martes, 8 de septiembre de 2020

El metal no es un factor de contagio. Z! LITE FESTIVAL. Zamora, 05.09.2020. Crónica y fotos.


Texto: Julia Martínez-Lombó Testa/Jorge López Novales.
Fotos: Jorge López Novales.

Cuando el contexto, una pandemia mundial, es mucho más fuerte que la música, toca empezar de cero con nuevas normas. No era cuestión de echar por tierra el trabajo que había realizado la organización del Z! Live Rock para este año 2020. Tanto tiempo sin noticias del Z! habría sido contraproducente, así que la mejor alternativa a un año en blanco era esta versión Lite.

Hasta el último día hemos sentido que el esfuerzo podía haber sido en vano, pues los rebrotes siguen amenazando a la sociedad y cargando contra la cultura. En cualquier momento podía obligar a cancelar el festival, con este panorama hemos estado pendientes hasta el momento de las redes sociales y las novedades que nos llegaban desde la organización. Pero si nosotros como medio, o tú como público, estábamos preocupados, ponte en el lugar de Z! y multiplica por mil toda esa incertidumbre. No podemos dejar de señalar el apoyo institucional (Ayuntamiento y Diputación de Zamora) con el que contaba el festival que no flaqueó en ningún momento.


¿Por qué era tan importante que se celebrase este Z!? Había que demostrar a esa gente que odia a nuestra música (o cualquier manifestación cultural en general) y a todos aquellos egoístas que no miran por quien tienen a su lado, que la música, la cultura, no son una lacra, que el metal no es un factor de contagio. Al igual que ocurría el festival de música clásica de Salzburgo, que con más de 76.000 espectadores repartidos en treinta días de actuaciones, terminó con cero contagios, había que demostrar que es posible organizar eventos pese a las restricciones que impone el COVID-19. Mientras otros festivales como el de Bayreuth, el Resu o el Wacken decidieron cancelar o adaptarse a ediciones virtuales. Salzburgo o el Z! apostaron por la realización con un meticuloso plan de prevención e higiene para garantizar la seguridad del público, empleados y músicos. 


Todos sabemos lo que supondría un brote en un concierto, así que había que ser sumamente escrupuloso con todas las normas y adaptarse a cualquier cambio que pudiese surgir a última hora. El staff del Z! estaba muy preparado y el público no dudo en remar a su lado y respetar al dedillo las indicaciones y normativas –mascarilla obligatoria, orden y distancia en entradas y salidas, permanecer sentado en el recinto durante las actuaciones, no fumar…- fue curioso ver el habitual Círculo Juglar de Saurom transformado en una ola juglar desde el sitio o los headbangings sentados que provocó Crisix. Eso sí, este año tuvieron que eliminar los tradicionales puestos de merch, remitiéndonos a las webs del festival o las bandas para poder adquirir los distintos productos.

Nosotros habíamos asistido a la primera edición del Z, aquella edición en la que WarCry encabezaba el cartel y como actividad previa presentamos el recientemente publicado “Olimpo del Metal, Historia del heavy metal en Asturias” junto al jefe supremo de Diario. En estos años hemos visto crecer al Z, siempre su base eminentemente power metal, con sus excepciones. Así, ha ido ganando un público muy fiel.



A pesar de que casi el millar de entradas que la organización había ofertado y que desaparecieron pronto, anunciándose el sold out en todos los medios, los malditos brotes en las capitales cercanas supusieron que la asistencia real estuviese en torno a las seiscientas personas. Tal y como pudimos hablar con la organización la situación en la zona y el miedo había podido con parte del público, algo que ya había ocurrido con el concierto de Nach el día anterior en el propio auditorio Ruta de la Plata.
Como no podía ser de otra forma el cartel se presentaba con cinco bandas estatales, evitando así problemas de desplazamientos internacionales. Cinco bandas con peso que nos llevaron desde el rock de The Electric Alley pasado por el evidente power metal identitario del festival hasta la propuesta thrash metal de Crisix.

