miércoles, 16 de julio de 2025

RESURRECTION FEST 2025. Parte III. 25-28.06.2025. Crónica.


📝📷 Jorge López Novales.

Llegamos el viernes a primera hora para encontrarnos un gran despliegue de ambulancias y policía. En la playa de Celeiro, en las inmediaciones del festival, estaban reanimando a un hombre. Tras el estupor inicial, Sergio Blanco y yo no sucumbimos durante más tiempo a la curiosidad, al morbo, inherente al ser humano en estas circunstancias, y entramos al recinto. 


Más tarde nos enteramos de que el bañista había fallecido. No sé si vendría al Resu, o si era un lugareño. D.E.P

A las 15:05 estaban ya Your Knive Your Back dándolo todo con una propuesta hardcore. Jóvenes a la par de cañeros.

Your Knive Your Back

A las 16:00 llegó algo inesperado… los japoneses Broken By the Scream (foto de cabecera de esta entrada). Para algunos las Baby Metal de este año. Es fácil decir algo así con esos estribillos melódicos tan machacones, sin descartar guturales, que intercalan con metalcore. Son más de cantar que de bailar -y esa electrónica que da dolor de cabeza- que las ya nombradas. Para mí eso lo hace más llevadero.

Con Party Cannon, la tarde prometía, ¿brutal death metal en el “Ritual”? Uno no espera un aire tan festivo con ese estilo. Se llenó todo de pelotas de playa, una mascota llamada Skeleton Man se encargó de ello mientras hacía una perfomance con llamativos carteles y una pistola de agua. No descuidaron el aspecto visual, ni el musical, y el público se entregó de lleno a ellos. ¿Cómo se toma uno a gente que tiene en su haber títulos como “Fornicating in Ethically Sourced Fair Trade Chocolate”? Una propuesta musical de estas características es necesaria en un festival.

Party Cannon

Deviloof es una banda japonesa de visual kei con base rítmica de deathcore. El visual kei apela a una escenografía andrógina, con ropa llamativa. En directo me impactó más el sonido que lo visual (la luz del día no ayuda en algunos casos). Estuvo bien, y más teniendo en cuenta que es una banda que no creo que tenga la oportunidad de volver a ver por estos lares.

Deviloof

De vuelta al “Ritual”, Unprocessed metió un giro de metalcore progresivo con sonido bastante original. Me encantó, sobre todo, como sonaba el bajo.

Unprocessed

Aphonnic, su presencia se hizo notar. Fueron consecuentes con lo que habían anunciado, y una bandera de Palestina ocupaba todo el espacio tras ellos. Por la acogida, podría decirse que jugaban en casa.

Aphonnic

Pasé por el “Desert” a ver a los belgas Slow Crush. Todavía sigo sin saber que es el Shoegaze y os juro que he intentado meterme en ello.

Slow Crush

TesseracT trajo un interesante cambio de tercio en la tónica del sonido del festival. El metal progresivo tuvo su espacio en el escenario principal.

TesseracT

Sound Of Silence iban a armarla en el escenario “Chaos”. Para mí, una visita obligada. No llevo la cuenta de las veces que ya he visto a esta gente. Estaban sonando cuando llegué. No me engañó Nefta, al poco, cuando dijo que ya habían acabado. Con cuidado me puse delante, procurando no estorbar.

Sound of Silence

Sabía lo que venía y que el vocalista tendría una interacción cercana con el público, aunque en una de esas casi muerde suelo. Se hizo lo que se pudo con las fotos.

Sound of Silence

La banda asturiana fue uno de los pioneros del Resu y volvía a repetir 20 años después. Geniales. En una hora echaron todo abajo. Deberían estar en el menú de más festivales.

Sound of Silence

Tenía otra cita por ahí… en el establecimiento de ESP. Allí tendría lugar una demostración de Mou (Dark Embrace) en la que estuvo interpretando temas de la banda y alguno suyo. No es manco el chaval. La interpretación vino con su preciosa ESP Mou Trashno (modelo personalizado).

Por cierto, ¡pedazo disco el "Land of Witches"!

Mou de Dark Embrace

Vi a Tabernis en el “Desert” … la banda es una cosa rarísima en plan folk, muy atmosférico. Esta gente lo va a petar en Wacken este año. Es impresionante lo que consiguen sólo con un tambor y una gaita. Van vestidos como apicultores de reminiscencia medieval. Otro de esos cambios de ritmo del Resu que te pillan a contrapié.

Tabernis

De primeras, no estaba pareciendo un día tan masivo, comparado con los otros dos días. Fue el momento de tomarse un respiro fuera del festival, guiado por el amigo de esta casa, Agustín Claverol. Había otro mundo junto a las caravanas. Un mundo en el que disfrutas de la compañía de tu familia y amigos y vas a los conciertos a tu ritmo.

De repente, sentí algo… ¡una perturbación en la fuerza! El Rochu, uno de los mejores colaboradores de Diario de un Metalhead (con permiso de Chimpa), estaba por aquí. Me dieron ganas de secuestrarlo para que escribiera esta crónica.

Algunos afortunados, incluso, habían podido aparcar junto al mar con unas vistas envidiables. Otros se llevarían un mal recuerdo para casa de la policía local (filas y filas de coches estacionados en línea amarilla). Si, es complicado aparcar, sobre todo a última hora. Pero, ¿qué puedes hacer?

Falling in Reverse… no son sólo los del videoclip flipante "Watch The World Burn". Es verdad que llevan el tema visual hasta las últimas consecuencias. Aplicado al directo, las llamaradas, su luz, llenaba todo el recinto, pero lo acompañan de una buena base musical. Beben de tantos sitios que parece que han creado una estudiada fórmula matemática para contentar a todo el mundo. A mi no me gustan las matemáticas, así que lo tengo crudo.

Derby Motoretas Burrito Kachimba (no sé si lo he escrito bien) eran una de las alternativas a los escenarios principales. No me metí ahí. La luz del escenario parecía desalentadora y había mucha gente metida en el “Desert”.

Mis piernas se pusieron en huelga y mi mochila empezó a pesar más que de costumbre.

Angelus Apatrida estaba arrasando con todo.

Sin posibilidad de hacer algo curioso, era el momento para recogerse. Ahora que me doy cuenta, pensaba que el día daba para menos. Espero que nadie se me enfade por no haber visto todo.

continuará ...

© Diario de un Metalhead 2025.


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