domingo, 20 de noviembre de 2011

IN EXTREMO: Gijón y Madrid. 10 y 12.11.2011. Crónicas y fotos


Gijón, Jueves 10 de Noviembre de 2010

Asturias. Tierra de celtas. Tierra de folk. De folk siempre que sea subvencionado porque en estos tiempos de crisis, eso del folk, parece que no existe.


Han desaparecido las llamadas “noches celtas”. Aquellas fiestas en las que bandas con gaiteros entre sus filas cobraban millonadas de los ayuntamientos, sobrevalorando escandalosamente su caché. Cachés soñados por los músicos de rock y sobre todo de heavy metal de la región, que veían como los folkies se reían en sus narices cobrando hasta veinte veces más de lo que realmente deberían cobrar.

Los músicos del rock y del heavy metal sentían sobre su moral la impotencia de ver como verano tras verano esas bandas de folk se forraban mientras ellos se hacían la ruta de los garitos locales o buscaban sus las habichuelas fuera de la región. Aún así, nunca se han quejado.

Hoy en día, con eso de la crisis, los recortes llegan a todas partes, y a la música antes que a nada. De repente parece que el folk ha pasado a mejor vida. El rock y el heavy siguen peleando en el barro como siempre. Luchando por lo suyo y alcanzando metas sin falta del “doping” de la administración.
Y es curioso. Por cuarta vez una banda internacional que ve incluida la palabra folk en la etiqueta que les define, visita Asturias y por cuarta vez, el público que acude es el público del rock. No vimos por allí a ningún folkie.

Quizás es que no se hayan enterado, a pesar de que fuimos muchos los que intentamos informar en los días anteriores a través de todos los medios posibles y todas las redes sociales existentes. Quizás es  la falta de costumbre de ir a ver un concierto pagando. Quizás es que como decía Molina vivamos en un “imperio de paletos”.

Y es que uno puede entender que In Extremo no convoque a mucha gente en ciudades como Madrid, Pamplona o Barcelona donde eso de la gaita le suene lejano. Pero que en una plaza como es Gijón la entrada sea floja es imperdonable. Y eso que la gente del metal asturiana suele ser solidaria, y siempre hay asegurado un número de fieles que van a casi todo siempre que no se les intente engañar con el precio de la entrada, que no fue el caso.

Al final, no se llegó a la media entrada en la Sala Albéniz, pero eso no importó a los que acudieron. Fueron pocos pero buenos. Se entregaron a los de Berlín Este y disfrutaron de lo lindo. Por primera vez vimos un sucedáneo de “crowdsurf” y a gente vestida especialmente para la ocasión que acudieron con las típicas faldas escocesas que se suelen ver en los conciertos de los alemanes cuando estos se celebran en su país.
A la banda no le importó. Les he visto, con las dos veces de esta gira en trece ocasiones y puedo garantizar que apenas se les nota cambio en la motivación sea cual sea la asistencia a los conciertos. Las risas cómplices son las mismas sobre el escenario independientemente de que los espectadores sean los poco más de doscientos de aquella vez en Santiago en 2005 o los ochenta mil que les he visto convocar en la explanada de Wacken. La banda cumple siempre. Lo único que se echa en falta en los conciertos en salas es la pirotecnia, pero musicalmente es igual
En este tour ibérico han incluido en su repertorio muchas canciones nuevas. Más de la mitad del set-list eran temas pertenecientes a sus dos últimas obras discográficas: “Sterneneisen” editado hace unos meses y el anterior “Sängerkrieg” publicado en 2008. Prácticamente lo mismo que hicieron en su anterior tour por Alemania titulado Burgentour (tour de los castillos), que les llevó a actuar en ocho fortalezas medievales repartidas por toda la geografía de su patria.

Por medio se colaron algunos de los clásicos de la banda, algunos de los cuales es imposible que desaparezcan nunca por ser casi himnos para los fans, que los hay y muy fieles. Así que pudimos disfrutar una vez más de “Liam”, “Vollmond” o “Kuss Mich” por ejemplo (aunque aquí sin pareja besándose sobre el escenario.
El show comenzó con “Sterneneisen”, tema que da título a su nuevo trabajo. Ya en el comienzo sonaba bien, y así sería durante toda la velada. Demostrando que cuando alguien suena mal en la Sala Albéniz, no es cosa de la acústica de la Sala, sino de no saber o de falta de equipo. In Extremo han estado en dicha sala, contando esta última, tres veces, y han sonado bien siempre a pesar de que en este tour ha habido cambio en su equipo técnico pues alguno de sus habituales se encontraba en su país trabajando para Rammstein.

Detrás vino su single más famoso “Frei Zu Sein” y pronto el líder Das Letzte Einhorn saludó a la audiencia citando perfectamente la palabra Gijón, demostrando haber practicado convenientemente durante la tarde intentando decir el nombre de la ciudad de forma correcta.

