martes, 12 de febrero de 2019

Ultraéxito. WOLFEST III. Oviedo 08-09.02.2019. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

El Wolfest asturiano llegaba a su tercera edición. La iniciativa, digna de elogio, pues parte de un joven promotor local, se sigue celebrando a día de hoy en sala, en concreto en la Sir Lauren’s de Oviedo, pero no deja de crecer poco a poco en cartel y afortunadamente en público. La edición 2019 se celebró en dos jornadas de diversos estilos.

El primer día iba dirigido a un público quizás más joven, con sonidos más modernos. El segundo llegaba cargado de grupos de estilos más tradicionales, con el thrash y el death por bandera. Mientras la primera de las jornadas  apenas convocó a un centenar de asistentes, la segunda presentó un enorme aspecto, llegando casi a triplicar la asistencia del primer día y dando a entender quizás que en Oviedo al menos, a la gente le sigue tirando más el thrash y el death que cualquier otra cosa. Y que las nuevas generaciones van a tener que remar mucho para conseguir el nivel y el respeto que las anteriores ya lograron.

Blast Open

Acudimos a la segunda de las noches y no nos lo pasamos nada mal. Solo por reencontrarse con viejos amigos ya merecía la pena asistir, pero en lo musical también nos lo íbamos a pasar de maravilla por lo que nos iban a ofrecer las cinco bandas.

Blast Open

Abrieron la noche Blast Open, que a pesar de lo temprana de la hora convocaron ya a una masa de público lo suficientemente importante como para que el ambiente comenzase a calentarse. Triunfan siempre, porque siguen conservando una pequeña masa de seguidores que les acompañan allá a donde vayan, algo que desgraciadamente no todos los grupos consiguen. El apoyo de boquilla es constante en todas partes, el real, es más difícil. Ellos lo tienen, por eso desde las iniciales “The Roots of Evil” y “Coming for us” se enchufan y conectan con el pit y acaban gustando, pasándoselo bien y consiguiendo que los de abajo también nos lo pasemos de maravilla y comencemos a sudar la camiseta.

Cathexia

Turno para unos Cathexia que en su retorno generaban una buena dosis de expectación. Se presentaron con su renovado line-up y llegaban para presentar su nuevo “Complete Obliteration” (2018, Chief Records Limited) en el que basaron casi todo su repertorio, con seis de los ocho temas, siendo los otros dos, canciones de “Misanthropy”.

Cathexia

Demasiada zapatilla para los presentes, que parecían abrumados por tal derroche de cera, velocidad y mala uva desde el escenario. No ayudó demasiado el sonido, con un zumbido de fondo que tampoco ayudó. Si a eso le sumas que en 85% del público estaba allí para ver a las dos últimas bandas, y que sus temas no dejan margen al respiro, pues qué se podía esperar. Respuesta bastante apagada por parte de una audiencia con la que ellos tampoco interactuaron nada. No era la suya, pero de allí no se movió nadie, porque pocos lo entendieron, pero ni Dios se lo quiso perder. Aplastante. Demasiado brutal. Estarán en el Resurrection Fest para pisar más cabezas.


Turno para Guilles, cuyo “Harvest of Grey Days” (2017 - Maldito Digital) reseñé en su día. Bien pensé que por los horarios vendrían apostando por él, un disco bastante accesible aunque no seas un gran fan del death metal y con una duración estupenda para soltártelo de un tirón en una oportunidad como esta. Pero no, apenas incluyeron “Dehumanized” en el repertorio, siendo la actuación un repaso por toda su discografía. Creo que gustaron, aunque bien es verdad que la conexión con el público no fue para volverse locos, pero vinieron a sembrar en esta visita y creo que se pudieron ir de Oviedo contentos, pues no se fueron igual que vinieron. No es fácil hoy en día llegar a un sitio donde aún no te conocen y triunfar. Hay demasiada oferta y poco respeto por lo nuevo, así que si logras sumar algo, genial. Quisiera pensar que lo consiguieron, pero al igual que para Cathexia, quizás había demasiado thrasher en el pit.