Pasemos a hablar del festival en sí. Si las puertas del recinto Auditorio Ruta de la Plata abrían a las 16:00 (recordemos que los conciertos comenzaban a las 17:30), media hora antes había una cola considerable, cuando lo normal habría sido un goteo de gente que llegaría para las actuaciones incluso en el transcurso de estas dependiendo de sus gustos. Este hecho se justifica con la asignación de asientos y mesas. Miembros del staff te tomaban la temperatura… de esto ya hablaremos, te ponían la pulsera y te conducían a tu sitio, lugar que te asignaban para todo el festival. Allí te daban una pegatina con un código bd, una coordenada que te reservaba el sitio y ayudaba al ejército de camareros a localizar el punto exacto donde llevar las comandas de comida y bebida que se pedían por este mismo código o directamente a los camareros.

The Electric Alley

Esto hizo que el Auditorio presentase un buen aspecto de público desde el primer momento. Beneficiando a la banda que abriría el festival, The Electric Alley, que tal vez en otras condiciones habría tenido un nivel de asistencia menor. Los gaditanos contaban con una numerosa concurrencia, pero también tenemos que tener en cuenta que jugaban en casa pues ya son una banda habitual en el Z! Live Rock Fest.

Llegamos al Auditorio con más de treinta grados y un sol de justicia, sabiendo que la noche zamorana es traicionera y esa temperatura bajaría al menos quince grados. El ambiente era muy bueno, había ganas de concierto, aunque se respiraba cierta tensión ante el control de temperatura.

A los medios nos acreditaron en taquilla y nos condujeron directamente a la grada superior, espacio reservado para nosotros y desde donde llevarían al foso a los fotógrafos, siguiendo las medidas impuestas.

The Electric Alley

Con una ocupación de casi el cien por cien en pista, The Electric Alley arrancaron su set a las 17:32, dando muestra de la puntualidad que iba a caracterizar la velada. Mostraron un buen sonido desde el primer tema “Celebration”, tema que abre su tercer disco de estudio “Turning Wheels” (2018), precedido de un pequeño solo de batería. Continuaron en orden con dos temas de este mismo trabajo, “You give me something” y “Ive been taught”. El sonido era muy limpio y la voz clara y potente. Por poner un pero, el teclado estaba algo bajo, lo que se solucionó a partir del sexto tema. Cerraron con “Eagles” y “No control”, haciendo un buen repaso de sus trabajos discográficos.

Pronto subió al escenario Opera Magna para hacer el checking –unos de los cambios que ha traído el COVID en el trabajo habitual de un festival es que los grupo han de realizar la prueba justo antes de su intervención, tal y como nos contaban los miembros de Opera Magna.

Opera Magna

Arrancaron con una intro sinfónico-coral el tema que preludiaba “Donde latía el corazón”. Con un Auditorio lleno en la pista y la grada ya casi a un tercio de su capacidad, desgranaron varios temas de la trilogía “Del amor y otros demonios”: “Después de ti”, “Por un corazón de piedra” y “La herida” -Acto I-; “Hijos de la tempestad”, la instrumental “Rojo escarlata” donde subieron el sonido del bajo que destacaba en el conjunto, y la citada “Donde latía el corazón” del Acto II y del Acto III “In nomine”. No olvidaron temas clásicos como “Edgar Allan Poe”, “El corazón delator” y “El pozo y el péndulo” del disco de 2010 “Poe”, incluyendo “Horizontes de gloria”, tema que utilizaron para presentar a la banda. De este modo Opera Magna retomaban en cierta medida la línea anterior a la pandemia en la que estaban girando con la trilogía.

Opera Magna

El público respondió con entusiasmo, demostrando que al Z! le encanta el power metal y que Opera Magna había arrastrado a numerosos seguidores a Zamora. Fue una pena que el sonido durante toda la actuación no estuviese a la altura de la interpretación, llegando al punto de que en los primeros temas la voz era prácticamente inaudible.

