viernes, 7 de diciembre de 2018

MORGANA VS MORGANA: I. El camino Inverso Hacia La Luz (2018, Autoeditado)


Por Larry Runner.

Cuatro temas, un ep, pero de los largos. 25 minutos para celebrar los 25 años que MORGANA VS. MORGANA presumen de cumplir en este 2018 que ya termina. “I. El camino Inverso Hacia La Luz” es su séptimo disco que sirve para cerrar su “Trilogía de Las Moiras”.

“I. El camino Inverso Hacia La Luz” echa el cierre como decimos a esta trilogía a la inversa, como el nombre de este nuevo EP indica. Y es que la historia fue en camino descendente tras comenzar en 2011 con “III. De lo Inevitable”, continuando tres años más tarde, en 2014 con “II: En el Nimbo”.

Fieles a su sonido, MORGANA VS. MORGANA continúan por esa línea progresiva a la que saben dotar de una personalidad y una sensibilidad que propias. Sonando mejor con cada disco, en ese sentido algo tendrá que ver el haber contado en esa parcela con Raúl Abellán (In Mute, Noctem, Noha Histeria ...). Sonido cristalino hasta en los más mínimos detalles, una gozada para disfrutar con auriculares. 



El álbum es una obra de ambiente serio donde las guitarras suenan fuertes, intensas, cuando se necesita y rebajan esa agresividad cuando el tema lo pide, cambiando de registro aunque siempre presidiendo el sonido. Son apoyadas por una base rítmica muy bien trabajada pero que tampoco trata de lucirse en cada momento, erigida como debe ser, para acomodo al resto del sonido de la banda. Sobre todo ese muro, donde el bajo suenan realmente fuerte, van las voces de Carlos Pagola, con esa voz que bien parece haber nacido para el progresivo.

“I. El camino Inverso Hacia La Luz” mezcla virtuosismo y calidad con una intensa fuerza en unos momentos - los momentos más contundentes de “Perderá El Miedo” son impagables- con la sensibilidad extrema y el respeto por la melodía en otros como “Babilonia Renacida”.


Las letras de estos valencianos se abren a la interpretación de cada uno. Quizás según tu momento anímico puedas ver en ellas reflejadas unas u otras emociones. No son simples o evidentes y se me inclinan como ideales para la música de la banda.

Todo este magnífico trabajo musical va envuelto en un precioso digipack en cuyo interior encuentras un atractivo y pulido libreto que hace que sea de esos discos que te gustará volver a destapar en el futuro y recuperar para tus oídos. La portada es del ilustrador malagueño Nacho Galacho y sinceramente me parece ideal para lo que dentro disponen.

Quizás demasiado bueno para ser entendido del todo por un público mayoritario. Difícil estar a su altura. He sentido sensaciones que hacía tiempo que no me llegaban de ninguna banda estatal. Quizás me recordasen un tanto al trabajo de los vallisoletanos Ciconia, aunque aquí al tener voz, se goza un tanto más.

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