lunes, 29 de julio de 2019

ORION CHILD: Continuum Fracture (2019, On Fire)


Por Jorge López Novales.

Descubrí a Orion Child en el momento que lanzaron el Verkami de este tercer disco “Continuum fracture”. Al  parecer fue la misma fórmula empleada para lanzar su anterior trabajo de 2016 “A new Dark Apology”. Algunas veces el tema del mecenazgo se convierte en una ruleta rusa. Pero normalmente, por suerte, mis apuestas han salido bien, sin entrar a juzgar lo musical y que también incluyen libros y comics. Sólo una banda tardó dos años en mandarme mi “recompensa” y tuve otra demora que fue por culpa de una razón de peso. Fue Banished y no tardaron en llamarme por teléfono para darme todas las explicaciones posibles. No necesitaban dármelas. En el caso de Orion Child todo fue bien y no esperaba un paquete tan grande.

Digamos que el grupo de Durango, que lleva en activo desde 2005, me entró por los ojos directamente sin escuchar nada de ellos. Sólo bastó con la explicación de lo que iban a hacer en este nuevo trabajo ¿Un disco conceptual de temática post apocalíptica? Si de aquella tenía alguna duda, acabaron de convencerme con el video “A Darkness Falls”, un videoclip de su segundo álbum. Como diría un “friki” tenía el hype por las nubes, esa sensación que acabas matando para que nada te decepcione y que a veces vuelve a aparecer. Había una buena historia en “Continuum fracture” pero lo que importa, a fin de cuentas, es la música. Afortunadamente mis expectativas en ese aspecto se vieron colmadas y tanto la historia, como la música, estaban al mismo nivel. Ahora tengo la escusa perfecta para profundizar más en el disco después de haberlo escuchado por encima en su momento.

Estamos ante un proyecto ambicioso. Lo supe cuando tenía en mis manos “Más allá del continuo- la fractura”, el libro, de cuatrocientas veinticinco páginas, que complementa el disco. Podría decir alguien con mala idea, ¿no basta sólo la música para contar toda la historia?, ¿se nos ha ido de las manos lo de los libros que acompañan los discos? La lectura del libro puede resultar densa de primeras. Probad a leer las primeras cinco páginas del prólogo del libro con dolor de cabeza. Superada esta barrera y asimilados un par de conceptos, te sumerges de lleno en el mundo de Orion Child.

Resumiendo por encima el contexto que nos vamos a encontrar: la trama transcurre 2.406 años tras el “Doomankind”, tal y como se conoce al evento en el que tuvo lugar el fin del mundo tal y como lo conocemos por culpa de un apocalipsis nuclear. Ese fue el fin de la primera generación que superpoblaba el planeta y fue el comienzo de una mermada segunda generación. Pronto hubo guerras por poseer los recursos y los terrenos no contaminados. El mundo se dividió en cuatro facciones (Wisseni, Tekurati, Skóglendi y Hebty) y una tribu maldita, los Obliti. Se explica la difícil interacción entre ellos. Quedaría bien decir aquí que no os voy a adelantar nada, más que nada para que lo descubráis por vosotros mismos, pero es que no me he acabado el libro. Tampoco es que sea obligatorio leer nada para disfrutar de “Continuum fracture”, aunque sería un valor añadido para el que quiera llevar más allá lo que se está escuchando.

Hemos visto muchos discos conceptuales, muchos metal opera, a nivel estatal. Ofrecer conceptos nuevos que en la mayoría de los casos no llegan muy lejos. La gente no quiere complicarse la existencia cuando escucha música, no quiere pensar, por eso imperan las radio fórmulas, aunque tampoco facilita las cosas el inglés, la verdad, y el tiempo es un valor escaso. Pero, ¿cuántos discos conceptuales en inglés hemos oído sin entender lo que se estaba contando?. Cuesta mucho que algo nos llegue dentro, más todavía que algo perdure cuando vienes de escuchar decenas de bandas. 


La portada es preciosa, al igual que el artwork, obra de Warbanner. Vemos unas naves irrumpiendo en nuestra realidad, más concretamente vemos un paisaje costero del territorio Hebty. De primeras no sabemos si las visitas son amistosas. La portada hace referencia al segundo tema “The Arrival Gate”. Me evoca a comics de “The Autorithy” -más concretamente al medio de transporte que usa un grupo de superhéroes que se aleja de cualquier canon y que orbita en una especie de limbo dimensional-, más que a las portadas de Iron Savior, que tampoco tienen la exclusiva en emplear naves espaciales. También es interesante el mapa que podemos encontrar en el digipack, y que nos muestra un poco la distribución de este nuevo mundo, las áreas de influencia de los que ahora habitan la Tierra. Todo está orientado a que nos  sumerjamos en el universo que nos ofrece Orion Child.

“Continuum fracture” ha sido grabado entre los Cursed Onion Studios y Chromacity Studios. La mezcla y el mastering ha recaído en Chromacity Studios. El disco ha salido al mercado el pasado 29 de Marzo bajo el sello On Fire.