Con “Erdbeermund” vimos por primera vez al trío de gaiteros bailar a pesar de lo reducido del escenario. El comienzo de “Liam” con Marco “Flex der Biegsame” a la gaita sigue poniéndonos la carne de gallina y “Vollmond” que inicia Dr. Pymonte siempre nos emocionará.
En “Unsichtbar” tema en el que Mille Petrozza colabora en el disco, Dr. Pymonte se luce tocando la Sterneneisen (estrella de hierro) que él mismo se ha fabricado para esta gira. Un extraño instrumento que llama la atención cuando se le ve sobre el escenario, pues aunque pueda parecer un amasijo de hierros, está afinado y conectado convenientemente emite un sonido similar al de un arpa.

Temas contundentes como “Stalker” se mezclaron con canciones más tranquilas como la maravillosa “Ave María”. El concierto iba de un extremo a otro en emociones y las caras de la gente eran de satisfacción continua.
Así interpretaron hasta dieciséis temas antes de despedirse para volver con un bis en el que sonaron tres canciones más, terminando con la imprescindible “Spielmannsfluch”.

Fueron casi cien minutos de no parar de tararear y bailar. De saltar y gozar con las gaitas y demás instrumentos medievales que manejan a la perfección Dr. Pymonte, Yellow Pfeiffer y Flex der Biegsame y de desmelenarse con los tres monstruos de atrás, Van Langen a la guitarra, Die Lutter al bajo y el nuevo Specki D.T. a la batería. Dicho trío dota a la música de la banda de una contundencia que hace que suenen a heavy metal a pesar de que las melodías se ven inundadas por los instrumentos del medievo.
Al mando un Das Letzte Einhorn que parece haber detenido el tiempo en su rostro. Lleva años con el mismo aspecto y viéndole parece haber pactado con el diablo. Su voz sigue a buen nivel.

Para los fans de la banda que más tiempo lo lleven siendo, habrá sido un buen concierto. Han podido escuchar muchos temas nuevos y el show no ha sido más de lo mismo con anteriores giras. Los nuevos seguidores habrán disfrutado también de lo lindo. Aquellos que conozcan solo sus últimas obras lo habrán pasado en grande por el montón de canciones de los últimos discos.

En definitiva, una noche más para recordar por el rockerío astur más fiel. Una noche más en compañía de una banda alemana que adora la ciudad y que gira tras gira desea repetir su visita. Egoístamente, espero y deseo, que esta no sea la última vez que vea a In Extremo en Asturias. Y al que no los haya visto, lo siento por él, pero que la próxima vez no espere que se lo tengan que contar.



Madrid, Sábado 12 de Noviembre de 2010

Tras ver el fantástico espectáculo vivido en Gijón, me desplacé el sábado a Madrid. Era mi primera visita a la Sala Caracol y puedo decir que el recinto escogido me gustó.

El escenario era un poco más estrecho que el de Asturias, pero ello no fue óbice para que la banda pudiera colocar casi el mismo material que en la Sala Albéniz. Unicamente eché en falta a la Sterneneisen de Dr. Pymonte. El resto estaba colocado igual, solo que en esta ocasión la batería de Specki T.D. lucía sobre una tarima de la que no dispuso en Gijón.
La lona, al igual que en Asturias, lució al fondo del escenario con el avión de la portada del último disco y el logo de la banda resaltaba con letras de color naranja.

El set-list de Caracol fue exactamente el mismo de Gijón, sin variación alguna, aunque el ambiente del concierto fue mucho mejor aún que el del público asturiano. En Madrid hubo más entrega y eso quizás espoleó aún más a la banda a la cual se la veía feliz sobre las tablas.
No hubo sorpresas aunque entre el público si se pudo ver a algún visitante ilustre, concretamente uno de esos que saben apreciar la buena música pues lleva años haciéndola tirando de flauta.

Lo pasé de lo lindo aunque en esta ocasión Sergio Blanco no me pudo acompañar y no tenemos fotos de la fiesta madrileña. Me encantó el buen rollo de un público entregado. Algunos de los presentes ya hacían cola a primera hora de la mañana cuando aún no se había ni realizado ni la descarga y la banda descansaba en su autobús aparcado frente a la sala.
Volví enamorado de Madrid, de su público y de una Caracol a la que guardaré siempre en mi corazón por la noche vivida. También de una banda que ha sabido desarrollar su propio estilo y creado una escena en su país.

Agradecer desde aquí la amabilidad con la que nos trató como siempre el promotor GMF Concerts para facilitarnos la realización de esta crónica en las dos ciudades.

Gracias Gijón. Gracias Madrid.

Fotos de Gijón: Sergio Blanco
Texto y fotos de Madrid: Larry Runner

Podéis ver la crónica también en la web de Rafabasa pinchando aquí.