Por Larry Runner.
Nuclear Blast nos trae a BLACKBRIAR, otra de esas bandas que a la primera no le veo nada, pero que como viene de donde viene, pues te dices, algo han de tener. Y sí, con más escuchas, fueron ganando.
No es que sean nada del otro mundo, ni que inventen nada, pero bien es verdad que su aire gótico me parece lo suficientemente atractivo como para dedicarles unas líneas.
La pequeña con voz angelical Zora Cock (menudo apellido) arrancó con este proyecto en 2012. Ha tenido que pasar más de una década para que la aventura empiece a darse a conocer. De los que comenzaron con ella la aventura apenas queda el batería, René Boxem. Quizás la fidelidad le de galones y por eso su instrumento se me antoje fundamental. Su contundencia le da un muy buen cuerpo al fondo musical del grupo, que viene a redondearse con el fantástico trabajo de Ruben Wijga a las teclas, trabajadas con un gusto exquisito.
Con varios trabajos ya a sus espaldas, el grupo muestra una propuesta musical sumamente melódica, quizás un tanto similar a la de sus compatriotas Epica pero sin ser tan cansinos. Su metal es sin duda sinfónico, pero lejos de las chabacanerías forzadas que algunas bandas proponen, sobre todo las italianas.
La música no se muestra tan artificial como la de la mayor parte de las bandas del género. Las armonías están perfectamente trabajadas y no hay esos pesados coros grandilocuentes de los que todos parecen tirar hoy en día. Es un trabajo hecho con buen gusto, y sí, tiene algunos cortes realmente buenos como "Cicada" o la fantástica "My Soul’s Demise". El trabajo a las guitarras es correcto, aunque algunos buenos solos hay.
Buena banda que dará que hablar.
Zora Cock - VOCALS
René Boxem - DRUMS
Bart Winters - GUITARS
Robin Koezen - GUITARS
Siebe Sol Sijpkens - BASS
Ruben Wijga - KEYS
© Diario de un Metalhead 2023.
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