Por Larry Runner.
Maestros del estribillo, virtuosos de la melodía, buscadores de las buenas sensaciones, Rocking Horse visten todas sus influencias de Hard Rock.
Sí, Rocking Horse no son más que unos embaucadores del rock. Amantes de todo tipo de música, pillan de aquí y de allá y lo fusionan y lo disfrazan de la mejor y más genuina versión del Hard Rock.
Para ello son capaces de utilizar desde las guitarras más fuertes y heavies a las acústicas. Toda esa amalgama de sonidos guitarreros tienen cabida en un disco que me ha enganchado de los huevos en las últimas semanas y que no se deja olvidar.
Las melodías me atrapan, pero sin duda alguna lo que hace que no haya forma de escaparse son las voces y los sobresalientes coros, que sin que te des cuenta te llevan a tararear los trabajados estribillos de las Canciones, con mayúscula que se incluyen en este álbum.
El cuarteto tiene el culo pelado de tocar. La banda es nueva, pero no sus componentes, maestros de la música, mercenarios del ritmo, estos profesionales que llevan toda su vida ganándose el sustento con la música apuestan ahora sus ahorros en aquello que más les llena, lo que más les gusta, porque en este mundo no se es músico de verdad si no sabes palmar pasta, que es lo que se consigue con el hard rock en Iberia.
Diez temas y una versión acústica de uno de ellos a modo de bonus track componen este debut “El Cielo es el infierno” que tanto me gusta.
Lo dicho, enormes melodías, grandes estribillos, guitarras molonas y un cantante como la copa de un pino. Que se ganen la vida en grupos como Jarabe de Palo o la Fundación Tony Manero no debería echarte para atrás. No seas ignorante y deja atrás los prejuicios. Un muy buen disco.
https://www.facebook.com/rockinghorsetrio/
© Diario de un Metalhead 2019.
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