Dark Moor

Pasamos del más estricto power metal sinfónico a una banda que ha sido transformándose a lo largo de los años. Dark Moor ha evolucionado del power metal hasta llegar a un elegante hard rock con tintes folk que le ha sentado muy bien.

La banda no comenzó su actuación hasta las 20:44, quince minutos de retraso que obligaron a los madrileños a recortar el setlist previsto. Fue este el único retraso de la tarde, y, como vemos, se solventó pronto. Arrancaron con “Birth of the Sun” en la que aparecieron algunos problemas, tal vez los mismos que había ocasionado el retraso, llevando al vocalista Alfred a pedir que no tuviéramos en cuenta lo que había sonado. Inmediatamente lo solventaron en una pausa de apenas un par de minutos. Viendo lo que nos esperaba en los siguientes cortes, el sonido de este primer tema quedó en una mera anécdota. Su set se centró en su último "Origins" (Maldito Records, 2018) del que disfrutamos aparte de la canción de inicio de, entre otras, “Spectres dance”, “Raggle taggle gipsy” o “And forever”. Cerraron con “Crossing through your heart” y algo que no podía faltar nunca, la “Canción del pirata”.

Dark Moor

El sonido estuvo equilibrado en todo momento, sin que ningún instrumento se echase en falta, característica que ya continuaría hasta el final de la noche, salvo algún problema puntual en el micro de Miguel (Saurom). La voz de Alfred estuvo a un gran nivel, destacando especialmente en los temas centrales del set en los que el cantante se acompañó de la guitarra acústica.

La noche era cerrada en Zamora cuando subió al escenario el cabeza de cartel, Saurom, que sustituían a Mago de Oz, como comentó Miguel en alguno de los speech que nos ofreció a lo largo de su intervención. La hora y media que duró el concierto de Saurom, el resto de bandas contarían con una hora, consiguió que el público interactuase con ellos y entrase de lleno en el ambiente de un bolo de heavy metal.

Saurom

La banda sale con “Irae dei” tras una intro sinfónica. En estos primeros temas los gaditanos se mostraron un poco estáticos, excepto el señor Gallardo, que no paró en ningún momento de pasearse, saltar y bailar con su bajo. Pronto ellos mismos romperían la barrera del “concierto sentados” y recuperarían el ambiente habitual. Prácticamente todas las bandas comentaron lo raro que se hacía ver al público sentado, distante y quieto –así lo atestiguó Miguel-, hecho con el que tendrían que luchar todos para meterles en su mundo. Saurom nos introdujo sin mayor problema en el ambiente juglar.

Tras este primer bloque de nueve temas, entre los que se encontraban “Laberinto de sueños”, “La Leyenda de Gambrinus”, “Noche de Halloween”, “Cambia el mundo” o “Vive”, hacen una pausa para agradecer a la organización la invitación. Es aquí cuando nos cuentan que en un principio no tenían previsto realizar conciertos en este momento pues se encuentran inmersos en la preparación de “Música”, su nuevo trabajo discográfico, que verá la luz el 4 de diciembre y del que hoy no nos presentarían temas, será por aquello de mantener la magia del estreno.

Saurom

Un segundo bloque nos trae melodías de “Sueños perdidos”, batallas de cuernos de vino, o musas y espíritus, donde en algunos segundos falla el micro de Miguel, quien tras 13 temas nos dijo que si desde febrero no habían podido hacer conciertos, ni el virus o un micro “roto” podría pararles.

Llegamos a la recta final de los juglares donde “El carnaval del diablo” nos conduce al “Círculo juglar” en el que consiguen que el público recree una ola juglar (a falta de circle pit o wall of death…). Ya estábamos inmersos en una “Fiesta” que concluiría en “La Taberna”.

