Por Larry Runner.
Con un nombre que evoca al país más pobre de Europa, CABALLO MOLDAVO nació probablemente sin demasiadas pretensiones y un poco por pasar el rato. Con el tiempo fue tomando forma y a día de hoy son una realidad que de momento por culpa de la pandemia no ha podido debutar en vivo.
El pudridero en el que se convierte hoy en día el local de ensayo ha servido para que este cuarteto de Oviedo haya ido dando forma a estos cuatro temas que no permiten etiquetas. Y es que para bien o para mal, no hay valiente que le ponga nombre al estilo de este grupo. Suenan a CABALLO MOLDAVO. Sonido garagero, con una producción brillante que le viene que ni pintada al estilo del grupo.
“Reprobos” abre el disco con un buen riff para tirar de ritmo machacón y voz rugosa y grave, sonido que encaja a la perfección con la imagen seria y barbuda del combo asturiano. “Misa Negra” sigue son ese tono oscuro, pero sonando más melódica. Podríamos decir que este medio tiempo es el mejor de los cuatro cortes y probablemente y gracias a su melodía sea el tema que vaya a ser en principio el más emblemático del grupo con buenos cambios que sin duda sorprenden.
“El blues del innombrable” es el tercer corte, tiene un tonillo “Enter Sandman” que hace que te entre a la primera. Cantable y pegadiza, sin duda lleva una línea interesante que quizás la banda debiera explotar cara al futuro. “El Pantano” oscurece el final del disco. Suena espesa, más rugosa y sin duda con aires de lodazal sonoro, lo cual le viene de perlas. El bajo parece sonar más fuerte aún que en los otros tres cortes, lo cual contribuye a dar la pantanosa atmósfera.
En definitiva, metal oscuro y rugoso, cantado en castellano que a pesar de beber de a buen seguro mil y una fuentes al menos muestra personalidad, lo cual, por otra parte, siempre es arriesgado. Queda mucho camino por andar, pero de momento ahí están y falta ver si vienen para quedarse o no. El tiempo lo dirá. Atentos estaremos y con birras enfriando.
Reverendo G. Throat - Voz
Luigi Compressor - Bajo
C. Parron - Guitarra
Jhonny Liver - Batería.
Grabado y mezclado por Álvaro Bárcena en sus Mercury Studios. Mezclado por Daniel Sevillano en los Ovni Estudios de Pablo Desakato.
© Diario de un Metalhead 2021.
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