¿Estilo? Orion Child se definen como power/death metal, aunque también podemos encontrar elementos black, con letras en inglés. Las partes, vamos a llamarlas “extremas”, no deberían echar atrás a nadie que estuviera habituado al power, aunque es más fácil que alguien que venga de un ámbito más extremo no lo vea de su gusto. Estas partes, acelerones de la batería de Jandro Camuñas con voces guturales de Jones Calvo, con los teclados de Jonkol en todo momento, bajo y guitarras a la par, no se comen mucho tiempo de los temas y muchas veces anteceden a un estribillo o lo refuerzan en segundo plano. Esto hace que en ningún momento se pierda el sentido power, pero le dan entidad como para hablar de un estilo propio, reconocible, consiguiendo que los temas no sean tan predecibles, que estén llenos de un tono oscuro y que la voz de Víctor Hernández no llené todos los temas. Con esto no digo que su voz no cuente con registros de sobra para ofrecer variedad en los temas. Aparte de eso se agradece que se busque en todo momento que los temas sean linealmente power a todo lo que da la maquinaria de la banda. Habría que decir que si instrumentalmente se flaqueara en alguna de las secciones, ya fuera en la interpretación o en la grabación, todo el conjunto se vería comprometido. La mezcla de estilos está perfectamente integrada, tiene sentido y suena bien.
Empezamos con la introducción “Long time ago”. Nos cuenta la historia que viene reseñada más arriba. Sería el equivalente al prólogo del libro. 

“The Arrival Gate” y “Nuclear Horizons” son dos cañonazos power (su manera de entenderlo dada su mezcla de estilos) que se suceden sin pausa. 

“The Arrival Gate” nos relata cómo una nueva amenaza ha aparecido en el territorio Hebty. Un bombardeo de batería cede el protagonismo a las guitarras y teclado. Se eleva el sonido de la guitarra que ejecuta un punteo. Víctor comienza a relatar la historia. En poco tiempo ya tomamos contacto con sus característicos pasajes extremos. Y de repente te sorprenden con un estribillo power sumamente melódico.

“Nuclear Horizons” ha sido escogido como videoclip. Un videoclip dirigido y producido por ´Recrum Media´ y ´Dando al Rec´!. Ha sido una buena elección, no puede haber un estribillo más pegadizo, impregnado de metal alemán. Pasajes power y metal extremo que se va alternado antes de la llegada “Nuclear horizons, a new world, a second chance…”. El video comienza alternando los logos de las facciones y la tribu, se nos muestra cómo se da paso a la segunda generación tras el Doomankind como reflejan entre imágenes de explosiones nucleares que aparecen tras una banda en penumbra. El corte empieza con un riff arropado por un teclado épico, una melodía que va creciendo hasta que literalmente explota. Es fácil creer que estás viendo el fin del mundo y el nacimiento de uno nuevo.

El ritmo del disco se detiene con “Collective Soul Warp”. Un corte sin música que me angustia bastante, la verdad. Supongo que eso era lo que se pretendía con esa sinfonía de almas torturadas. En los siguientes temas Orion Child rebaja las revoluciones. Pero eso no quiere decir que se renuncie al contraste que aportan los pasajes encabezados por la voz de Jones. Este tema junto “Son of the Sea” son mis favoritos. 

“Son of the Sea” sería algo así como la balada del disco y yo destacaría en este corte la labor de la voz de Víctor, y el trozo de la interpretación de Lander Lourido (Incursed).

En “Anthem for a New Era” Orion Child cuenta con la colaboración de Kate Green. Lo siento, no he conseguido averiguar quién es.

Continúan con un tema pesado como “The Hatred of my Race”. Nos encontramos con la raza odiada, los Obliti, al menos lo que he deducido. Resaltaría aquí los pasajes en Euskera, los estribillos, molan mucho y le dan un aire que no había escuchado antes en ningún otro grupo. Mientras que Jonas canta como lo haría un auténtico Obliti.

La velocidad vuelve con “Unexpected Loss”. Aquí los pasajes extremos tienen más protagonismo y podemos encontrar, incluso, algunos breves pasajes con aire metalcore. El melódico solo, al igual que el estribillo, nos recuerda que el power sigue imperando en el sonido.

El tema diez, “The Oath of the Enemies” concentra las intervenciones de los vocalistas invitados en apenas cinco minutos. Cada uno de ellos tiene asignado un personaje Raquel Sánchez (Alborea, Desertica, Divino Disturbo) tendría el papel de Nasha Staenin, Lander Lourido (Incursed) sería Kusnar Upton, Carlos Escudero (Vhäldemar) como el General Reisman y David Arredondo (Taken) sería Martin Zeldaleny. Cada uno de ellos tiene espacio para sus reconocibles voces, que en el estribillo se combinan. Es un tema genuinamente power con apenas unos segundos de extremo.

“Wrath of Obliti” nos da un susto de muerte para empezar con un aire Dimmu Borgir o Bal Sagoth, se da rienda suelta a todo el metal extremo que hubiera podido guardarse hasta el momento. Enseguida el grupo recupera la cordura. Es la ira de los Obliti, esta raza tienen buenas razones para estar enfadados. Han sido confinados en los puntos más contaminados por la radiación y por ello han mutado en monstruos.

La despedida viene con “Undying Continuum” que concluye el relato.


La música de Orion Child te transmite que creen en lo que hacen. Un grupo que adoleciese la ambición nombrada anteriormente, sólo podría aspirar a llegar a destacar en una escena marginal que no garantiza nada y sólo implica trabajar más por darse a conocer viviendo al día y verse abocado a desaparecer en poco tiempo. Los de Durango no se conforman con eso, han hecho sus primeros movimientos para darse a conocer fuera. No queda otra. 

Han puesto el listón muy alto, ¿qué será lo siguiente? Yo soy de los que estará pendiente y hasta entonces seguiré disfrutando de este “Continuum fracture”.

Track list:
Long Time Ago…
The Arrival Gate.
Nuclear Horizons.
Collective Soul Warp.
Calibrated and Checked.
Sons of the Sea.
The Hatred of my Race.
Anthem for a New Era.
Unexpected Loss.
The Oath of the Enemies.
Wanderer’s Summoning.
Under the Bleeding Stars.
Fight Beyond the Bane.
Wrath of Obliti.







© Diario de un Metalhead 2019.