miércoles, 23 de enero de 2019

MALEVOLENT CREATION: The 13th beast (2019, Century Media)


Por Simón García López.

He de reconocer que Malevolent Creation es uno de los grupos que más me han marcado dentro del Death metal y además casi siempre me ha gustado todo lo que han sacado a pesar de los continuos cambios de formación, que lógicamente influían en el resultado final de su música. Hay varios Malevolent dentro de la carrera de la banda que se resumen en general en los siguientes:

• Un primero con Hoffman a la voz compuesto por “The ten commandments”, “Retribution” y “Stillborn” con un sonido Death metal de Florida muy reconocible dentro de la dinámica general de la época y el estilo. 

• Un segundo con Blachowicz ocupando el puesto de Hoffman y un vuelco considerable al sonido general de la banda, mucho más aguerrido, brutal y directo, época del “Eternal” e “In cold blood”. El final de esta época desembocó en la creación por Blachowicz de Divine empire, grupo que continúa musicalmente la esencia de esta época de Malevolent. 

• Un tercero con Hoffman recuperando los mandos de la voz donde el grupo cambia de nuevo totalmente de sonido y concepto musical, mezclando composiciones mucho más complejas con otras más directas y una rebaja del impacto sónico considerable, muy al estilo de lo que Deicide hicieron entre “Once upon the across” y “Serpents of the light”, aunque estos sin variar el concepto musical, época de “The fine art of morder” y “Envenomed”, disco este último que recupera la velocidad más extrema y es coetáneo del “The only law is survival” del proyecto Hateplow, o lo que es lo mismo, Malevolent creation II, grupo y disco que son una prolongación más Grind de la banda y donde en esa época participaban además músicos que pertenecían a Malevolent como Fasciana, Barret (Cannibal corpse), o Culross (Suffocation, Incantation).

• Una cuarta con el cantante de Hateplow, Kyle Symmons sustituyendo a Hoffman nuevamente, compuesta por “The will to kill”, para mí el más flojo y “Warkult”, disco donde recuperan de nuevo la esencia y a Culross como batería, piedra angular en la esencia de Malevolent Creation y que siempre estaba para llegar al rescate cuando se le necesitaba y reconducir al grupo por lo que mejor se le ha dado siempre: la velocidad pura y dura. No hay nada que no cure un buen doble bombo y un blast beat con un par de huevos, todo ello desde la verdad sónica más absoluta. 

• Y una última con Hoffman regresando a la banda por última vez y hasta su fallecimiento, que es en general una prolongación de lo que aventuró “Envenomed” pero con una sonido más moderno y potente, manteniendo una línea conceptual unitaria, Death metal rápido y directo sin miramientos, compuesta por “Doomsday X”, “Invidious dominion” y “Dead man´s path”.


Llegados a este punto, y aún con el triste y muy reciente fallecimiento de Hoffman en la mente, ¿qué nos presentan Malevolent en este caso? 

Pues nos encontramos con una banda totalmente reformada, capitaneada por el incombustible y controvertido Phil Fasciana, que ha puesto en práctica eso de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”, aunque el disco vaya dedicado a Hoffman, y que 6 meses después del fallecimiento de éste nos presenta “The 13th beast” un disco que abre otra época cercana en este caso a la segunda de Blachowicz, que recuerda al “Eternal” por la contundencia y el tono vocal de Lee Wollenschlaeger, desconocido para mí cantante y guitarra sudafricano que nos machaca sin piedad ni respiro. El resto de la banda la conforman Josh Gibbs al bajo (Solstice) y Philip Cancilla a la batería, que como dato curioso nació en 1986, el mismo año de la formación de Malevolent.


El disco, que está bien indudablemente, es muy recomendable y que a buen seguro no defraudará a nadie o casi nadie, mantiene el nivel de los trabajos anteriores y no pierde un ápice de la fiereza y velocidad características, pero me parece que es excesivamente largo, al igual que alguno de sus cortes. Dentro de un concepto tan extremo, con no muchas variantes y una voz plana y brutal como la de Lee puede hacerse algo pesado. Sin duda las paradas y las partes lentas se agradecen como en “Agony for the chosen” la más destacada para mí del disco o en “The Beast awakened”, o yo por lo menos lo agradezco, debe de ser que me estoy haciendo viejo. 

He disfrutado canciones, sobre todo las citadas y algunas partes concretas de otras, pero en líneas generales el disco no me ha emocionado ni sorprendido, aunque tampoco decepcionado y eso a estas alturas ya es mucho. ¿Qué se le puede pedir a un grupo con más de 30 años a sus espaldas y 13 discos editados, algunos de ellos joyas atemporales del Death metal, y en general buenos discos todos? ¿Qué se le puede pedir a Fasciana? Pues que la calidad no decaiga, que aporte una buena dosis de riffs brutales púa contrapúa y mucho blast beat, y lo ha hecho. 

Poco más que decir. Malevolent Creation hasta que muera Fasciana o nosotros lo hagamos antes.

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