de una banda es sumamente importante y que es una función que no puede realizar cualquiera. Fueron muy pocas las bandas que sonaron mal en Wacken, Deadlock fue una de ellas. Lástima. 

HEAVEN SHALL BURN salieron uniformados. Camisas rojas y pantalones negros para sus elegantes componentes. El metalcore se convertía en dueño y señor de Wacken. La cantidad de gente que consiguieron convocar frente al escenario dejó bien a las claras que eran una de las formaciones más esperadas a pesar de ser casi unos habituales de Wacken. El estado de locura que habíamos observado durante la actuación de As I Lay Dying se volvió a repetir durante el show de los de Saalfeld, que bajo la batuta de su frontman Marcus Bischoff dieron un recital pletórico, sin descansos y no apto para corazones viejos.

Disfrutamos durante toda la actuación, pero especialmente cuando interpretaron “The Omen” y “Combat”, casi al principio de su set. Y es que los temas de “Invictus” levantan a cualquiera. Wacken se llenó de crowdsurfers, sobre todo de chicas, a pesar de que esta opción era muy arriesgada si tenemos en cuenta que la gente estaba más pendiente de conservar su físico ante los agresivos “mosh” que de mantener a flote a los valientes surfers voladores. A las chicas se les regalaba una camiseta si llegaban al foso de los Metal Guard, o al menos eso había prometido a través del micro el señor Marcus. No nos acercamos tanto a la parte delantera como para comprobarlo.


Foto: Sergio Blanco


Un enorme video-world ocupaba el fondo del escenario proyectando imágenes en todo momento, algo que junto con la pirotecnia ayudó a dar aún más brillo a una de las mejores actuaciones del festival. Habría sido genial que terminasen con la interesante versión del “Nowhere” de THERAPY?, tema que apareció en su último disco “Invictus” como bonus, pero no pudo ser. A cambio cerraron con otra versión, “Black Tears” de los disgregados death-metaleros suecos Edge of Sanity. Impresionantes.

Set-list:

Profane Believers
Voice Of The Voiceless
The Omen
Forlorn Skies
Combat
Awoken
Endzeit
Counterweight
The Disease
Whatever It May Take
I Was I Am I Shall Be
Behind A Wall Of Silence
Return To Sanity
Black Tears (Edge of Sanity)

JUDAS PRIEST eran por supuesto una de las estrellas del cartel, y ello quedó demostrado viendo su capacidad de convocatoria. Pero salieron a un volumen brutal y su sonido no fue precisamente de los mejores del festival. Como dice el anuncio de una famosa marca de neumáticos: la potencia sin control no sirve de nada. Casi nos dejan sordos. A pesar de alejarnos del escenario el volumen seguía molestando a nuestros tímpanos.

Comenzaron su actuación aún de día y con “Rapid Fire”. La empalmaron con “Metal Gods”, tras la cual un Rob Halford que presentó un estado de forma y de voz impresionantes, hizo las presentaciones, aprovechando para contarnos que aquella iba a ser una de sus últimas actuaciones en festivales.


Foto: Sergio Blanco

El novato Richie Faulkner a nuestra izquierda se encontraba como pez en el agua. Parece llevar toda la vida en la banda y es impresionante el desparpajo y la naturalidad con la que ha ocupado el puesto al lado de unos compañeros que casi le duplican en edad. A ello contribuye que en temas como “Heading Out to the Highway” sea el protagonista exclusivo haciendo el solo. El joven brillaba con luz propia pues no paraba de moverse mientras Ian Hill, como en él es habitual se quedaba al fondo del escenario, lejos de los objetivos de los fotógrafos, y Glenn Tipton permanecía bastante estático.

Con “Judas is Rising” abandonamos el lugar. Habiendo visto a los Judas en otras muchas ocasiones y mejores condiciones de sonido (sin peligro de sordera), aprovechamos para intentar ver por primera vez a SIRENIA que actuaban en el Wet Stage y apoyar a la compatriota Aylin que tan amable había sido con nosotros cuando pudimos charlar con ella a media tarde. 

Tras tanta brutalidad sónica a lo largo de la tarde, nuestros oídos agradecieron los sonidos melosos y la preciosa voz de la valenciana. El Wet Stage era un remanso de paz. Comenzaron con "The Path to Decay". Aylin apareció toda de negro, vestida con una amplia falda y un apretado corpiño de cuero que hacía lucir su figura. Tiraron de coros y orquestaciones grabadas, lo que ayudó muchísimo al lucimiento de una actuación realmente sensacional.

Los ojos se nos escapaban hacia el hermoso escote que lucía la vocalista, mientras ella se desmelenaba con canciones como "The End of It All". Morten Veland se encargaba de las voces guturales.

Durante la actuación, la española sufrió problemas en su auricular. Todos sabemos que es difícil poder cantar sin escucharse, y eso es lo que le pasó a ella durante gran parte del show, sobre todo con “Oscura Realidad”, versión española del tema “The Darkness” y bonus track en su último trabajo discográfico “The Enigma Of Life”, en la que lo pasó realmente mal. Fue emocionante ver a Aylin interpretar el tema en castellano, nos gustó más aún la final “My Mind's Eye” en la que la gente, que abarrotaba la carpa se entregó definitivamente. A pesar de los problemas, estuvieron muy bien.

