📝 Larry Runner.
📷 Jorge López Novales.
Repugnance regresaban 25 años más tarde y no nos lo queríamos perder.
Niebla Funeraria ejercieron de artista invitado, abriendo las hostilidades para un público que a diferencia de otras ocasiones empezó a asaltar la sala bien pronto no mostrándose indiferente ante la puesta en escena de los teloneros.
Llevan más de diez años y se mantienen en el underground más absoluto, tomando nota de lo que es hoy en día la actitud de Gruesome Stuff Relish, con quienes comparten dos miembros. Y es que ambas bandas, apenas se prodigan en el plano promocional. No son pocas las veces que uno se entera de sus actuaciones a toro pasado, cuando de repente se encuentra con un cartel suyo de un concierto ofrecido meses atrás.
No conocía nada suyo, acudí a la Gong sin haberles escuchado nunca. Con el buzón lleno siempre y hace tiempo que el Larry investigador pasó a la historia. Sí que les he escuchado tras haberles visto, señal de que no me disgustaron en absoluto con su apuesta Black/crust en castellano, aunque al final soltaron un par de temas en inglés.
Sonaron realmente bien, compactos y nítidos. La voz se me hizo bastante lineal, pero musicalmente me gustaron bastante, pues no ahogan con el blast beat y jamás abandonan la melodía, lo cual les puede hacer accesibles a pesar de que no seas muy fan del estilo. Temas como “Dulce final” o “Miradas que observan”, sonaron en la noche carbayona y han vuelto a hacerlo repetidamente estos días en casa gracias a su perfil de bandcamp.
Como decíamos en la introducción, Repugnance retornaban tras veinticinco años fuera de los escenarios. Un regreso producido tras picarles el gusanillo de escenario con motivo de la buena acogida que ha tenido la reedición de todo su antiguo material primero en forma de doble CD a través de Total Virulence Records y de Bizarre Leprous Production después.
Con el “Take on the World” de Judas Priest como intro hicieron aparición para entrar con una de sus canciones más emblemáticas, “Mortified Flesh”, una de las rescatadas hace poco para su nuevo EP “Retrieving Dead Bodies”. Nada más verles sobre las tablas de la Gong comencé a recordar a aquellos chavales que eran tantos años atrás y lo que yo pensaba por entonces de ellos. Recuerdo verles en Mieres presentando una versión de Obituary allá por el siglo pasado y pensar “estos tíos están como cabras”. Fuimos muchos quizás los que no les valoramos en su justa medida en sus comienzos a mediados de los 90. Pocos eran los que por nuestra zona le daban a aquello del metal extremo como para entenderlo y valorarlo. Solo el paso del tiempo hizo que cambiásemos de opinión y hoy seamos capaces de disfrutarlo como lo hacemos con los estilos más tradicionales. No los veo ya tan extremos, es más, adivino influencias de varios estilos en su música que antes no lograba reconocer.
Lo que por entonces me parecía un ruido infumable, hoy en día me llegó a sonar hasta blando por momentos. Hasta veintidós canciones salieron de la garganta de Miguel Distor, obviamente muchas de ellas lo suficientemente cortas como para que sonaran tantas en apenas poco más de una hora de show. “77 Road Killing “ y “Sexhumation” nos lo dejaron bien claro casi al principio.
Empezaron sonando bastante regular, pero para “Consumed by Sickness”, otra de las recién reeditadas, aquello ya se iba centrando. “Are you a Ghoul?” de su para mí mejor entrega “Ghoulish” de 1996 -con Javi al bajo en plan estelar- fue probablemente de lo mejor de la noche. Al menos sirvió para espabilar a la concurrencia, que la gente se soltara y que con “Necro-Carnage” brotaran los primeros pogos, que siguieron apareciendo a lo largo de toda la actuación de forma espontánea, sin falta de que Miguel Distor necesitara azuzar a nadie. No hizo falta demasiada interacción ante un público que había ido con ganas a recordar viejos tiempos en muchos casos, aunque también es verdad que había una nutrida representación de gente más joven que por edad jamás los había podido ver en vivo. Buena señal y muestra de que quizás lo de la presencia más juvenil se deba a que la oferta es enorme y no hay para todo y mucho menos para pagar según qué precios.
Como “no vale vivir solo de rentas” se soltaron con un tema nuevo. “The Dead are back in town”, canción que muestra su amor tanto por los zombies como por Thin Lizzy. Fue el regalo, y la muestra de que va a haber un más allá de Repugnance después de su próxima actuación el mes que viene en el Festival Mieres Underground.
Sin duda fue una gran noche, una de las de recordar. Motivo de celebración para todos aquellos que les seguían el siglo pasado, pero también para los que ahora les valoramos como no lo hicimos entonces. La vida a veces nos da una segunda oportunidad. La de Repugnance no la vamos a despreciar. Gracias por volver.
© Diario de un Metalhead 2025.
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