Dr. Living Dead

Dr. Living Dead visitaban Oviedo por segunda vez tras aquel primer paso hace un par de años por el Otero Brutal Fest. Tras los dos azotes extremos regresaba el thrash al escenario y la fiesta al pit. Comenzaron con un repertorio bastante lineal, que apenas arrancaba unos empujones y acabaron tirando de sus temas más molones cerrando con “UFO Attack” y “Dr. Living Dead”. Fueron de menos a más, habiéndose encontrado con un público congelado que acabó aclamando a los de las máscaras que fueron los que mejor sonaron a lo largo de la noche, con más nitidez. Mucho mérito el suyo, pues tuvieron que actuar con instrumentos prestados por los Crisix. A reclamar a Aena, los suyos no llegaron.

Dr. Living Dead

Mi opinión sobre ellos sigue sin cambiar. Sin las máscaras no creo que la respuesta fuese la misma. Sigo creyendo que grupos como Lich King están musicalmente a otro nivel y no alcanzan su fama por no tener una imagen tan impactante y que tan bien queda en las fotos. Los suecos se lo montan mejor. Y sí, gustaron mucho, la gente comenzó a zurrarse de lo lindo abajo, que es de lo que se trata. Así que todo un acierto su inclusión en el cartel. Lo otro es cosa mía. No todos tenemos los mismos gustos.

Crisix

Y llegaba la hora de Crisix, por fin. Los de Igualada llegaban a su segunda ciudad, pues probablemente Asturias sea la segunda región donde más han tocado, es sin duda el lugar donde más se les quiere y es Oviedo una ciudad que a día de hoy les adora, pues esta era la tercera ocasión en la que visitaban la capital asturiana. Verles fue recordar ellos y nosotros todo lo que ha pasado en la última década. Están de cumpleaños, de décimo aniversario y evidentemente el momento es propicio para echar la vista a atrás y pensar a dónde han llegado desde aquella primera visita al extinto Tronar Fest de Mieres cuando aún eran una banda de maqueta. Triunfaron en aquel Tronar y desde entonces no han parado de crecer, siendo su evolución en los últimos tres años un ejemplo de cómo hay que trabajar y de que el esfuerzo y la dedicación plenas merecen la pena si quieres ser alguien en este difícil mundo del metal.

Crisix

Comenzaron siendo toda una bola de ruido con “Leech Breeder”, hasta tal punto que al llegar al estribillo los de abajo no reaccionamos, pues era imposible reconocer la canción. “Xenomorph Blood” fue la segunda y otra bofetada sónica. A partir de ahí todo empezó a sonar como debiera, y tras una breve presentación llegó “Rise... then Rest” y ya fue un no parar. Una auténtica colección de hits fue sembrando poco a poco la locura en el pit, donde los empujones empezaron a ser violentos y los circle, que ya habían generado Dr. Living Dead, pasaron a ser norma. La gente reaccionaba con locura a los himnos que se desprendían desde el escenario donde Pla Vinseiro debutaba como bajista oficial del grupo. A buen seguro que el gallego no tendrá problema alguno para cumplir en lo musical a las cuatro cuerdas, esperemos que pronto se haga del todo con el control de saberse mover por el escenario como lo hacen sus compañeros para también contagiar esa energía que la banda desprende. Difícil tarea esa para alguien que lleva unos años alejado del metal, aunque a buen seguro que con la larga gira que le espera se pondrá al día muy pronto y dará el nivel también en actitud que un grupo como Crisix exige. La acogida para el nuevo fue cálida. Sus Mutant siempre fueron muy queridos en Asturias y no es un extraño en esta tierra. A buen seguro que en nada le veremos más cómodo en el escenario. Las primeras filas se llenaron de sudor y el escenario acabó lleno de gente, pues el grupo animó a la audiencia a subirse. Desde la mesa tenían que estar temblando con la idea. No creo que nadie en ese puesto se pueda llegar a acostumbrar a tal derroche de demencia sobre el escenario. Aún así no se rompió nada y el final “Ultra Trash” fue el perfecto colofón a una magnifica noche en la que no faltó su habitual medley de versiones. Bolazo de una banda que en 2019 acariciará el cielo y que sorprenderá a todos con una gran noticia.

Crisix

Así se cerró el Wolfest III. La apuesta era ambiciosa, pero al final salió bien. Javier, el joven promotor sonreía cuando nos íbamos. Nos alegramos infinitamente de que su festival saliese adelante. Porque seguro que habrá más. Ojalá los podamos contar todos. Por una vez, la gente respondió, aunque bien es verdad que no faltaron visitantes de fuera de la ciudad, algunos viajando desde ciudades situadas a varias horas de carretera. Seguro que les mereció la pena.

© Diario de un Metalhead 2019.