martes, 13 de febrero de 2018

WITCHERY: I Am Legion (2017, Century Media) Suecia.


Por Diego Rodríguez Liébanas.

Witchery surgieron a finales de los noventa de la efervescente escena de Metal extremo sueca pero, a pesar de grabar discos de calidad, se vieron abocados a ocupar un segundo plano debido al gran éxito de varios de los grupos en los que también estaban inmersos Patrik Jensen, guitarrista en The Haunted y Sharlee D´Angelo, bajista en Arch Enemy. En los últimos tiempos Jensen se ha empeñado en quitar la vitola de “proyecto” a Witchery para darle la entidad de banda con vida propia que graba discos y hace giras de forma habitual. Así que, con una lista de obligaciones más abultada a la que hacer frente, no han podido comprometerse Masse Bronberg (Hypocrisy y Dark Funeral) y Martin Axenrot (Opeth y Bloodbath) siendo sustituidos por el cantante Angus Norder y el batería Christopher Barkensjö. 

De esta manera, y haciendo justicia al nuevo status quo de la banda, en poco más de un año han salido a la luz tantos discos como en los anteriores quince, es decir, dos: “In His Infernal´s Majesty Service” y este “I Am Legion” en el que, además de Jensen, Norder y Barkensjö, siguen a bordo Richard Corpse, miembro original, y el propio D´Angelo quien deberá hacer piruetas para compaginar su actividad con las de Arch Enemy, Spiritual Beggars y Mercyful Fate. Este paso hacia adelante de Jensen y compañía se ha visto reforzado por el apoyo de Century Media, que les ha proporcionado los medios para sacar a la luz nada menos que tres videos promocionales del disco para las tres primeras canciones del disco: “True North”, “Welcome Night” y “Of Blackned Wing”.


En su momento, con la explosión de la escena de Death Metal melódico de Gotemburgo, la seña de identidad de Witchery consistía en alejarse de aquel sonido con su peculiar manera de mezclar Thrash Metal, Black Metal y Heavy/Power Metal. ¿Qué queda ahora de todo aquello? La propuesta musical de la banda en la actualidad no difiere mucho en lo estilístico de la de su primera época aunque quizá tenga un punto más agresivo y contundente con menos chance para lo blackmetalero  pero con más espacio para que la banda se mueva con soltura también por otros terrenos como el Metal Punk o incluso Doom.

Tres son las patas sobre las que se asientan las virtudes de este disco. La primera, una producción de sonido equilibrada poco pulida y nada sobrecargada de efectos, pero tampoco especialmente sucia, en la que todos los instrumentos tienen su hueco, apostando por una batería que no atruena y un bajo muy presente, dejando, eso sí,  un poco más de protagonismo a las guitarras y a la labor vocal con un resultado potente, orgánico y directo muy disfrutable a mi modo de ver. En segundo lugar me gustaría destacar la variedad y la originalidad que muestran en la composición de los temas. No inventan nada, está claro, pero se trata en su mayoría de canciones variadas, interesantes y con gancho que logran captar tu atención. Por último, y no menos importante, la actitud y las maneras de una interpretación siempre agresiva y muy pasional que te agrede de forma directa sin tapujos.


En lo individual me gustaría destacar la labor del cantante Angus Norder, recién llegado a la banda, pero ya con dos discos a sus espaldas en menos de dos años. Su estilo, su actitud y su agresividad casan a la perfección con los requerimientos de una banda que, al moverse estilísticamente en varios espectros, agradece mucho su versatilidad a la hora de dominar diferentes rangos de voces rasgadas y guturales. El trabajo de guitarras de Jensen y Corpse es otro de los pilares fundamentales ya que son la punta de lanza del ataque a través sobre todo de una interminable lista de riffs violentos que consiguen mantener siempre arriba el estado de excitación y atención del que escucha. Jensen en concreto introduce unos riffs basados en notas altas muy particulares que tienen mucha prevalencia en la mezcla y que suelen aparecer en respuesta a las intervenciones vocales de Norder elevando la emotividad del pasaje. 


En las primeras escuchas me llamaron la atención especialmente los ya mencionados tres cortes iniciales del disco que tienen la virtud de gustar de primeras pero posteriormente emergen con fuerza otros como el variado y contundente “Dry Bones”, el Metal Punk rápido y descarnado “Amun Ra”, temazo con el que corres peligro de mover el cuello a una velocidad descomunal, o la intrincada y desenfrenada a partes iguales “Seraphic Terror”. Buenos temas también, pero en un escalón inferior a mi entender, son la más melódica y emotiva “A Faustian Deal”, el medio tiempo “An Unexpected Guest” y la veloz de “The Alchemist” para finalizar.

Disco consistente, interesante y disfrutable en el que se nos muestra una formación con la ambición y la actitud de unos primerizos que pretende aupar a Witchery a otro nivel para pasar de ser esa banda que todo el mundo conoce por estar formada por miembros de otros grupos a tener una entidad propia. Parece que la receta que están aplicando para conseguirlo es trabajo, trabajo y trabajo. No parece mala fórmula.









© Diario de un Metalhead 2018.

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