Por Larry Runner.
Que el Heavy Metal es lo mejor del mundo es algo que pienso siempre que me sumerjo en un nuevo disco de Primal Fear.
Sin duda son la banda que mejor ha evolucionado con el paso de los años desde sus inicios, donde aparecieron con un sonido claramente influenciado por Judas Priest. Tras 14 disco de estudio, a nadie le puede quedar duda de que han sabido ir dándole un marcado sello personal a algo que ellos no inventaron, pero del que se han convertido en indiscutible icono.
Con un Ralf Scheepers al frente por el que no parecen pasar los años, los alemanes, comandados por el capitán Mat Sinner, por el que esperaron a que superara su enfermedad, regresan con un nuevo álbum de glorioso Heavy Metal sin desperdicio.
Cuando uno llega a publicar catorce discos de estudio es que lo está haciendo de maravilla. A estas alturas de la vida, no les vamos a descubrir, y tampoco ellos nos van a decepcionar. “Code Red” suena a lo que se esperaba y a lo que deseábamos los que somos auténticos fans del grupo. El águila está de regreso.
Abren con un “Another Hero” que es un auténtico bombazo para comenzar un disco lleno de riffs frondosos, fuertes rítmicas y ese Scheepers que es pura magia y que no tiene rival. Y solos, muchos solos intensos y geniales, de los que pocos hablan pero a los que tanto se echa de menos en algunos discos de los rascacuerdas que van de innovadores y dicen que son prescindibles. ¡Una polla!
El disco nos ofrece himnos rápidos e intensos donde se tira de doble bombo a tope, pero con ese estilo nada cansino que les diferencia del Power Metal patatero de otros que pretenden estar a su altura. “Bring That Noise” es buena muestra de ello como lo puede ser también “Play a song” o “Steelmelter”. Un tanto quizás más floja es “The World Is On Fire”, aunque la onda es la misma.
No faltan medios tiempos de esos que parecen componer casi sin esfuerzo pero que siempre suenan a golpe en la mesa. “Deep in the Night” es pura crema, una de esas que no te cansas de escuchar. La primera vez que la escuché, lo hice tres veces seguidas. No podía llegar al cuarto corte. Una maravilla.
De todas formas, y aunque ellos tengan una fórmula maestra que siempre funciona, siempre tienen algo con lo que sorprendernos. “Cancel Culture” es quizás ese título con casi siete minutos de duración donde introducen algunos elementos llamativos, donde se ponen una chaqueta de sinfónicos, épica y orquestación que sin duda muestra una cara distinta y más cerca de lo que se podría esperar de un grupo como Stratovarius por ejemplo, que no de ellos mismos o de sus compatriotas Brainstorm, otros grandes infravalorados. “Their Gods Have Failed” es otro tema especial, tirando de una épica que pienso que nunca vista hasta tales extremos, y más propia de bandas como Kamelot que de ellos mismos.
Por supuesto, que no falte la balada, porque siempre han sido también unos maestros en la materia. “Forever” es el título del momento romántico del disco, donde no faltan pianos, orquestaciones y acústicas. Maravillosa, aunque no tan enorme como "I will be gone", obviamente.
Ya está visto, se repiten, están estancados y bla bla bla. Discazo, una vez más, y ya van catorce. A ver cuando todos esos innovadores maestros del teclado de su ordenador nos ponen algo así en la mano.
Brutales again.
Lo ha publicado Atomic Fire Records, un sello que no para de crecer gracias a editar discazos de grupos auténticos como ellos, Amorphis o Skull Fist.
2. Bring that Noise
3. Deep in the Night
4. Cancel Culture
5. Play a Song
6. The World is on Fire
7. Their Gods have Failed
8. Steelmelter
9. Raged by Pain
10. Forever
11. Fearless
Line Up::
Ralf Scheepers: Voz
Tom Naumann: Guitarras
Magnus Karlsson: Guitarras
Alex Beyrodt: Guitarras
Mat Sinner: Bajo y coros
Michael Ehré: Batería
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