Saurom

Felipe (Keep the Flame) ya nos avisó de que tras Saurom habría desbandada de gente y no le faltaba razón. A Sergio Blanco (This is Rock) y a nosotros nos extrañaba que esta ocasión la gente no esperase hasta el final pues el festival iba a acabar a la 1 de la mañana, muy pronto para lo que es habitual y más contando con que no habría otras alternativa de ocio a esa hora.

En Marzo de 2020 nada me hacía imaginar que Crisix sería el grupo que iba a ver dos veces este año. Mientras que en Febrero era la gira de presentación en garitos de su disco de versiones esta noche presentaron un set en el que sin rehuir cien por cien las versiones estuvieron más presentes temas propios con un set más “habitual” donde habría espacio para su medley de Iron Maiden, Black Sabbath, Pantera o Metallica entre otros.

Crisix

Abrieron su concierto con la intro "A.S.F.H" para dar paso a la aplastante “Leech Breeder” que personalmente me gusta más como suena en directo. Desde el principio entran a matar subiendo de revoluciones la noche.

Una hora de Crisix se nos hizo muy corta y por supuesto se echaron en falta muchos temas.

Crisix

Juli ya nos avisó desde el principio que esta vez su concierto iba a ser diferente; había que respetar las normas y mostrar que el metal y los conciertos no son nocivos, tendría que estar más quietos y no podrían bajar del escenario y mezclarse con el público. Aun así fueron una auténtica apisonadora, si no mirabas al público sentado parecía que habíamos recuperado y que nunca había pasado esta pesadilla. 

Tras “Get out my head” Juli dejó el micro a Busi para que nos deleitase con el citado medley, con amago de "Paranoid" incluido, encarrilando la recta final del concierto y de esta edición Lite del Z! Live.

Con el cierre del combo “Bring´em to the pit” y “Ultra thrash”, Crisix concluía el concierto por todo lo alto. No podemos imaginar un mejor broche para la vuelta a los festivales.

Crisix

El Z! finalizó con un breve comunicado de la organización agradeciendo la asistencia, y el comportamiento de quien allí estaba. Y dando las últimas instrucciones: esperar en nuestros asientos a que el staff nos fuera acompañando a la salida de forma ordenada y manteniendo la distancia.

La policía local aguardaba fuera vigilando que todo fuera normal, no les dimos trabajo y pronto se retiraron.

Todos los músicos, todas las bandas, lo dieron todo dejando patente las ganas que tenían de subirse a un escenario. Ninguno dejó de señalar lo raro que se hacía un concierto bajo estas restricciones pero que eso es lo de menos si por lo menos puede haberlos. En todo momento destacaron la labor del Z! y el esfuerzo realizado por mantener la música en directo.

Salimos del recinto con frío y un sabor agridulce en el cuerpo. No podemos poner fecha al siguiente concierto, no conocemos la siguiente cancelación y ni mucho sabemos cuándo vamos a recuperar una temporada estable de conciertos. Contra toda esta incertidumbre ha salido un Z! más fuerte que nunca, y esta experiencia les dará fuerza para afrontar las ediciones que están por venir.


La incertidumbre ante las condiciones de trabajo hicieron que escribiésemos a las bandas para consultar los temas a interpretar. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a su amabilidad pues todas ellas nos han facilitado datos o resuelto dudas tras los conciertos.

Aprovecho para saludar a Txen, Maya, Koral, David Bellota, Felipe, Nacho, al amigo Sergio Blanco, Irene, los Argion (Iván y Pablo), y a todos aquellos conocidos a los que no pudimos acercarnos.

Agradecemos a la organización del Z! el trato exquisito recibido.

Hasta el año que viene, ¡larga vida al Z!


N. de R.-

Z! Live Rock Fest se celebrará los días 11 y 12 de junio de 2021.  Las entradas estarán muy pronto a la venta en https://www.zliverock.com/

Seguiremos informando.

© Diario de un Metalhead 2020.

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