viernes, 14 de septiembre de 2018

Yo soy Ozzy. Memorias de Ozzy Osbourne. (2018, Es Pop Ediciones)


Por Larry Runner.

“Yo soy Ozzy”, la biografía de Ozzy Osbourne llega al castellano con nueve años de retraso. La versión original se publicó en 2009 bajo el título “I am Ozzy” y fue publicada por la editorial Steel. Ahora “Es Pop Ediciones” la ha pasado al castellano con traducción firmada por Pablo Álvarez. Por fin podemos disfrutar en nuestro idioma de la biografía de una de las figuras claves del heavy metal al que ha ayudado el escritor Chris Ayres para llevar las peripecias del vocalista de Black Sabbath al papel.

La obra se suma a otras más de veinte relacionadas con el mundo del rock editadas también por la misma editorial. Es de agradecer la encomiable labor de esta editorial que nos ha permitido disfrutar antes de otras biografías importantes desde que hace años publicase “Los trapos sucios”, la biografía de Mötley Crüe, un libro imprescindible en la biografía de cualquier amante del género. En su catálogo puedes encontrar la biografías de Slash o Lemmy entre otros. Así que bravo por ellos.

“Yo soy Ozzy” cuenta la vida y milagros del cantante de Aston desde su más tierna infancia hasta casi la actualidad. Más bien narra aquellos recuerdos que no han desaparecido de su castigado cerebro. El cantante ha ido contando historias y Chris Ayres las ha ido colocando en orden para que hoy podamos disfrutar de una biografía bastante divertida, aunque probablemente haya alguna que otra fantasía en la narración fruto de las sustancias psicotrópicas de las que el vocalista ha abusado durante más de cuatro décadas de vida. Una cosa es como lo recuerde y otra como se produjeron los hechos. Algunos son desternillantes y probablemente haya algo de literatura en ellos, pero lo que está claro es que Ozzy ha tenido una vida cuando menos entretenida.

Es genial la primera parte del libro, cuando cuenta cómo fueron sus tiempos de niño nacido en el seno de una familia humilde y como fruto casi de la casualidad, su banda Black Sabbath,  llega a triunfar. No se recrea en la separación y tampoco saca el ventilador a relucir para echar demasiada mierda por sus excompañeros. 

El relato es ameno, salvo una parte central donde solo habla de colocones y que llega a ser algo pesada. Por lo demás, si le metes mano probablemente te pase como a mí y lo liquides rápido a pesar de que no es un libro corto.


En el libro vienen reflejados momentos claves de su vida. La guerra que le dio a sus dos mujeres, el nacimiento de sus hijos y su amor por su familia, aunque viendo lo que les ha hecho pasar a lo largo de los años, por momentos es difícil de creer. El amor se muestra más con hechos que con palabrería, y Ozzy puede ser muchas cosas pero como padre y como esposo ha sido un fracaso total, algo que él mismo reconoce y por lo que dice estar arrepentido.

Leyendo el libro acabas pensando que Ozzy es en el fondo un drogata y un borracho total pero buena gente. Es la principal conclusión a la que he llegado tras zamparme las casi 400 páginas en apenas unos días. Esa y la de que Sharon tiene un sitio reservado en el cielo. La tenía por una bruja, y quizás lo haya sido para más de uno, pero con lo que ha pasado en esta vida, todo es perdonable. Mi concepto sobre esa señora ha cambiado por completo. Con respecto a Ozzy, ahora cada vez que lo vea o escuche me acordaré de alguna de sus andanzas y me reiré para mis adentros. Hay gente que no debería morirse nunca. Él ha hecho todo lo posible para no estar en el reino de los vivos, pero sin duda alguna es uno de los cabrones con más suerte del planeta. 

© Diario de un Metalhead 2018.