Por Larry Runner.
Blacktown Band no hacen metal. No metal como se le entiende hoy en día, con el siglo XXI ya bien avanzado, pero la verdad es que a lo que hacen muchos les llamaban así tiempo atrás.
Y es que la cera que le da este trío madrileño de clara influencia 70’s era considerado así en aquella década. Hard Rock setentero, eso es, con todo lo que ello conlleva cuando te dejas llevar por los efluvios de aquella fantástica década. No faltan las partes instrumentales largas, los teclados a lo The Doors y la psicodelia musical, sonido vintage pero retocado con los medios actuales, para ofrecer así un producto musical de fantástico sonido y mucho cuerpo. Las guitarras tienen un cuerpazo que a buen seguro haría las delicias de los músicos de aquella época. La intensidad que ofrece el grupo viene de todas partes, teclas incluidas, pero es el sonido guitarrero lo que les convierte en una banda dura y digna de nuestro respeto, admiración y de que estemos escribiendo sobre ellos. El espíritu de The Doors, de MC5, de Grand Funk Railroad, quizás de Pink Floyd ... se ha pasado por aquí.
Blacktown Band no es una banda formada por chiquillos precisamente. Tampoco es que sean unos viejos, pero sí podemos decir que son ya unos veteranos en esto del rock, con un historial en la mochila que les ha llevado por diversas formaciones en el pasado. Alejandro Hervás es el líder del grupo “I (One)” es su disco de debut donde como decimos el Classic Rock triunfa teñido de toques más modernos y actuales. A la voz Nina Agudo, maravillosa, dando a cada línea vocal la intensidad y el feeling que parece reclamar cada canción en cada momento. Completa el trío titular Esteban Rabadán a las teclas, el hombre que marca los cimientos sobre los que se construye la música de “I”. Deslumbrante labor. Les acompañan Markus Tautz a la guitarra y la batería de Emiliano Di Fiori. También encontramos la colaboración de Archilla Pérez a la batería en “Hey You” y María Betania Hernández aporta su violín en la genial “Living in my Room”, la elegida como primer adelanto.
Las canciones parece como muy naturales, todo parece estar en su sitio, pero hay momentos en los que el devaneo musical parece indicar que hubiese parte de improvisación. No creo que hayan llegado a tal, pero temas como “The Box” me lo hacen llegar a pensar. Más bien pienso que al ser una música tan sumamente creíble, tan natural, da una imagen casi de directo. Ponte “Dangerous Sorrow” y ya me dirás. Parecen estar tocando rodeados de amigos en un bar, con esas palmas sumando y ayudando en la construcción de una atmósfera totalmente sincera.
Nueve son los temas que componen este “I (ONE)”, con mayoría de canciones propias, aunque tres son versiones. Sinceramente, me gustan más las propias y espero que si “I (ONE)” tiene algún día continuación en forma de “II (TWO)” o como lo quieran llamar, ya sólo haya canciones originales. “Let's Spend the Night Together”, tema de The Rolling Stones que yo, sinceramente, conocía por la famosa versión de David Bowie -los Stones nunca me llamaron la atención- es quizás el corte que menos me gusta del disco. Su aire bailón rompe la atmósfera del disco. Quizás si la hubiesen colocado al final hubiese sido más acertado. Es una percepción personal, por supuesto. Menos mal que detrás viene “I want to find out” y pone las cosas en su sitio. Menudo temazo, menudo solo, menuda sensibilidad a la hora de componer. ¿Ves? Sin falta de acudir a canciones de ningún famoso de hace 50 años o más.
“Dancing In The Moonlight” de Thin Lizzy es la que más me gusta de las tres versiones incluidas. Quizá porque la llevan muy bien a su terreno hasta hacerla propia pero respetando la esencia de la original totalmente. Escucharla con una voz femenina la hace también especial. Me vuelve loco. Cierran con el tercero de los covers. “Hey You”, tema del “The Wall” de Pink Floyd que la verdad es que les ha quedado muy bien también.
La producción corre a cargo del propio Alejandro Hervás y creo que hay que felicitarle por el producto final. Lo suficientemente duro para gustar a un metalhead, pero con también un aire de comercialidad que lo hace asequible a oídos menos acostumbrados a la distorsión.
Sin duda alguna una muy buena banda, un grandísimo descubrimiento. Carne de Azkena.
Alejandro Hervás, bajo, mezcla y producción.
Nina Agudo, voz.
Esteban Rabadán, piano y teclados.
Markus Tautz, guitarra
Emiliano Fiori: batería.
I Really need you
One, two, three men
Dancing in the moonlight
Dangerous Sorrow
The box
Living in my room
Let’s spend the night together
I want to find out
Hey You
© Diario de un Metalhead 2020.
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