domingo, 27 de julio de 2014

Diario de un Metalhead. Capítulo XXVI: Mi primer Wacken.


By Larry Runner.
Fotos: Sergio Blanco.

Lo había visto en revistas, concretamente en la Rock Hard. Venía un reportaje sobre aquel festival, el Wacken Open Air y sobre los garitos de la ciudad de Hamburgo. Enseguida me entró el gusanillo y además tenía unos amigos que habían estado allí ya unas cuantas veces y a los que no citaré porque no les gusta figurar. Lo comentamos con ellos y nos liamos la manta a la cabeza. Siempre les estaré agradecido por ello. Sí, íbamos a ir al WACKEN OPEN AIR.

Era el año 2005 y acudimos seis personas juntas aquel 1 de agosto. Volamos desde Bilbao hasta Hannover, que fue entonces la opción más barata. El aeropuerto quedaba a dos horas del festival, pero para alguien que se pasa media vida en la carretera aquello era un paseo. Por temas de vuelos llegamos unos días antes de que comenzase el festival y nos alojamos en Hamburgo, en el hotel del metal de siempre, en el Stern.

Aprovechamos aquellos días como pudimos para hacer algo de turismo, visita a Lübeck incluida, y digo como pudimos porque no dejó de llover ninguno de los seis días que estuvimos en suelo alemán. Tanto es así que coincidió con un partido del St. Pauli en casa y un par de ellos se fueron a verlo al cercano Millerntor-Stadion. Yo pasé de ir, llovía a mares y el pequeño campo de fútbol, entonces con 7.000 espectadores de aforo no tenía grada atechada. Las mojaduras siempre fueron un horror para mí y no quería pasarme el WACKEN tosiendo, así que me lo perdí por miedo a fastidiar mi salud. La verdad que me arrepiento, pues desde entonces he estado muchas veces en Hamburgo, pero nunca más me coincidió con un partido del St. Pauli en casa.

Lo que no me perdí fue nuestra visita al mítico Headbangers Ballroom. En el pequeño local coincidimos con músicos de METALIUM y de alguna más de las treinta bandas de heavy metal de la ciudad y dejamos salir nuestra vena fan para aprovechar y hacer alguna que otra foto. También nos hicimos una a la puerta del Indra, donde habían actuado The Beatles por vez primera cuando llegaron a la ciudad. Podéis ver la película Backbeat (1994) y os enteráis del rollo. Aquí hablamos de metal y no me voy a extender hablando de los dioses del pop.


El festival, entonces con un aforo de 25.000 personas y cuatro escenarios, no llegó a colgar el cartel de sold-out. Comenzó el día 4 y el día 6 cuando abandonamos el recinto a la noche no había parado aún de llover. Fueron tres días de agua incesante, lo cual nos cortó bastante el rollo, pues no estábamos acostumbrados a caminar entre el barro. Fue el año más duro sin duda alguna. 

Pese a todo guardo recuerdos imborrables de aquella primera visita a Wacken. Era todo nuevo y simplemente caminar por el pueblo ya te llamaba la atención. Estrenaba mi cámara digital y saqué fotos y grabé videos en cantidad abundante.

De los conciertos guardo muy buenos recuerdos de algunos. Por ejemplo de la actuación de METALIUM en el entonces pequeño WET STAGE donde nos refugiábamos de la lluvia. El descubrimiento en el mismo escenario de MACHINE MEN de cuya música me enamoré al instante y a los que años más tarde vi al menos otro par de veces e incluso disfruté de un meet & greet con ellos. La mojadura viendo a DOOMFOXX en el pequeño espacio del PARTY STAGE. La impresión de la intensidad de GOREFEST en vivo. El flipe de la primera noche con OOMPH! Y por supuesto los conciertazos en los escenarios grandes de los por entonces enormes HAMMERFALL, EDGUY, WITHIN TEMPTATION, MARDUK dando miedo, los NIGHTWISH cuando molaban, con Tarja, HOLY MOSES, CORVUS CORAX, TRISTANIA, AXEL RUDY PELL ...

Pero sin duda lo más emocionante fue ver la reunión de ACCEPT con Udo Dirkscheneider y que apenas duró aquel verano. Fue un sueño hecho realidad. Ni la lluvia ni el barro me impidieron disfrutar al máximo de aquella actuación en el TRUE METAL STAGE, que entonces y a diferencia de hoy en día, era el escenario grande de la izquierda. Vivir allí, en la mismísima Alemania, el Balls To The Wall, Burning, Fast As a Shark, I'm a Rebel, Screaming for a Love-bite, Head over Heels, en definitiva disfrutar a tope como lo llevaba haciendo durante los últimos veinte años con el que he considerado toda mi vida el mejor EP de la historia, el Kaizoku-Ban del quinteto alemán.


De todas formas el continuo remojo pasó factura y me perdí grandes actuaciones de algunas bandas importantes, aunque con el paso de los años a muchas de ellas las he podido ver posteriormente.

Otra de las historias que hicieron aquel primer WACKEN 2005 más que especial fue nuestro alojamiento. Estuvimos en un hotel de Itzehoe hoy en día vetado al público por estar en manos de la organización para hospedar a los artistas. Aquel año nos cruzamos en el hall con DOOMFOXX, con ACCEPT, con HAMMERFALL, con STRATOVARIUS ... y de todos ellos tengo fotos y algún que otro autógrafo.

Recuerdo del festival la atmósfera de inmenso respeto que se disfrutaba por entonces. Si alguien chocaba contigo se disculpaba. Si un nórdico o un alemán de dos metros llegaba y se ponía delante, en cuanto se daba cuenta te cedía el sitio para no impedirte la visión. Aquello fue sin duda lo que más me impactó. La educación de la gente del festival, algo que no había vivido nunca aquí y que con el paso del tiempo tengo que reconocer que se ha perdido, probablemente por la universalidad que ha alcanzado WACKEN con el paso de los años, que ha hecho que no sólo haya alemanes poblando el recinto. Entonces los extranjeros éramos minoría y se notaba.

Vine cargado de recuerdos, de fotos del barro, de videos espectaculares, de merchan del festival, pues cuando abandonamos la última noche el recinto, lo hicimos pensando que no íbamos a volver. Aquello estaba muy bien pero viajar hasta Alemania era muy trabajoso y caro. ¡Quién nos lo iba a decir! ¡En unos días pondremos la décima pulsera!

© Diario de un Metalhead 2014.

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