miércoles, 8 de diciembre de 2010

Diario de un metalhead. Capítulo II: Deep Purple, más que un sentimiento.


11 de Septiembre de 1985. Lo primero que me viene a la cabeza al ver esa fecha es que ese día mi chica cumplía 13 años, y seguro que en casa la rodearon de regalos. Pero lo que voy a contar ahora no trata sobre eso. Yo a ella aún no la conocía, solo de vista, pues su madre tenía una tienda frente al que había sido mi colegio, el de La Salle.

Esa fecha es especial porque está grabada en un disco. En la funda de un disco, de un vinilo. De aquella, tenía la buena costumbre de apuntar en la carpeta del disco la fecha de adquisición, algo que con el tiempo y la masificación del cd he perdido. Recuerdo aquel día 11 y el anterior.

El día 10 había estado currando en casa de mi abuela. Le trajeron un camión de leña. Había que descargarlo para guardarlo en el sótano y que así tuviese leña para la calefacción de todo el invierno. Allí estuve yo con mis 16 años descargando el puto camión, currándomelo como un campeón a cambio de unas pelas. Por la mañana descargué el camión y por la tarde trasladé los tochos al sótano.

El trabajo tuvo su recompensa, económica, por supuesto. Cobré 1000 pesetas. Y al día siguiente de la enorme faena (hoy no lo habría hecho ni por 1400 euros), con el dinero en el bolsillo me cogí el autobús rumbo a MIERES. Mi meta era ir a DISCOS EUSEBIO y comprarme un vinilo de BARON ROJO, el que fuera, aunque realmente llevaba en mi cabeza metido el METALMORFOSIS. Lo tenía en una cinta grabada, pero me hacía ilusión tenerlo en vinilo, original, con aquella preciosa carpeta con el Barón apretando los dientes.


Llegué a la tienda y me puse a mirar vinilos. Los que tenéis mi edad conocéis aquella sensación de ir pasándolos con calma, recreándose en las portadas. Si hubiese tenido dinero aquel hombre hubiese hecho el negocio de su vida. Pero claro, solo tenía 1400 pelas, las 1000 que me gané el dia anterior, y otras 400 que me había ido ahorrando. En el mejor de los casos podía comprarme un LP y un single. Los singles costaban 250 pesetas y los vinilos andaban alrededor de las 1200. Si el vinilo costaba 1150 me daba para el single.

Entonces, maldita sea, lo vi. Llegó a mis manos una funda negra. Un gran logo en el centro, brillante, casi con vida propia, parecía que se iba a salir de la carpeta. Era aquel disco del que había escuchado un par de temas una y otra vez en el DERRAME ROCK de ALBERTO TOYOS.

Allí estaban, ante mí, una D y una P cruzadas. El PERFECT STRANGERS de DEEP PURPLE. Las manos me temblaban. Ya no sabía que hacer. El METALMORFOSIS o aquella joya británica. Había que escoger, y aquello era un auténtico drama para mí.

Además, el condenado disco que acababa de romper mis esquemas, costaba 1400 pesetas, era de importación. Era más caro y aquello iba a hacer que mi colección creciera más lentamente. Si compraba aquel LP eso sería lo único que me llevaría a casa, no habría single.


Y al final lo compré. DEEP PURPLE, PERFECT STRANGERS, una joya. Lo guardo con cariño. En casa está. Con su fecha grabada, 11 de Septiembre de 1985. Guardado en una funda de plástico para mejor conservación, un tesoro.

IAN GILLAN, mi adorado IAN GILLAN. Siempre ha sido de mis favoritos, siempre le he admirado. La primera vez que lo vi me volví loco, la segunda vez lloré de emoción. Grandísimo. Le tengo un cariño especial y sin duda, tras los vocalistas de Iron Maiden siempre estará él. Incluso por encima de DAVID COVERDALE, y eso que WHITESNAKE ha sido muy importante en mi vida.

RITCHIE BLACKMORE, JON LORD, IAN PACE, ROGER GLOVER. Nombres de leyenda. Cuando vinieron a Oviedo, ya con STEVE MORSE estuve en la primera fila. Cogí mi primera púa, una de ROGER GLOVER, la guardo con cariño.

Pero me estoy desviando del tema, volvamos a lo que íbamos, el LP.

El disco sonó una y mil veces en el viejo tocadiscos de mi madre y luego en la cadena musical cuando me la pude comprar, que fue poco más tarde pero con mi pasta. PERFECT STRANGERS, KNOCKING AT YOUR BACK DOOR, UNDER THE GUN... música celestial.


© Larry

Nota.- Diario escrito y publicado originalmente en Febrero de 2009