domingo, 30 de agosto de 2020

Mono de conciertos.


Por Larry Runner.

La imagen de cabecera lo dice todo. Lo que más ha leído la gente esta semana han sido las crónicas de los dos conciertos a los que hemos podido acudir. Hay mono de directo.


Somos conscientes de que, para la gente que nos lee, el metal es un motor importante en su vida cuando no una forma de vida total. Nadie visita una web de metal si la música no es realmente importante en su día a día.

Dicen que las ventas de música no han retrocedido demasiado. Amazon funciona y la venta online no ha parado. Tiendas ya casi no hay, así que no queda otra. Necesitamos seguir respirando y los que realmente sentimos el metal como propio no podemos dejar de sumar vinilos, cd’s o descargas en nuestras vidas. Ávidos de esa medicina que es la música para nosotros, casi tan vital como el comer, pasamos más tiempo en casa y necesitamos novedades que nos ayuden a respirar.

Pero los discos ya no nos llenan, está claro. Son muchos meses sin poder acudir a un concierto en directo de verdad. Meses sin empujarse en un pogo, sin compartir un katxi, sin azotar la cabeza, sin echarse unas risas volviendo a casa con los colegas tras disfrutar de un concierto.

En Asturias hemos sido unos afortunados, y a pesar de haberse celebrado con un mar de restricciones, en los últimos días hemos podido acudir a un par de eventos con además entrada gratuita. Ambos fueron un éxito de público agotando las sillas. Está claro, tenemos mono de música en vivo y aunque haya que guardar las distancias, aunque tengamos que lucir mascarilla, aunque no podamos beber una triste cerveza, acudimos.

Estuvimos en la semifinal de FestiAMAS y en el concierto de Drunken Buddha en Gijón. No fue ni de lejos lo mismo de siempre, pero mejor eso que nada. Agradecidos tenemos que estar a los organizadores de tales eventos. Disfrutamos a tope y nada más llegar a casa nos pusimos a contarlo.

Las dos crónicas han sido lo más leído de la semana. La razón está clara, todo el mundo quiere música en vivo y ha entrado para ver qué se siente en un concierto envuelto en esto que llaman la nueva normalidad. Hemos pretendido con nuestras palabras reflejarlo aunque no sé si lo hemos conseguido del todo.

Lo que sí os puedo decir es que en ambos casos las sensaciones son agridulces. Disfrutas de la música pero no te puedes mover del sitio, y esto es metal, no es ópera, y falta algo. Al final te vas con una sensación de tristeza difícil de describir.

Respecto al streaming, yo lo intenté con Wacken Wordl Wide y no pude. Ahí ya te ahogas. Demasiada nostalgia, mejor no verlo. Este fin de semana a muchos amigos cercarnos les pasará con el Resurrection Fest. 

© Diario de un Metalhead 2020.

No hay comentarios: