miércoles, 23 de abril de 2025

Outfit para petarlo en festivales.

📝 Tony Santiago.

Hace poco, en un Vueling a Ibiza le eché un vistazo a esa revista de la compañía que viene en los asientos. Esa que anuncia marcas caras, coches caros, joyas, colonias y vinazos como si aún estuviéramos en los 70 donde volar era privilegio de unos pocos y no en la actualidad que las lowcost van petadas de muertos de hambre a los que nos la pela los vinos de José Moro.


Un reportaje, bastante amplio, llevaba por título "Te traemos las doce tendencias más top para tu outfit y petarlo este verano en festivales". Cágate lorito.

Así me dio por empezar a pensar como hemos llegado a esto. Dónde se ubica el germen de este sindios.

El reportaje venía ilustrado con varias fotografías. Unos chavales con camisas floreadas y sombreros de paja en algo que parecía ser el Sonar. Unas chicas despendoladas con gafas de sol de corazones en algo que identifiqué como el Arenal Sound. Una chica con rastas exhalando una enorme bocanada de humo en lo que parecía ser el Rototom. Un metalero gordo tatuado y sin camiseta poniendo los cuernos en un flotador en la piscina del Leyendas. Un ser andrógino, maquillado y con orejas puntiagudas bebía algo con pajita en algún sitio que gracias a dios no conseguí identificar... Lo dicho. Un sindios.

Analizar el árbol genealógico de los festivales en España es harto difícil porque siempre se te va a olvidar algún hijo. Pero a grandes rasgos la historia empezó con el Mazarock en los primeros 80, al que aunque entonces quisiera ir, mi madre no me habría dejado. Las citas españolas del Monsters of Rock, con Maiden, Metallica, Anthrax y Helloweeen en el 88, AC/DC y Metallica en el 90, Maiden, Megadeth, Gun y Pantera en el 92... Poco antes iniciaba su andadura el Espárrago de Francis Cuberos, ya en el 96, el Viña de Pepe Matarile y el Derrame de Enrique Granda, empezaron con los mismos cabezas de cartel. Luego ya los Metalmanias y Metalways de Pierre Sabbag, el Machina de Goyo Esteban, el Eurometal de Toni el Rubio, el Menorrock de Tárrega, el Piorno, el Lorca Rock y el Leyendas de Marcos Rubio... Y así hasta el Resu de los Hermanos Méndez, el BCN Rockfest de Pierre, el Rock Imperium de Madness o el Z! zamorano entre muchos otros...

Recuerdo perfectamente muy a principios del 2000 cuando Miguel Acevedo y Gutiérrez Granda dejaron Gijón para ir con Areces al gobiernín. Presentaban en SGAE de Oviedo junto a Neo Sala y Jordi Mora el Dr Music asturiano. Los allí presentes solo estábamos interesados en saber quién tocaba. Y Neo Sala intentando vendernos un concepto. Que si iba a ser una experiencia, una ciudad con supermercado y cajero y no se que más... Fue un fracaso, no se hizo más. Nadie le compró a Sala el concepto que vendía. Pero el tío tenía razón, al final muchos años después la gente compró el concepto en los muchos, muchísimos festis heterogéneos que hoy en día tenemos. Los festis más cerrados tendrían que dar explicaciones de porque aparece en su cartel C Tangana, D Milonga, Ojete Calor, Nardo Frío o Minguito Lqsa. Le pasó al Resu cuando se abrió al Heavy convencional. Sin embargo si el Boombastic anunciara mañana a Slayer, a su público se la iba a sudar sin más preocupación que cual sería de las doce tendencias la más apropiada para petarlo con Slayer en el Boombastic mientras llegan Carolina Durante, Viva Suecia o Bad Gyal... Si, al final la gente compró el concepto que Neo Sala quería instaurar en España en la prehistoria de los festivales.

En el 2002, en un ilustre escenario festivalero, un tipo, antes de iniciar la actuación con su banda, dejó para la historia la frase de "Se acabaron las mariconadas". El pobre no tenía ni puta idea de lo que estaba por venir...


Nota.- ilustración de portada generada por IA.

© Diario de un Metalhead 2025.

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