domingo, 14 de agosto de 2011

Valió la pena, por supuesto.

Llevo tiempo queriendo publicar una entrada acerca de la despedida de los Valencianos Transfer. Por una u otra razón lo he ido retrasando. Quizás porque no me apetecía demasiado hablar de algo que para mi es muy triste y me invadían las lágrimas. Pero más vale tarde que nunca, y además se merecían un pequeño homenaje.

No deja de ser curioso que en un país donde grupos como Marea, Extremoduro o La Fuga triunfan a lo grande a nivel de venta de discos y de público en sus conciertos, un grupo como Transfer haya tenido que arrojar la toalla.

Nunca han contado con un apoyo continuo de nadie, solo de vez en cuando con ayudas puntuales. Siempre se lo han tenido que currar ellos mismos. Quizás si hubiesen tenido un buen mánager les habría ido mejor, pero eso nunca se sabe, hay bandas que llegan sin falta de una figura como esa.


Conocí a Transfer muy tarde, en 2004, cuando ya tenían varios discos editados y ya habían tocado en Asturias varias veces. Ese año, atraídos por los nombres de nuestros paisanos Warcry y de los riojanos y también tristemente desaparecidos Red Wine, acudimos a un pequeño festival que se celebraba en la vallisoletana población de Rueda.

Alguien de allí estaba empeñado en hacer que el pequeño pueblo, famoso por sus muy buenos vinos, se hiciera también conocido por su festival rockero. Así que bajo el mecenazgo del Ayuntamiento, año tras año se celebraba por aquel entonces el Verdejo Rock. La edición de 2004 a la que yo acudí era la quinta, habiendo actuado el año anterior Tierra Santa y Lujuria entre otros. Bandas que por aquel entonces vivían un momento dulce en el seno de Locomotive Records.

El Verdejo Rock era gratuito. Se celebraba en un único mini-escenario situado en la plaza de la iglesia del pueblo. Nunca más vi a Warcry tocar en un sitio tan reducido.


Aquel 7 de Agosto de 2004 el cartel lo formaron Warcry, Transfer, Red Wine y los vallisoletanos Ashra.

Nos alojamos en una pequeña pensión en el pueblo (lo único que pudimos encontrar) donde compartimos pasillo y baño con Red Wine.

Recuerdo que cenamos opíparamente a base de los riquísimos embutidos de la región y cuando salíamos a la calle empezaban a tocar Red Wine, que me encantaron, aunque yo era un gran fan de la banda y no hubiera admitido ni una crítica al respecto.

Luego llegó el turno de los para mí por entonces desconocidos Transfer.

Me conquistaron con sus temas y sus letras para siempre. Lo pasé genial a pesar de que no conocía ni una sola canción y tras su actuación pude charlar con ellos. Vine siendo un nuevo fan incondicional de la banda. Al lunes siguiente fui a Mediamarket y me compré todos los discos que encontré. Un buen amigo me regaló otros dos. Y a partir de entonces todos han ido a parar a la estantería a medida que los han ido publicando.

El concierto de Rueda fue el primero, pero luego hubo algunos más. Por supuesto. Siempre que pude acudí en compañía de mi chica, otra gran fan de los valencianos, a verlos: Unquera, Ciañu, el Derrame Rock ... Eran los Transfer con Aris, Fede y Victor a las guitarras, Karlos al bajo y Kono a la batería, con los que pude compartir charla en más de una ocasión y que siempre me transmitieron ser muy buena gente, sencilla y cercana.


Tan fans llegamos a ser de las huestes de Aris, que así se llama su cantante y líder, que cuando nos casamos nuestros amigos estuvieron tramando traerlos a tocar a la boda sin avisarnos. Algo que no pudo ser porque tenían la fecha ya comprometida. Habría sido espectacular, aunque la ocurrencia que tuvieron al final de que sonase nuestra canción de Stratovarius a todo volumen en el restaurante tampoco se me olvidará jamás.

Hace unas semanas me encontré en su web con la sorprendente noticia de que abandonaban. Lo vi unos días más tarde de haberlo anunciado. Suelo mirar la página de vez en cuando para ver sus fechas y apuntarme las que buenamente me podrían coincidir para acudir a verlos, aunque en estos últimos años no les ha salido un bolo decente por el norte, y prácticamente no salían a actuar de lo que es la franja mediterránea.



Los años les fueron llevando a cambios en su formación y tras 21 años de carretera han dado por cerrada su carrera.

Desde aquí quiero darles las gracias por todos los buenos momentos que me han hecho pasar en la vida. Por ser de esos músicos que con su obra, hacen que la carga que puedas soportar se haga más llevadera. Por darnos paz y alegría a cambio de cd’s de 6 euros y bolos de 5. Siempre estarán en mi corazón. “Utopía”, “Jentes” (si, con J) y “Canciones desencantadas” siempre estarán entre mis favoritos, entre esos discos que con el paso de los años seguiré escuchando.

Hasta siempre Transfer. Valió la pena. Vaya que sí. Y tranquilos, seguiremos atreviéndonos a pensar.


Os dejo su comunicado de despedida:

El 23 de julio de 2011, Transfer hicimos nuestro último concierto, habíamos decidido dejarlo hace unos meses atrás, pero preferimos acabar los conciertos ya cerrados. Y este ha sido el último.

La causa no es otra que la falta de tiempo para dedicarle al grupo y los motivos de esa falta de tiempo pertenecen a la vida privada de cada uno y no le interesa a nadie mas que a uno mismo. Nosotros que nunca hemos sido muy dados a contarla, lo resumiremos en curros, familias, etc.

Tampoco queríamos hacer ningún comunicado ni paripés de estos, pero al menos en la web y en las redes sociales del grupo había que poner algo para que la gente que se interesa por el grupo lo supierais, que al fin y al cabo sois los que habéis hecho posible que esto haya durado casi 21 años...

Así que nada, que nos vamos orgullosos de nuestros ocho discos, del montón de kilómetros que hemos hecho y sobre todo de la cantidad de amigos que tenemos gracias a esto de la música. Gracias por todo, un abrazo muy fuerte y cuidaos mucho.

Transfer


© Larry Runner 2011

2 comentarios:

Hernando dijo...

No tengo nada de "Transfer" y los conozco poco, pero muchas buenas bandas se quedan en el camino, o bien no tienen el éxito que se merecen.

Canibalismo dijo...

Yo pude compartir escenario dos veces con ellos y puedo asegurar que no había gente más humilde y con mejor disposición. Son el espejo en el que tendrían que mirarse muchos grupos que, sin haber llegado a la milésima parte de lo que esta gente representaba como grupo y como personas, se lo tienen un poco creido.

Transfer eran trabajo, humildad, coherencia y amor a la música.

Hasta siempre Transfer!!!