Probablemente sean la banda de Black Metal Noruego más infravalorada de la historia. Sin duda son la menos famosa fuera de sus fronteras, y eso que viéndoles en directo uno se da cuenta enseguida que están muy por encima de otras bandas de su entorno. El caso es que a día de hoy siguen siendo una banda underground, que contaba con media hora para lucirse y que no sabemos muy bien porqué al final tocaron poco más de quince minutos. 

Tienen una puesta escena envidiable, y todo lo que se puede esperar de un grupo de su estilo, algo que echamos de menos al día siguiente viendo a Mayhem. La pintura de sus caras, junto con sus vestimentas negras, sus muñequeras de largos clavos y la iluminación oscura, dotaron a la corta actuación de una atmósfera no igualada en todo el festival. Con temas como “Mouth of Madness” sonaron como una apisonadora sónica. Aún tengo ese riff resonando en mi cabeza. Una pena el poco tiempo, aunque también y a partir de ahora, una deuda pendiente.


Como la actuación de Tsjuder fue corta, aún nos dio tiempo de volver al True Metal Stage para ver el tramo final del concierto de JUDAS PRIEST. Llegamos para “Breaking the law”, tema que siempre apetece escuchar y que lució mucho más con la pirotecnia que iba al ritmo con la canción.  Luego Scott Travis se lució con su solo antes de atacar “Painkiller”, el espectacular tema final de un brillante show en en el que la portada del “British Steel” estuvo presente en todo momento como fondo de escenario.

Habiéndonos perdido la mayor parte del espectáculo por querer ver a Sirenia y Tsjuder, la cosa había sabido a poco. Pero estábamos de suerte, ya que volverían para hacer no uno, sino dos bises. Una hermosa traca final con “The Hellion/Electric Eye”, la dura “Hell Bent for Leather”, “You’ve Got Another Thing Comin’ ” y la última: “Living After Midnight”. No deberían retirarse Al menos no ahora. Están en un momento dulce. Ojalá se lo piensen y los podamos volver a ver en tan buena forma. Eternos. 

El renacimiento del Thrash Metal los ha vuelto a la actualidad para regocijo de los amantes del género y dieron buena muestra de ello en el Wet Stage, aunque en honor a la verdad, hay que decir que los allí presentes éramos más bien pocos. Solo queda un componente de su formación original Frank Thoms, un hombre que lleva toda su vida combinando la carrera con diferentes formaciones sin haber conseguido el éxito. En definitiva, media hora de thrash metal de vieja escuela sin descanso del que disfrutamos de lo lindo.


No se de quién sería la idea de llevar a la secuela de Kyuss a Wacken, pero creo que no fue buena idea. En el escenario del Wet Stage, y casi en penumbra, solo consiguieron atraer a un pequeño puñado de fieles y de algunos curiosos que en ningún momento conectaron con unos músicos que parecía que habían salido a cubrir el expediente y a no esforzarse demasiado. La calidad se les reconoce, pero el espectáculo fue más bien tedioso.

Llevábamos más de 12 horas por el recinto y las fuerzas comenzaban a flaquear. A pesar de ello, los australianos consiguieron levantarnos el ánimo y nos hicieron vibrar durante toda su actuación. Como siempre, su concierto, de una hora, fue una fiesta continua sin descanso.
Joel O'Keeffe es una auténtica bestia del escenario. Suele subirse a los sitios más insospechados, pero en esta ocasión se superó y nos puso el alma en vilo. Empezó a escalar por una de las columnas del escenario y acabó en lo alto del mismo. Los que observaban el concierto desde la lejanía no podían verle, pues llegó a colocarse detrás de la lona que colgaba del techo con la leyenda que da nombre al escenario: True Metal Stage. 

Han tocado en tres de las últimas cuatro ediciones de Wacken, y tras lo vivido esta vez, no me extrañaría que volvieran otra vez el año que viene. Canciones como “Girls In Black”,  “Too Much, Too Young, Too Fast” o “Runnin' Wild” con la que cerraron su actuación levantan a los muertos. Geniales.

Entre ellos y Saltatio Mortis, que actuaban a la misma hora en el Party Stage, echaron a todo el mundo del recinto. Tanto unos como otros dieron un concierto que se hizo demasiado tedioso a esas horas de la madrugada y cuando algunos ya llevábamos 14 horas de actividad. Agotados, escapamos enseguida para arrojarnos en los brazos de Morfeo. A nuestras espaldas sonaba la versión del “Seek & Destroy” de Metallica y solo unos pocos quedaron observando a los violoncelistas.


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1 comentario:

Sautherom dijo...

como siempre hermano.. una delicia leer tus cronicas.... muy variado, de todo.. el metalcore no es precisamente lo mio.. aunque una de las tantisimas veces que heaven shall burn han tocado en Wacken, los escuche un par de rolas y me termine por convencer de que definitivamente ese genero no es lo mio, de las veces qu ehe ido a Wacken, nunca he visto mas de un par de rolas de las bandas de ese genero. Airbourne... pues asi como dices que Tsjuder es de las bandas mas infravaloradas, creo que Airbourne es todo lo contrario, NUNCA me agradaron, se estrenaron el Wacken en el 2008, creo y como me fastidio que los hayan invitado de nuevo para el 2009, menos mal que en el 2010 la ultima vez que fui no tocaron.. jaja... pero bueno.. hay gustos para todos definitivamente...
gran cronica.. y esperamos la siguiente1!!