Diario de un Metalhead: REVOLUTION SAINTS: Rise (Frontiers Music s.r.l., 2020) USA.

miércoles, 15 de abril de 2020

REVOLUTION SAINTS: Rise (Frontiers Music s.r.l., 2020) USA.

Por Larry Runner.

El pasado 20 de enero veía la luz “Rise” el disco de esta superbanda llamada REVOLUTION SAINTS. Uno observa el line-up y sabe que a la fuerza lo que le llega ha de ser bueno.

REVOLUTION SAINTS es una banda de AOR. Por mucho que digan que son Hard Rock o que haya algunos que le etiqueten como tal, es lo que son. Rock melódico a morir es lo que ofrecen estos tres fenómenos.

Y alguno se estará preguntando, ¿pero quién son?. Pues ahí va el line-up:

Deen Castronovo: voz solista y batería (Journey, Bad English, Ozzy, Hardline, Soul Circus ...).

Jack Blades: Bajo y voces (Nightranger, Damn Yankees ...).

Doug Aldrich: Guitarras (The Dead Daisies, Whitesnake, Dio, Lion ...).

Ahora lo vais a ir entendiendo mejor. Viendo los nombres ya sabéis que death metal no va a ser. “Rise” es el tercer disco de la banda y es un álbum de AOR en onda totalmente Journey, con un sonido muy clásico de los 80 que encandilará a los amantes del estilo.

Deen Castronovo ocupa aquí el papel de voz solista. Acostumbrado a cubrir el papel de corista en Journey, en REVOLUTION SAINTS, que al fin y al cabo es su proyecto, cobra todo el protagonismo, cumpliendo con creces el papel y mostrándose como un fantástico y talentoso vocalista.

Jack Blades, que ya en Damn Yankees mostraba su actitud cantarina cumple aquí un papel básico de apoyo, siendo su labor en realidad más que de corista de co-líder en el trabajo.

Dough Aldrich en la guitarra le da el punto de dureza al sonido. Sus solos son la parte salvaje de unas canciones en las que la melodía es la dueña y señora y se ve completamente envuelta en un sonido más que acaramelado. Es difícil resaltar alguno de los temas por encima de los demás, aunque si tuviera que quedarme con un par de ellas quizás escogería a la inicial “When The Heartache Has Gone” y la que da título al disco, “Rise”. Son muy buenas canciones y como todo el álbum más que edulcoradas, pero los solos de Aldrich hace que tengan un punto hardrockero que las hace crecer muchísimo. Aún así creo que al disco le falta el hit definitivo, ese que te quede en la cabeza para todo el día. Sinceramente, creo que no lo tiene.

Alessandro Del Vecchio además de productor aporta los teclados, que constantemente sirven de colchón a unas canciones que de otra forma quizás dejasen algún hueco suelto.

El proyecto nació, como muchos en su sello Frontiers, de una idea del visionario del sello, el señor Serafino Perugino. El disco fue producido en Milán, aunque Doug y Jack grabaron en sus propios estudios de California.

Un buen álbum.