sábado, 1 de diciembre de 2018

No era verano. SKINNY MOLLY. Gijón, 27.11.2018. Crónica y fotos.


Por Larry Runner.

SKINNY MOLLY pasó por Asturias y menos de un centenar de personas disfrutaron de tan ilustre visita, lo cual se podría celebrar si se mira de forma egoísta. Y es que es un lujo disfrutar de una banda tan enorme de una forma tan íntima. Los que no fueron, no saben lo que se perdieron. El público gijonés, falló. Allá él.


Gijón, esa ciudad que en verano premia todo tipo de acto acudiendo en masa. Donde cualquier grupo, por pequeño que sea, se ve rodeado de miles de personas en cualquier fiesta en la que haya bocadillos por medio, llámese Semana Negra, Feria de Begoña o Metrópoly, mientras que la misma banda puede pasar en invierno desapercibida. Sinceramente, creo que SKINNY MOLLY sería uno de esos casos. Si en vez de tocar en pleno otoño en la coqueta Sala Memphis, lo hubiese hecho en verano en alguno de esos eventos de masas, lo llenaría con varios miles de personas aplaudiéndoles a rabiar.


Y es que no es para menos. En el cuarteto encontramos al frente a Mike Estes de la leyenda Lynyrd Skynyrd. Pones eso en los carteles de la Semana Negra y el subtítulo de "los creadores de Sweet Home Alabama” y va hasta mi tía que ya roza los 70 y que pasa del rock casi tanto como yo de la zarzuela. Apostaría a que sí. Lo mismo ocurriría en el Festival La Mar de Ruido de Avilés, que siempre reúne a gran cantidad de público aunque el que pise el escenario sea una momia decadente.

Así las cosas, una vez echada la bilis, vamos a relatar lo bien que lo pasamos con el cuarteto de Nashville, ciudad que -este mensaje es para mi mujer- no me gustaría morir sin haber visitado.

“Working fo the MCA” de Lynyrd Skynyrd fue el tema de apertura de un largo repertorio que nos llevó a las casi dos horas y que a pesar de la duración se nos hizo corto. “Here For A Good Time” fue la segunda. Las luces, el ambiente íntimo de la Memphis, con ese fantástico luminoso en la fachada en plan americano, la banda, me faltaba poder soplar un bourbon (que putada lo de tener que conducir) para sentirme del todo en Nashville. Y es que la banda suena tan bien y tan a aquello, que es imposible no cerrar los ojos y sentirte que estás en un garito de la capital del estado de Tennessee. En el televisivo Blue Bird, por ejemplo.


La machacona “Snakebit” fue la tercera y Jay Johnson se lucía en el solo con su Dean, sonando más heavy que Mike Estes, aportando un punto más de dureza. El Blackfoot / Lynyrd Skynyrd se marcó todos los punteos a lo largo de la noche salvo en los temas de Lynyrd Skynyrd, donde mandaba la Gibson de Mike Estes, guitarra de la que solo se deshizo -la cambió por una Stratocaster- para “Sweet Home Alabama”.

La sección rítmica se mantuvo a la altura. Al bajo de cinco cuerdas Luke Bradshaw, un habitual del Grand Ole Opry cumplía con creces ayudando también en los coros. Atrás en la batería el más joven de la banda Kyle Law. El de Georgia le aporreaba duro. El chaval lleva en la banda desde abril de este año y se dio a conocer en los clubes de Nashville hace tres años, cuando decidió viajar hasta esa ciudad para buscar fortuna. Ha tocado desde entonces con músicos como Paul Warren (Rod Stewart, Tina Turner), Ike Stubblefield (The Temptations, Stevie Wonder, Marvin Gaye), Tim McDonald (Blake Shelton, Pam Tallis) o Scott Holt (Buddy Guy, Foghat). Ese es el currículum que uno se puede labrar cuando viaja a la capital de la música americana y es capaz de destacar a pesar de la brutal competencia que allí te puedes encontrar. Enorme a los tambores, no nos dejó indiferentes. 

El concierto transcurrió entre temas propios y versiones de Lynyrd Skynyrd, de los que sonaron hasta media docena de temas. Por medio una versión del “Whising Well” de Free para el que Jay Johnson tomó el micro. Fue una de las dos veces en las que el guitarrista se encargó de la voz a lo largo de la noche. 


Sonaron a gloria en todo momento. Los temas propios ocuparon más la primera parte del show: “Judge Parker”, “After You”, “If Youd Don’t Care” ...  y dejaron las canciones de Lynyrd Skynyrd para la segunda parte del concierto. “Devil in the Bottle” con un brutal solo de Mike, “Whisky Rock N’ Roller” y “Sweet Home Alabama” nos pusieron en el aire. Tras el gran hit llegaron las propias “Better Than I Should” y “For Y’all” (temazo), para poner la guinda final con una larguísima versión del “Free Bird” que una vez más nos volvió a encandilar y que en directo es pura magia.

Sin duda será un concierto que recuerde durante mucho tiempo y que con el paso del tiempo a buen seguro que adquirirá mayor importancia en mi mente. Nunca estuvimos tan cerca de dos músicos de Lynyrd Skynyrd y a estas alturas creo que será complicado volver a estar nunca. A lo largo de la noche me acordé una y otra vez de la emoción vivida con ellos en el Azkena de 2012. 

Solo queda dar las gracias a Ace Tours y RM Concert Promotions por haberlos traído y hacer que un martes fuese un día de gloria. Una grandiosa noche que Gijón se perdió. No era verano.


© Diario de un Metalhead 2018.